Praga es una ciudad donde se vive la música. La oferta de conciertos de música clásica y de otros estilos es muy amplia. La ópera es una atracción permanente en la capital checa. En su historia cultural destaca un hecho importante. Fue el lugar elegido por Mozart para estrenar su Don Giovanni en 1787. Ha llovido mucho desde entonces, y los escenarios de la ciudad han acogido la puesta en escena de las más deslumbrantes obras.
Compositores e intérpretes famosos han pasado, a lo largo del tiempo, por el Teatro de la Ópera Estatal y por el Teatro Nacional, dos edificios de gran belleza arquitectónica. En otras ciudades europeas la ópera parece destinada a un público privilegiado, pero esto no sucede en Praga. La oferta es variada y los precios para acceder a los espectáculos suelen ser asequibles para el público en general. Los amantes del género tienen un motivo de peso más para visitar la capital checa.
El Teatro Nacional de Praga, un edificio muy amado
El Teatro Nacional de Praga, en checo Národní Divadlo, es una de las visitas obligadas para los devotos de la ópera. Los no adictos al género podrán disfrutar del edificio que lo alberga. Está situado en el margen derecho del río Moldava, en la esquina entre la calle Nacional y el Muelle Masarykovo Nábřeží. Su espectacular y llamativa fisonomía no pasa desapercibida. En su interior destaca un grandioso auditorio, coronado con una cúpula dorada. Está decorada con pinturas que representan a distintas figuras femeninas relacionadas con el mundo del Arte.
La obra, realizada por el arquitecto Josef Zitek, se inauguró en 1881. Desde un primer momento se convirtió en el centro cultural que salvaguardaba la esencia de las artes escénicas checas. Los praguenses aman esta construcción por muchos motivos. Fue posible gracias al activismo de un destacado grupo de creadores checos, quienes convencieron a la ciudadanía de la necesidad de sus donaciones.
La alegría colectiva se convirtió en tragedia unos meses después de la inauguración. El 12 de agosto de 1881, tras once representaciones, un incendio destruyó el escenario y parte del edificio. Fue necesaria una nueva campaña de movilización para recaudar fondos y poder reconstruirlo. Bastaron 47 días para recolectar el dinero necesario. Se encargó del trabajo el arquitecto Josef Schulz. En noviembre de 1883, el Teatro Nacional volvía a abrir sus puertas.
Sobre las tablas se escenificó la misma obra de su primera inauguración, Libuše, de Bedřich Smetana. Una pieza sobre una heroína legendaria checa, muy apropiada para tiempos de reivindicación nacionalista. A finales del siglo XIX Praga luchaba para librarse del influjo de los Habsburgo.
Curiosidades y características del Teatro Nacional de Praga
El Teatro Nacional es querido por los habitantes de Praga por otra circunstancia. En 1989 se convirtió en escondite de los manifestantes que luchaban contra el régimen comunista. Fue también el lugar donde se celebraron las asambleas y reuniones políticas que culminaron, tras la Revolución de Terciopelo, con el nombramiento de Václav Havel como presidente de Checoslovaquia.
Actualmente, la institución del Teatro Nacional se compone de otros tres edificios, además de la sede histórica. El Nuevo Escenario, el Teatro de los Estamentos y el Teatro Musical de Karlín se reparten una gran variedad de representaciones de ópera, teatro y ballet en la capital checa.
La Ópera Estatal de Praga, grandes clásicos en un bello entorno
Para conocer los interiores del elegante teatro que acoge la Ópera Estatal, compañía de ópera y ballet de Praga, hay que asistir a uno de sus espectáculos. Un doble motivo para planificar la visita y disfrutar de un magnífica velada. El bello edificio, de estilo neoclásico, fue diseñado por los arquitectos vieneses Fellner und Helmer a finales del siglo XIX. Fue construido en 1888 y en sus inicios se llamaba Nuevo Teatro Alemán, denominación que no cambió hasta 1945.
El teatro se encuentra en la Ciudad Nueva, en la calle Wilsonova, muy cerca de la plaza de Wenceslao. En su decoración destacan el color rojo intenso del terciopelo y los estucos dorados que decoran el patio de butacas. En el escenario de este espacio lleno de glamour se representan, durante todo el año, grandes clásicos de la ópera. Su recorrido se inició el 5 de enero de 1888 con la puesta en escena de Los maestros cantores de Núremberg, de Richard Wagner.
La intensa historia de la Ópera Estatal de Praga
El primer director de la Ópera Estatal de Praga fue Angelo Neumann, quien colocó a la institución a la altura de los grandes centros operísticos a nivel mundial. Directores de la talla de Gustav Mahler, Richard Strauss y Otto Klemperer, entre otros, desfilaron por su escenario.
Tras la muerte de Neumann en 1911, se hizo cargo del teatro el compositor Alexander von Zemlinsky. Adquirió notoriedad por las representaciones de Mozart y por la puesta en escena de obras de nuevos autores. Le han seguido en el cargo destacadas figuras de dirección orquestal.
La trayectoria del Teatro Estatal es muy intensa y cargada de vicisitudes. Tras la ocupación nazi, pasó a denominarse Deutsches Opernhaus y solo se representaban compañías alemanas. Tras la caída del nazismo se impulsó la creación de un teatro checo, bajo el nombre de Teatro del 5 de mayo. Se inauguró en 1945 con una ópera de Bedřich Smetana, padre de la ópera checa. Y se caracterizó por la inclusión en su repertorio de destacadas obras de vanguardia.
En 1949, el espacio se denominó Teatro Smetana. Tras la Revolución de Terciopelo en 1989, volvió a ser bautizado como Ópera Estatal. Adoptó un programa amplio, con un gran peso del legado de la ópera del siglo XX y la apuesta por estrenos de piezas novedosas. Desde 2015 se integra en el marco de la compañía del Teatro Nacional de Praga. En los últimos años ha estado sometido a una remodelación.
El Teatro Estatal o de los Estamentos, la memoria de Mozart
No puede faltar en el recorrido operístico por Praga, el Teatro Estatal, también conocido como Teatro de los Estamentos. De estilo clasicista, su bello edificio ha mantenido hasta hoy su fisonomía original. Se encuentra en pleno casco antiguo de la ciudad, cerca del mercado de Frutas. Se construyó por encargo de Franz Anton, conde de Nostitz-Rieneck. Fue inaugurado en 1783 con la escenificación de Emilia Galotti, de Gotthold Ephraim Lessing.
Es célebre porque Wolfgang Amadeus Mozart dirigió aquí el estreno mundial de su ópera Don Giovanni en 1787. A largo del tiempo ha pasado por distintas denominaciones y ha sido sometido a unas cuantas remodelaciones. Actualmente, acoge representaciones teatrales y de ballet del Teatro Nacional. En su escenario se representan con asiduidad las óperas de Mozart, su Don Giovanni y otras piezas. El célebre compositor austriaco mantuvo una estrecha relación con la capital checa y se convirtió en una especie de ídolo para sus habitantes.
En la entrada del teatro el visitante saluda a una enigmática escultura. Es El Comendador, un personaje de Don Giovanni. La obra es de la artista checa Anna Chromý.