Cavernas con agua, eso es lo que significa literalmente la palabra maya dz’onot o ts’ono’ot, de donde deriva el nombre cenote. Pero cualquier que haya visitado uno, o visto alguna foto o un video, sabe que estos mágicos lugares son mucho más que simples cuevas inundadas. Los cenotes son las venas y arterias de la tierra, las puertas a un mundo subterráneo lleno de magia y misticismo, y, sobre todo, son auténticas obras de arte creadas por la Madre Naturaleza.
El suelo calcáreo de la Península de Yucatán, que funciona como una enorme esponja, hace que sea prácticamente imposible la formación de ríos y lagos en la superficie. Sin embargo, la filtración del agua de lluvia al subsuelo ha formado la red de ríos subterráneos y pozos de agua más grande del mundo, y los cenotes son, precisamente, afloramientos de ese singular sistema circulatorio. Los hay a cielo abierto, semiabiertos y subterráneos o en gruta; algunos son más profundos que otros; se encuentran en medio de la selva o cerca de la costa… pero todos ellos son verdaderas maravillas naturales.
- Cenote Chac Mool
- Cenote X’Kekén
- Cenote Samulá
- Cenote Sagrado
- Gran Cenote
- Cenote Suytun
- Cenote Ik Kil
- Tajma-Há
- Cenote Dos Ojos
- Cenote Siete Bocas
- Cenote Ponderosa
- Cenote Cristalino
Un gran universo acuático bajo la superficie de la tierra que para el Mundo Maya fue especialmente importante, no solo porque era su principal fuente de agua potable, sino porque los cenotes eran considerados un “canal de comunicación” con el Xibalbá, el inframundo. Restos de sacrificios humanos y piezas arqueológicas encontradas en muchos de ellos, como el Cenote Sagrado de Chichen Itzá confirman que estos pozos naturales fueron lugares utilizados con fines rituales por los antiguos mayas.
En cualquier caso, en Cancún, Riviera Maya y el resto de la Península hay más de 7,000 cenotes y muchos de ellos se han convertido en increíbles proyectos ecoturísticos en los que se puede nadar, hacer esnórquel y bucear en sus aguas súper cristalinas; descubrir las caprichosas formaciones rocosas (estalactitas, estalagmitas…) que el tiempo ha esculpido en sus cuevas; conocer la rica flora y fauna que los rodea y que habita en ellos… Lugares muy especiales que te invitan a disfrutar de un buen rato, pero que también representan la fragilidad y la invaluable riqueza de un ecosistema único que, por supuesto, hay que cuidar entre todos.
Cenote Chac Mool: danza de luz
En la zona de Puerto Aventuras y muy cerca del Barceló Maya Grand Resort se encuentra este hermoso cenote que, por sus características, es perfecto para bucear. En su interior se forman increíbles efectos de luz y en sus aguas puedes conocer el fenómeno de la haloclina, una barrera aparente o capa de separación que se forma a varios metros de profundidad entre el agua salada, que por ser más densa se mantienen en el fondo, y el agua dulce, que ocupa el área superficial del cenote, sin mezclarse una con otra.
Cenote X’Kekén: lluvia de estalactitas
Ubicado entre la ciudad de Valladolid y la localidad de Dzitnup, a medio camino entre Riviera Maya y la ciudad de Mérida, este bonito cenote y su vecino, el cenote Samulá, te ofrecen una experiencia que vale mucho la pena. Al entrar en X’Kekén podrás contemplar su gran bóveda llena de estalactitas, formadas durante millones de años, que bajan desde el techo de la cueva reflejándose en su preciosa poza azul turquesa, todo ello iluminado por un rayo de luz que entra por la estrecha abertura superior.
Cenote Samulá: cascada de raíces
Situado a escasos metros de X’Kekén, este cenote cerrado es sorprendentemente amplio en su interior. Para entrar tienes que bajar por unas escaleras, primero de piedra y luego de madera, hasta la plataforma que da acceso al agua. Una vez dentro, además del agua cristalina, podrás ver la increíble cascada de luz y largas raíces que entran por la estrecha boca de la bóveda en la parte superior. ¡Todo un espectáculo! Además, al exterior de X’Kekén y Samulá puedes disfrutar también de bonitos paseos por la selva y comprar algún regalito en sus puestos de artesanía.
Cenote Sagrado: de Chichen Itzá al Xibalbá
Conectado por un camino de casi 500m de largo con la imponente pirámide Kukulkán –corazón del espectacular sitio arqueológico de Chichén Itzá–, este es un cenote abierto de unos 60m de diámetro y 15m de altura (desde la superficie del agua hasta la parte superior del terreno circundante). El lugar, también conocido como Cenote Chenkú o Cenote de los Sacrificios, fue utilizado de manera ritual por los antiguos mayas, depositando en sus aguas todo tipo de ofrendas, desde joyas y objetos de cerámica hasta sacrificios humanos. Al tratarse de un cenote altísimo valor arqueológico, está prohibido nadar en él, por supuesto, pero eso no quita que sea muy interesante acercarse hasta ahí y contemplar este importante lugar del Mundo Maya.
Gran Cenote: belleza inagotable
A unos 5 km de Tulum, por la misma carretera que va al sitio arqueológico de Coba, este es uno de los cenotes más populares de esta zona de Riviera Maya. Su forma de media luna incluye zonas poco profundas para nadar y hacer esnórquel y lugares de mayor profundidad, aptos para el buceo. De igual forma, hay partes del cenote que están a cielo abierto y otras que se adentran en bonitas cavernas cubiertas de caprichosas formaciones geológicas. Tanto por la diversidad de sus formas como por la densa selva que lo rodea, la belleza de este lugar es realmente inagotable. Además, este cenote cuenta con distintos servicios adicionales, desde baños y regaderas hasta renta de equipo de esnórquel.
Cenote Suytun: la foto perfecta
Otro de los cenotes del área de Valladolid, Suytun se encuentra dentro de un agradable centro turístico y es uno de los cenotes más espectaculares de la zona. Este cenote cerrado –apenas tiene una pequeña abertura tipo claraboya por la que entran preciosos rayos de sol–, de forma circular y una gran bóveda adornada con una buena cantidad de estalactitas y estalagmitas, es maravilloso para nadar, pero, además, es un lugar súper fotogénico, así que no se te olvide llevar la cámara. Una pasarela de piedra que te lleva hasta el centro del cenote es una de sus características más singulares. Además, en el mismo parque puedes visitar también el cenote Suytun kaa Pe; no está abierto para nadar, pero la vista vale la pena.
Cenote Ik Kil: en claroscuro
Ubicado a unos 3km de la zona arqueológica de Chichén Itzá, dentro de un parque ecológico, este cenote es un auténtico espectáculo natural. Sus altas paredes verticales cubiertas de vegetación y su bóveda colapsada parcialmente, por donde entra la luz, producen un efecto lumínico en claroscuro totalmente mágico. Una escalinata de piedra y una plataforma facilitan el acceso al agua, súper cristalina y bien fresquita. Además, como otros cenotes totalmente equipados, en Ik Kil tienes a tu disposición regaderas, baños, casilleros, vestidores, tiendas y restaurante; las señalizaciones y el personal de apoyo terminan por facilitar toda la experiencia.
Tajma-Há: palacio subterráneo
También muy cerca del Barceló Maya Grand Resort y la playa de Xpu-Há, este cenote es otro de los favoritos para bucear y hacer esnórquel. Su nombre, inspirado por el famoso Taj Mahal de la India, se debe a que su impresionante galería subacuática parece un palacio; además, Há significa agua en maya (de ahí el juego de palabras del nombre). En los meses más cálidos (más o menos, de marzo a septiembre), en una de sus salas se puede apreciar el increíble “punto de luz”: unos agujeritos en el techo permiten el paso de la luz que entra directo en el agua como un auténtico rayo láser.
Cenote Dos Ojos: el laberinto
Ubicado a escasos 20 kilómetros al norte de Tulum y muy cerca del Parque Xel-Há, este es uno de los cenotes más espectaculares y más conocidos de Riviera Maya. Formado por dos ojos de agua (de ahí su nombre, obviamente), este cenote semiabierto es parte de una enorme sistema de cuevas y ríos subterráneos con más de 80 km de interconexiones que, además, se conecta con el Sistema Sac Actun, formando la red de cuevas subacuáticas más larga del mundo, un alucinante laberinto de más de 300km longitud. Además, la claridad de sus aguas es realmente impresionante. Ideal para bucear y hacer esnórquel, este increíble cenote se encuentra dentro del Parque Dos Ojos, una iniciativa turística comunitaria que incluye más cenotes y distintas actividades.
Cenote Siete Bocas: un mundo subterráneo
Unos 20km tierra adentro desde Puerto Morelos se encuentra este gran cenote que, como su nombre indica, tiene siete bocas o siete respiraderos. Siete Bocas forma parte de la Ruta de los Cenotes –un gran corredor de cenotes, de unos 35km de largo, que va desde Puerto Morelos hasta la localidad de Leona Vicario– y cuenta con zonas para clavados, formaciones de roca, raíces que bajan al agua, galerías interconectadas, peces, murciélagos… En resumen, Siete Bocas te ofrece un maravilloso mundo subterráneo en medio de la selva.
Cenote Ponderosa: el jardín del edén
También conocido como Jardín del Edén, este es el tercer grupo de cenotes ubicado en la zona del Barceló Maya Grand Resort, a unos 25km al sur de Playa del Carmen. Ponderosa es un gran cenote abierto (uno de los más grandes de Riviera Maya), rodeado de selva virgen (de ahí lo de Jardín del Edén), en el que se puede nadar, hacer esnórquel y bucear; también tiene una zona de clavados y un área de descanso. Por las distintas posibilidades que ofrece, es un lugar ideal para disfrutar con la familia.
Cenote Cristalino: una gran alberca natural
Casi en el mismo lugar que el Ponderosa, este cenote es también una gran alberca natural que se encuentra en un bonito paraje natural lleno de vegetación. El lugar es perfecto para nadar y divertirse en su zona de clavados. Por supuesto, también se puede practicar esnórquel y descubrir toda la belleza de sus fondos. Una pequeña caverna no hace más que sumarle encanto a este mágico lugar. Además, el fácil acceso y la popularidad de este cenote hacen que casi siempre tenga muy buen ambiente. Y no dejes de tomarte un agua de coco natural; las venden ahí mismo. ¡Buenísimas!