La historia de Praga no podría entenderse sin la Plaza de Wenceslao (Svatováclavské náměstí, en checo). Este gran espacio situado en la Nové Město (Ciudad Nueva) ha sido el escenario de numerosos acontecimientos y manifestaciones de gran importancia para la República Checa. Hoy es una de las principales plazas de Praga, un lugar fundamental en cualquier visita a la capital bohemia.

La Plaza de Wenceslao se sitúa al sureste de la Ciudad Vieja (Staré Město). Aunque se considera parte de la ciudad nueva, la plaza forma parte del conjunto de la ciudad declarado Patrimonio de la Humanidad. De hecho, se sitúa en el límite entre ambas zonas.

Siglos atrás, este espacio era conocido como el Mercado de Caballos (Koňský trh), punto de mercadeo de estos animales desde el siglo XIV. Cambió su nombre en 1848 a la actual denominación.

 

 

¿Quién fue Wenceslao?

Wenceslao hace referencia a San Wenceslao I de Bohemia, patrón de la República Checa y rey de Bohemia, el antiguo reino de Europa Central que ocupaba lo que hoy son Eslovaquia y la propia Chequia. Wenceslao I reinó entre 921 y 935, muriendo cuanto tenía solo 28 años (fechas aproximadas). Su cuerpo está enterrado en la catedral de San Vito de Praga, de cuya construcción él mismo fue promotor.

Qué ver en la Plaza de Wenceslao: estatua, museos, monumentos…

SI algo llama la atención a primera vista en la Plaza de Wenceslao es su forma rectangular, más parecida a una avenida que a una plaza. Mide 750 metros de longitud y su superficie es de 45.000 metros cuadrados, lo que la convierten en una espectacular explanada para concentraciones populares y eventos de cualquier tipo.

Pero la plaza no es conocida solo por su carácter de punto de reunión en el centro de Praga. En torno a ella se pueden encontrar varios edificios y lugares de interés para el visitante.

La estatua de Wenceslao preside la plaza
La estatua de Wenceslao preside la plaza

1. Estatua de Wenceslao

Situado en el centro de la plaza, es el principal monumento. La imagen de San Wenceslao a caballo se encuentra junto a otros patrones checos. Fue esculpida entre 1887 y 1924 por Josef Václav Myslbek.

2. Museo Nacional de Praga

Ocupa el lateral más alto de la plaza, una posición espectacular que destaca sobre cualquier otro edificio. El museo más importante de Praga llama la atención por su imponente fachada neorrenacentista culminada por una cúpula. Una visita imprescindible en la capital checa.

Museo Nacional de Praga
Museo Nacional de Praga, junto a la estatua

3. Monumento a Jan Palach

En el suelo, frente al museo, una cruz de bronce incrustada en la acera recuerda la muerte del joven Jan Palach, el estudiante que se inmoló en forma de protesta tras la invasión soviética de 1968. Un segundo estudiante, Jan Zajíc, hizo lo mismo un mes después en el mismo lugar.

4. Palác

En la parte baja de la plaza se alza este edificio de estilo Art Nouveau construido en 1914 y que alberga varias tiendas y restaurantes de renombre. Conviene fijarse en los detalles exteriores e interiores, como la corona con figuras que culmina el edificio, o la cúpula de cristal visible desde el interior.

5. Edificio Lindt

Es uno de los primeros ejemplos de arquitectura funcionalista checa y fue construido en 1927 para albergar unos grandes almacenes.

6. Grand Hotel Europa

Otra joya de Art Nouveau construida en 1905.

7. Edificio Melantrich

En uno de sus balcones aparecieron juntos, durante la Revolución de Terciopelo, los dos líderes políticos Václav Havel y Alexander Dubček.

8. Casa Wiehl

Construida en 1896, cuenta con una espectacular fachada neorrenacentista con murales y alegorías. El edificio es obra del arquitecto checo Antonín

9. Farmacia Adam

Una botica de 1913 diseñada por Emil Králíček. La fachada cuenta con representaciones de la ciencia farmacéutica en forma de un hombre y una mujer.

Concurrida plaza de Wensceslao
La plaza de Wenceslao es una las zonas más concurridas de Praga

Hitos históricos en la Plaza de Wenceslao de Praga

Si la Plaza de Wenceslao es importante para los ciudadanos checos, es porque allí sucedieron varios hechos de vital importancia para el país en la época contemporánea.

Declaración de independencia de Checoslovaquia en 1918

Junto a la estatua de Wenceslao, el historiador Alois Jirásek leyó la Declaración de Independencia de Checoslovaquia, el 28 de octubre de 1918. La Primera Guerra Mundial veía su fin, caía el Imperio Austro-Húngaro, del que las tierras checas formaron parte desde 1526, y se reconocía el derecho de autodeterminación de las naciones que formaban parte de él.

La Plaza de Wenceslao acogía a la multitud que salió a proclamar la independencia de su territorio tras casi cuatro siglos. Nacía un nuevo estado.

Ocupación nazi de Checoslovaquia

La alegría apenas duró 20 años. En 1938, la Conferencia de Múnich acordó la anexión alemana de la región checa de los Sudetes, sin negociar con Checoslovaquia. La anexión abrió la puerta a Hitler para presionar y conseguir el control y la ocupación de un país estratégico para los intereses nazis. Se formalizaba el Protectorado de Bohemia y Moravia, y lo hacía en plena plaza.

La Plaza de Wenceslao pasaba así a ser el lugar de las grandes manifestaciones nazis en Praga. Todo terminaría unos días antes del final de la Segunda Guerra Mundial, cuando estalló el levantamiento de Praga. Durante la sublevación, varias casas de la plaza quedarían destruidas.

El fin de la Primavera de Praga

En agosto de 1968, 200.000 soldados, 2.300 tanques y 700 aviones del bloque del Pacto de Varsovia penetraron en la frontera e invadieron Checoslovaquia. Terminaba la Primavera de Praga. Los tanques soviéticos llegaban así a las calles de Praga, los soldados empezarían a desfilar por las calles de la capital. De nuevo, la Plaza de Wenceslao es el epicentro de los acontecimientos. Las imágenes de los tanques soviéticos con el Museo Nacional al fondo quedarán para la historia, como las de los jóvenes quemando periódicos rusos en señal de protesta, también en la Plaza Wenceslao.

La Revolución de Terciopelo

La República Checa es lo que es gracias a la Revolución de Terciopelo, aquel movimiento pacífico que supo terminar con la Checoslovaquia comunista en noviembre de 1989. El pueblo salió a la calle masivamente, más de medio millón de personas, para decir basta, tras la violencia empleada por la policía ante una marcha de estudiantes. Intelectuales y población en general se unieron a los jóvenes. El bloque soviético perdía una pieza más que se traduciría en la convocatoria de elecciones libres en 1990, en la disolución del país y la aparición de dos nuevos estados en 1993: República Checa y Eslovaquia.

La Plaza de Wenceslao fue el escenario de la primera manifestación que arrancó la Revolución de Terciopelo. Václav Havel, ex preso del comunismo y líder opositor, se convirtió en el héroe nacional al encabezar el movimiento en la plaza. Havel sería después el presidente de la Checoslovaquia liberada (1989-1992) y de la nueva República Checa, entre 1993 y 2003. Con su muerte en 2011 se instaló un memorial popular en su nombre a los pies de la estatua de Wenceslao.

Es evidente que la Plaza de Wenceslao de Praga es un lugar de gran importancia histórica para la República Checa. Un enclave fundamental para comprender la dura historia contemporánea de estas tierras, tan sujetas a vaivenes, imperios y regímenes totalitarios.