Es una de las plazas más animadas y espectaculares de Roma. La plaza Navona, uno de los escenarios barrocos más emblemáticos de la ciudad, está delimitada por tres fuentes, un conjunto de edificios de color ocre, que suelen estar adornados con flores en la época estival, y un bullicio continuo al que contribuyen los turistas, los vendedores y los artistas que transitan por la misma.

La plaza, también conocida como la plaza de las Fuentes, tiene una peculiar forma elíptica. Una forma que heredó del diseño original que tenían el estadio que mandó construir en este espacio el emperador Domiciano en el año 86 para celebrar competiciones deportivas y combates de gladiadores. Era el “Circus Agonalis”, un nombre que en la Edad Media se transformó en “in agone” y más tarde en “navone” hasta llegar al de “Navona” en la actualidad.

Un martirio en la plaza Navona de Roma

En la plaza Navona tuvo lugar, en el año 304 d.C., el martirio de Santa Ágata, una niña de 13 años que no quiso renunciar a su fe cristiana ni casarse con un pagano. Se cuenta que, antes de morir, fue llevada a un burdel y que después la expusieron desnuda en el circo, aunque también dicen que su desnudez desapareció por el espontáneo crecimiento de su pelo. Así que enseguida se le dedicó un oratorio en el lugar de su muerte hasta que, en el siglo XVII, el primitivo oratorio se transformó en la iglesia de Sant’Agnese in Agone (Santa Inés en Agona), que tiene la particularidad de que su fachada es cóncava.

 

 

Plaza Navona, Roma
La Plaza Navona en Navidad.

Fue bajo el mandato del papa Inocencio X, miembro de la familia Pamphili, cuando la plaza adquirió su actual diseño barroco y se levantaron las fuentes. Desde 1652 y hasta 1866, los fines de semana de agosto, se inundaba la parte central de la plaza para convertirla en “el lago de la piazza Navona”, una fiesta que acabó siendo suprimida.

Fontana de los Cuatro Ríos
Destellos sobre la fontana de los Cuatro Ríos.

La fontana de los Cuatro Ríos de Bernini, el icono de la plaza Navona

La protagonista principal de la plaza Navona es, sin duda, la fontana dei Quattro Fiumi (1648) diseñada en el centro de la plaza por el genio del barroco Gian Lorenzo Bernini. Las cuatro figuras principales de la fuente representan los cuatro ríos del paraíso (el Nilo, el Ganges, el Río de la Plata y el Danubio) y las cuatro esquinas del mundo: África, Asia, Europa y América. Además, la fuente está coronada con un obelisco dedicado a Domiciano que el emperador mandó construir en Egipto.

El papa Inocencio X, cuyo símbolo aparece en la parte superior del obelisco de la plaza Navona, fue también el que mandó construir el palacio Pamphili (situado a la izquierda de Sant’Agnese) y que hoy está ocupado por la embajada de Brasil.

Fontana de los Cuatro Ríos.
Detalle de la fontana de los Cuatro Ríos.

La fontana de Nettuno y la fuente del Moro

Fuente del Moro
Fuente del Moro.

Es tal la belleza de la fuente de Bernini de Roma que muchos turistas no se fijan en las dos fuentes menores que se hallan en los extremos de la plaza Navona, aunque sí merece la pena detenerse en ellas. Una es la fontana de Nettuno (1574), que representa al dios del mar forcejeando con una serpiente. La otra es la fuente del Moro (1575), que representa en su figura central otro dios marino. Ambas fueron diseñadas por Giacomo della Porta.

Una anécdota sobre Bernini

La leyenda cuenta que Bernini diseñó una de las esculturas de la fontana de los Cuatro Ríos con los ojos tapados a propósito, para dar a entender que retrocedía horrorizada ante la iglesia de Sant’Agnese, porque fue diseñada por su rival Borromini. Es una anécdota curiosa y algo contradictoria, porque la fuente de la plaza Navona se construyó antes que la iglesia.

Recomendaciones en la plaza Navona

Si te apetece, puedes sentarte en cualquiera de las agradables terrazas de los cafés que rodean la plaza Navona, pero debes de saber que tienen probablemente lo precios más caros de la ciudad. Eso sí, en su descargo se puede decir que una vez pides tu consumición podrás permanecer en la mesa todo el tiempo que desees. Los locales más famosos de la plaza son el Caffè di Colombia y el restaurante Tre Scalini.

Plaza Navona
Plaza Navona en Roma, un lugar dónde disfrutar de los sentidos.

Por la noche, la plaza adquiere un toque especial con la iluminación de sus tres fuentes, por lo que merece la pena darse un paseo por la misma y disfrutar de la estampa de los artistas y caricaturistas que trabajan aquí. Además, durante los días navideños, adquiere un carácter diferente gracias a los pequeños puestos ambulantes que se aglutinan en lo que se denomina el mercado de la Befana.

Otra opción excelente es deambular por las estrechas calles que rodean la plaza Navona, descubrir pintorescos y encantadores rincones y, de paso, atisbar algún restaurante o trattoria para degustar la cocina tradicional italiana.

atardecer en Plaza Navona
Bello atardecer en Plaza Navona.

Es muy posible que te encuentres con templos, palacios y otros monumentos vecinos a la plaza Navona. Es el caso de la vía dei Coronari, una elegante calle plagada de tiendas de anticuarios. O la iglesia de Santa Maria della Pace, una joya renacentista que conserva frescos de Rafael. O el templo de San Luis de los Franceses, que tiene varias obras de Caravaggio sobre la vida de San Mateo. O la iglesia de San Agustín, que tiene un fresco de Rafael, un lienzo de Caravaggio y una talla de Sansovino. Aquí se conservan también los restos de Santa Mónica, la madre de San Agustín. O el palacio Altemps, que está integrado en el Museo Nazionale Romano, que contiene una magnífica colección de escultura clásica.