A medio camino entre las ciudades de San Pedro de Macorís y La Romana (y a unos 100 kilómetros de Santo Domingo o un poco menos desde Punta Cana), la Cueva de las Maravillas es un lugar realmente mágico. Tesoro natural, histórico y cultural, en esta increíble formación geológica puedes encontrar cientos de petroglifos y pictografías realizadas por los antiguos taínos. Y todo ello enmarcado por impresionantes estalagmitas y estalactitas, entre otros espeleotemas formados durante millones de años.

Además de su enorme riqueza natural y cultural, la Cueva de las Maravillas es un atractivo turístico muy accesible. Gracias a su sistema de iluminación, al elevador que la conecta con la superficie y a la red de rampas y senderos que conectan las distintas galerías, visitar este lugar es bastante fácil. Esta cueva es la primera área natural protegida del país habilitada para personas con movilidad reducida.

Una obra de arte subterránea

Configurada como un gran sistema de túneles y galerías subterráneas, esta cueva es el núcleo central del Parque Nacional Cueva de las Maravillas de República Dominicana. Descubierta en 1926 y conocida como Cueva Jagual hasta 1949, esta cavidad es, además, uno de los más de 500 registros rupestres, entre cuevas, abrigos rocosos y otras formaciones, que se pueden encontrar en todo el territorio de República Dominicana.

 

 

Formada a unos 25 metros de profundidad por las filtraciones hídricas en el suelo calizo de esta parte de la isla de La Española, la Cueva de la Maravillas ofrece un buen catálogo de espeleotemas, las formaciones producidas a lo largo de millones de años por la acumulación de minerales diluidos en el agua: estalactitas, estalagmitas, columnas, excéntricas, banderolas, coladas… ¡Todo un espectáculo de la naturaleza!

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Pinturas en la Cueva de las Maravillas.

Además de su valor como monumento natural, esta cueva es un tesoro histórico y cultural gracias a las cerca de 500 pictografías y petroglifos (pinturas y grabados en la roca) que se pueden encontrar en su interior. Herencia de los habitantes precolombinos de la isla, los indígenas taínos, estas antiguas manifestaciones artísticas incluyen distintos motivos abstractos y geométricos, pero también diferentes figuras humanas y animales.

Como la mayoría de estos sistemas kársticos, la Cueva de las Maravillas es un lugar vivo, tanto en el sentido geológico –sus formaciones siguen evolucionando– como en los relativo a su flora y fauna. Dentro de la cavidad viven distintos grupos de murciélagos y varias especies de insectos, roedores, reptiles y anfibios, sobre todo en los espacios no abiertos al público.

Qué hacer y cuándo es la mejor época para visitar la Cueva de las Maravillas

De los cerca de 800 metros que mide la Cueva de las Maravillas, más o menos unos 250 están habilitados y abiertos al público. Todos los recorridos por la cueva se hacen en un tour guiado que parte de la recepción principal cada cuarto de hora. La visita completa dura cerca de 45 minutos.

Entre los espacios más interesantes al interior de la cueva está el Espejo de Agua, un lago artificial que refleja el techo iluminado de la galería subterránea, con todas sus formaciones geológicas. Otro punto clave es el Gran Panel, donde se pueden apreciar pinturas rupestres que representan un ritual funerario taíno. Del mismo modo, la Galería Pictográfica muestra una increíble colección de pictogramas elaborados por la población indígena, con entre 500 y 800 años de antigüedad.

Además, al exterior de la cavidad se encuentra distintos atractivos que complementan la visita a la cueva.

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Interior de la Cueva de las Maravillas.
  • Sala de exposición.- Un pequeño museo de sitio, con distintas piezas arqueológicas y materiales didácticos que complementan la información sobre la riqueza natural y cultural de la cueva.
  • Iguanario.- Interesante espacio en donde se puede ver un buen número de ejemplares de iguana rinoceronte (Cyclura cornuta) y conocer todo acerca de este animal endémico, que se encuentra en peligro de extinción.
  • Jardines y laberinto natural.- Además de otras áreas verdes, la Cueva de las Maravillas cuenta con un divertido laberinto natural hecho de setos finamente podados.
  • Centro ecuestre.- Disfruta del paisaje alrededor de la cueva en un agradable paseo guiado a caballo. También hay un óvalo para niños y adultos sin experiencia que quieran descubrir la experiencia de montar a caballo.
  • Centro de visitantes.- Una cueva superficial totalmente rehabilitada (iluminación, suelo de mármol, etc.) convertida en un bonito espacio multiusos en el que se llevan a cabo distintas actividades, como presentaciones y conciertos.

Como estamos hablando de una cueva bien habilitada y su temperatura se mantiene bastante estable a lo largo de todo el año, cualquier momento es bueno para descubrir esta obra de arte subterránea. En temporada de lluvias, un buen aguacero podría ser un poco incómodo, sobre todo en las zonas al aire libre al entrar y salir de la cueva, pero nada que no se arregle con un paraguas o un impermeable.

Consejos para visitar la Cueva de las Maravillas

La Cueva de las Maravillas es un atractivo turístico que cuenta con todos los servicios e infraestructuras para ofrecer una vista completa, amena y atractiva, para todo tipo de visitantes, incluyendo personas con movilidad reducida. Sin embargo, no está demás tener en cuenta que se trata de un entorno que puede presentar algunas dificultades, sobre todo para personas mayores o con dificultades de visión.

Además, no hay que olvidar que la cueva es un ambiente muy húmedo y aunque el recorrido se hace por los senderos habilitados e iluminados, hay que llevar el calzado adecuado. ¡Cuidado con los resbalones! La temperatura de la cueva es bastante estable a lo largo del año y se mantiene sobre unos 19ºC, por lo que tampoco es necesario ir abrigado.

Para preservar las condiciones de la cueva y evitar el deterioro de las pinturas y grabados rupestres, no está permitido sacar fotos ni video. Y se sugiere también a todos los visitantes a la cueva mantener la voz baja para no afectar a la fauna local. Respetar estos lugares tan frágiles es la mejor manera de conservarlos en óptimas condiciones.

Después de visitar la cueva, échale un ojo a la cafetería y a la tienda de regalos de la Cueva de las Maravillas. Puedes probar la rica comida dominicana, así como llevarte un bonito recuerdo de este maravilloso lugar.