El 5 de agosto de 1498, Bartolomé Colón, hermano menor del almirante, fundó la primera ciudad europea en América que aún hoy, más de 500 años después, sigue habitada, y más viva que nunca. Desde su rico pasado colonial hasta su moderna y dinámica actualidad, la Capital de República Dominicana es un destino que te ofrece todo tipo de posibilidades. Historia, arte, cultura, gastronomía, vida nocturna, deportes, compras… anímate a visitar Santo Domingo y descubre una ciudad que te va a dejar con la boca abierta.
QUÉ VER Y HACER EN SANTO DOMINGO
En la capital de República Dominicana hay una sorpresa esperándote en cada esquina. Con salir a pasear por sus calles ya es suficiente para que te enamores perdidamente de esta joya caribeña, pero si quieres conocerla a fondo, aquí tienes una lista de algunos de los lugares más bonitos e interesantes de Santo Domingo. ¡No te los pierdas!
- Ciudad Colonial
- Catedral de Santo Domingo
- Baluarte del Conde
- Calle del Conde
- Alcázar de Colón
- Parque Colón
- Museo de las Casas Reales
- Fortaleza Ozama
- Faro a Colón
- Cueva de los Tres Ojos
- Acuario Nacional
- Jardín Botánico Nacional
Ciudad Colonial de Santo Domingo, donde Europa se encontró con América
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1990, la Ciudad Colonial de Santo Domingo es un verdadero tesoro arquitectónico y cultural.
Los edificios históricos más importantes de la ciudad, muchos de ellos del siglo XVI, los encuentras entre sus calles y plazas. Museos, tiendas, bares y restaurantes también le dan muy buen ambiente a este barrio histórico. Así que ponte unos zapatos bien cómodos… ¡y a caminarle! Un tip: también puedes rentar una bici. Y ojo, que no se te olvide pasar por la primera calle empedrada de América.
Catedral de Santo Domingo, la primera del Nuevo Mundo
En el corazón de la Ciudad Colonial está la Catedral de Santo Domingo, la primera catedral del Nuevo Mundo, la catedral Primada de América. Este maravilloso edificio de estilo gótico, adornado con detalles renacentistas, se empezó a construir en 1512 y con el paso de los siglos fue sumando elementos que aumentaron su valor histórico y cultural. En su interior se puede apreciar una rica colección de tesoros, muchos de ellos de la época de la conquista, desde obras de arte hasta muebles antiguos y lápidas funerarias de arzobispos. También adentro de la Catedral está la tumba que guardó los restos de Cristóbal Colón hasta 1795.
Baluarte del Conde, la puerta de Santo Domingo
En el extremo oriental de la Ciudad Colonial puedes encontrar un conjunto de monumentos muy interesantes que cuentan la historia de Santo Domingo. Conocido como Baluarte del Conde o Puerta del Conde, esta parte de la antigua muralla de la ciudad fue el lugar donde se proclamó la independencia de República Dominicana en 1884 y hoy es la entrada al Parque Independencia, donde se encuentra el Altar a la Patria. A su lado también está el Fuerte de la Concepción, un edificio militar del siglo XVII que también formaba parte de la antigua muralla.
Calle El Conde, la más famosa de la ciudad
A lo largo de unas 10 cuadras, desde la Puerta del Conde hasta el río, pasando por el Parque Colón y el Palacio Consistorial, la calle El Conde es la peatonal más famosa de Santo Domingo. Hay que paseársela enterita y aprovechar su ambientazo, comer algo o tomarse un heladito y un café, curiosear en sus tiendas, admirar sus edificios históricos… Esta calle adoquinada, una de las arterias comerciales más antiguas del Nuevo Mundo, es el lugar perfecto para disfrutar de todo el encanto de la capital dominicana.
Alcázar de Colón, el primer palacio de América
Ubicado entre el río Ozama y la plaza de España, el Alcázar de Colón es uno de los edificios históricos más importantes de Santo Domingo y uno de sus museos más visitados. Este palacio fortificado de estilo gótico y renacentista fue construido a principios del siglo XVI para convertirse en la casa de Diego Colón, hijo de Cristóbal Colón y gobernador de La Española, y su esposa, María Álvarez de Toledo, sobrina del rey de España Fernando “el Católico”, convirtiéndose en la residencia virreinal más antigua de América. En su interior, el Museo Alcázar de Colón muestra una invaluable colección de muebles y objetos medievales y renacentistas que reflejan la vida de la nobleza española del siglo XVI en las Américas.
Parque Colón, el corazón de Santo Domingo
Junto a la Catedral y con una gran estatua del Descubridor de América en el centro, el Parque Colón es el corazón de Santo Domingo. Siempre animada y llena de palomas, turistas y gente local, la “fisonomía” actual de esta plaza es de finales del siglo XIX, pero ya en 1506 era la plaza mayor de la antigua Ciudad Colonial. Sentarse a descansar en uno de sus bancos, a la sombra de sus grandes árboles, mientras escuchas de fondo la música de alguno de los grupos de merengue que suelen tocar por ahí, es una buena manera de recargar las pilas antes de seguir descubriendo la capital dominicana.
Museo de las Casas Reales, un vistazo a la Historia
Corte Real del gobernador español en el siglo XVI, sede del palacio del gobernador, de la tesorería, de los tribunales de justicia… este importante edificio histórico que está al lado del río, muy cerquita del Alcázar de Colón, fue una pieza clave de la estructura administrativa durante el periodo colonial. Convertido en el Museo de las Casas Reales, esta interesante visita ofrece distintas exposiciones sobre la historia de Santo Domingo, desde los viajes de Colón hasta la época de la dictadura de Trujillo.
Fortaleza Ozama, el guardián de Santo Domingo
En el mismo extremo del centro histórico de Santo Domingo, muy cerca de las Casas Reales y prácticamente en la boca del río que le da su nombre, la Fortaleza Ozama es otra de las joyas coloniales de la ciudad y uno de sus monumentos más importantes. Obra de los conquistadores españoles a principios del siglo XVI, es el primer fuerte militar que se construyó en América. Desde su torre, de claro aspecto medieval y más de 20 metros de altura, se puede vigilar y proteger perfectamente la entrada a la ciudad desde el río y la costa del mar Caribe. No te vayas sin subir a la torre por su escalera de caracol, las vistas son espectaculares; también tienes que explorar los túneles y calabozos, pero cuidado, a ver si luego no te van a dejar salir.
Faro a Colón, un gran homenaje al Descubridor
Fuera de la Ciudad Colonial, al otro lado del río Ozama, se levanta el enorme monumento y museo dedicado al Descubridor del Nuevo Mundo, un lugar impresionante conocido como el Faro a Colón. Construido para conmemorar el 500 aniversario del Descubrimiento de América, se dice que este gigantesco edificio en forma de cruz, de unos 800 metros de largo por casi 40 de alto, es también el lugar en el que descansan los restos mortales del propio Cristóbal Colón. Además, en el interior del Faro hay un museo dedicado a los pueblos de América Latina y varias salas de exposiciones temporales.
Cueva de Los Tres Ojos, un tesoro natural en plena urbe
En un extremo del Parque Mirador del Este –un gran espacio verde de unos 2 km de largo– se encuentra el Faro a Colón y en lado contario un hermoso escenario natural: la Cueva de Los Tres Ojos. Oficialmente catalogado como el Parque Nacional Los Tres Ojos, este oasis en medio de la ciudad es un increíble conjunto de cuevas que en su interior tiene varios lagos. No dejes de recorrer los senderos y escaleras que te permiten explorar el lugar, y pon mucha atención para que no se te escapen las pinturas rupestres y petroglifos que los indígenas taínos dejaron plasmados en sus paredes.
Acuario Nacional, una fiesta de vida marina
También muy cerca del Faro a Colón y justo a la orilla del mar, el Acuario Nacional es el lugar perfecto para que descubras toda la riqueza de la vida marina en República Dominicana. Las tortugas carey y los manatíes son solo algunos de sus “huéspedes” más famosos, pero lo que no te puedes perder es el túnel submarino. Desde este increíble pasadizo de cristal se pueden ver todo tipo de peces, rayas, tortugas y tiburones, como si estuvieras nadando con ellos debajo del agua. ¡Todo un espectáculo!
Jardín Botánico Nacional, naturaleza al 100%
Otra visita ideal para los amantes de la naturaleza es el Jardín Botánico Nacional, un enorme paraíso natural de dos millones de metros cuadrados. El Jardín Botánico más grande del Caribe. Árboles tropicales, palmeras, más de 300 especies de orquídeas, todo tipo de aves… súbete al trenecito que recorre este mágico lugar, disfruta de sus exóticos rincones y, si quieres, puedes hacer un picnic en sitios tan maravillosos como la orilla del lago del jardín japonés. Un tip: si te gusta la observación de aves, apúntate a las caminatas guiadas que organiza la Sociedad Ornitológica de la Hispaniola.
Comida típica
En lo fundamental y con algunas particularidades, la comida típica de Santo Domingo es muy similar a la del resto del país. Una cocina criolla, entre lo taíno y lo español y con muchas influencias del vecino Estados Unidos. Pero, eso sí, si algo bueno tiene Santo Domingo en materia gastronómica es la diversidad: de ingredientes y también de restaurantes y formas de interpretar la comida típica (o no).
El día en Santo Domingo suele comenzar un contundente desayuno: mangú (puré de plátano verde hervido) con tres golpes, es decir, queso frito, huevos y alguna chacina (por lo general, salami).
Entre los platos más habituales en toda comanda está el sancocho, que es un guiso a base de patatas, verduras diversas y carnes y que siempre se acompaña de una generosa ración de arroz. Lo hay en diversas versiones, como el sancocho blanco (con predominio del pollo), prieto (con plátano verde y yuca) y con habichuelas guisadas (alubias). Estas últimas son uno de los alimentos fundamentales en la dieta de los dominicanos.
El otro plato nacional, omnipresente en la comida típica de Santo Domingo, es la bandera dominicana, es decir, una bandeja con generosas raciones de carne guisada, arroz blanco o especiado y habichuelas.
Toda comida típica de Santo Domingo se debe acompañar también de una buena ración de tostones (rodajas de plátano verde fritas) o de mofongo, que es una masa a base de la carne cocida de mismo fruto, machacada en el mortero con ajo y chicharrón de cerdo.
Eventos y festividades
Celebraciones navideñas aparte, que en República Dominicana se prolongan hasta el día 6 de enero (el de los Santos Reyes Magos y la cabalgata criolla, en la tarde de la víspera), el calendario anual festivo de Santo Domingo comienza el día 27 de febrero. En esa jornada se celebra el Día Nacional, que habitualmente coincide con el Carnaval. Durante estas jornadas se desarrollan festivales de música en la calle, desfiles y bailes de máscaras en lo que, sin duda, es la fiesta grande la ciudad.
En el mes de abril, en torno al día 23, tiene lugar la Feria del Libro de Santo Domingo, una relevante cita literaria de la zona del Caribe, con sede en la Plaza de la Cultura.
Durante el mes de julio se celebra el Festival del Merengue y Ritmos Caribeños, que transforma la ciudad en un enorme escenario para el lucimiento de los mejores intérpretes del género, desde la bachata al reggaetón y la salsa.
Son los mismos ritmos que se pueden escuchar, ver y disfrutar en las Escalinatas del Conde, en plena Ciudad Colonial, las noches de los jueves de enero, febrero, mayo y junio. Todo ello combinado con otras músicas de origen afro-americano, incluido el jazz.