Desde hace décadas la Alameda de Hércules es el lugar donde se gestan algunos de los movimientos sociales más interesantes de Sevilla. Así, este barrio se ha convertido en epicentro de nuevas tendencias, modas y vanguardias culturales. Y, además, es el embrión de un cambio muy importante en las costumbres sociales en toda la ciudad. Todo ello no solo ha transformado el ambiente del barrio, también ha influido de una forma determinante en la imagen que muchos se llevan de Sevilla, como una ciudad abierta y amable con las diferencias. 

Buena parte de la responsabilidad de todo esto la tiene la comunidad LGBTI+ que, con la apertura de locales específicos y la mudanza de muchos de sus miembros a las viviendas del barrio, ha protagonizado este cambio de imagen. De hecho, sorprende que la Alameda hoy sea un barrio de moda, cuando hasta hace muy pocos años era una de las zonas más degradadas de Sevilla.  

Muy lejos de esa imagen decadente, hoy las viviendas situadas en la zona cotizan al alza y no hay grupo de restauración importante en Sevilla que no tenga aquí (o quiera abrir cuanto antes) un restaurante o bar de tapas. Además, la Alameda de Hércules, como tal, es por sus dimensiones (480 metros de largo por 80 de ancho) y por su carácter peatonal el lugar ideal para la celebración de mercados, conciertos, exposiciones al aire libre, fiestas populares… 

  1. Los orígenes de la Alameda
  2. ¿Por qué se llama Alameda de Hércules? 
  3. Las Columnas de Julio César 
  4. Monumentos a los cantantes flamencos
  5. Casa de las Sirenas
  6. Locales para todos
  7. Y locales para la comunidad LGBTI+ 
  8. Dónde alojarse en Sevilla

Los orígenes de la Alameda  

 Lo que hoy es la Alameda de Hércules fue el cauce mismo del río Guadalquivir, que no realizaba entonces el meandro que envuelve hoy el casco histórico de la ciudad, sino que pasaba a través de ella. Según una leyenda no del todo documentada, habría sido el rey visigodo Leovigildo quien habría cambiado el cauce del río para castigar de esa forma a su hijo Hermenegildo y a sus seguidores, convertidos al Cristianismo, privándoles de las aguas de río. 

El caso es que estos terrenos extramuros se convirtieron en una laguna de aguas estancadas que, con los habituales desbordamientos del río, volvía a ser rellenada por sus aguas, convirtiendo la zona en un auténtico lodazal. 

Así, hasta que en el siglo XVI el conde de Barajas decidió drenar el terreno mediante acequias. De esta forma quedó un gran espacio llanoque acabó transformándose en lo que los historiadores consideran como el parque público más antiguo de España y de Europa (1574).  

Pese a todos los esfuerzos, la Alameda sufrió desde aquella época habituales inundaciones, dada su baja altura en relación con el curso del Guadalquivir. Aun así, en el año 1764 se plantaron aquí 1.600 álamos. Además, se amplió el número de fuentes existentes hasta un total de seis.

¿Por qué se llama Alameda de Hércules? 

 Con motivo de la adecuación de la zona como espacio público de recreo, se situaron en el extremo Sur dos columnas originarias de un templo del vecino yacimiento romano de Itálica. Sobre esas columnas, que se encontraban en un edificio de la calle Mármoles, se colocaron dos esculturas creadas por Diego de Pesquera, alegóricas del emperador romano Julio César y del dios HérculesSiglos después, en el otro extremo del jardín se colocaron otras dos columnas rematadas por esculturas, en este caso leones que sustentan los escudos heráldicos de Sevilla y España. 

Si a todo esto sumamos que buena parte del arbolado de este jardín son los álamos que han sobrevivido a la masiva plantación del siglo XVIII, es fácilmente deducible el nombre que tiene este espacio. 

Una curiosidad es que la Alameda ha perdido en los últimos años la mayor parte de la tierra de albero, que era una de sus señas de identidad, en beneficio de la pavimentación casi completa de su suelo. Esta reforma se ha realizado en los últimos años y, entre los elementos más destacados hay unas fuentes a ras de suelo, integradas sobre el mismo pavimento. Muchos de los que pasan por la Alameda aprovechan para refrescarse en ellas durante los días en que aprieta fuerte el calor estival. 

 

Las Columnas de Julio César 

En la Alameda de Hércules, quizás el elemento arquitectónico más representativo sean las llamadas Columnas de Julio César, que enmarcan el amplio espacio central. Como ya hemos dicho, su origen es efectivamente clásico, en concreto de un templo romano procedente del yacimiento de Itálica y datado en la época del emperador Adriano (siglo I-II), parte de cuyos restos estaban en la calle Mármoles, que es de donde se trajeron estas columnas.

La colocación en su actual emplazamiento tuvo lugar como consecuencia del proyecto de transformación de este espacio urbano en un parque, embellecido por fuentes, esculturas y estas elevadas columnas.

Estatua de Hércules, Alameda de Hércules

Como también hemos comentado, las columnas están rematadas por sendas esculturas alegóricas del propio dios Hércules y del emperador romano Julio César, a los que algunos historiadores asimilan con las figuras de los emperadores Carlos V y su hijo Felipe II. Ambas esculturas las realizó el artista Diego de Pesquera, que se inspiró en dos grabados antiguos.

 

Monumentos a los cantantes flamencos 

La Alameda de Hércules y su entorno fueron el epicentro del buen flamenco en Sevilla.  Allí, en los llamados cafés cantantes, en patios y cuartuchos prácticamente clandestinos, se forjó la leyenda de algunos de los más grandes intérpretes de ese estilo musical. Entre ellos, Manolo Caracol, artista sevillano cuyo monumento es uno de los más reconocibles en el paseo por la Alameda de Hércules. Su escultura en bronce es una obra de Sebastián Santos Calero, que lo terminó en 1990.

También en la Alameda está el monumento dedicado a La Niña de los Peines, es decir, la cantaora Pastora María Pavón Cruz, sin duda una de las intérpretes más importantes y conocidas del género. En este caso la escultura está realizada por el artista Antonio Illanes y se inauguró en el año 1968.

El panorama de monumentos en bronce existentes en la Alameda de Hércules se completa con el homenaje al torero Manuel Jiménez Moreno, conocido como “Chicuelo”.

Casa de las Sirenas 

La llamada Casa de las Sirenas es uno de los edificios más singulares de la Alameda de Hércules. Se trata de un palacete romántico construido entre 1861-64 por orden del marqués de Esquivel. Del proyecto se encargó el arquitecto Joaquín Fernández Ayarragaray.

Su nombre popular viene de una confusión, al entender la población que las estatuas de estilo egipcio antiguo que decoran una de las entradas del palacete eran sirenas. El abandono como residencia y la degradación de su estructura a lo largo de décadas, igual que ocurrió con otros muchos edificios de la Alameda de Hércules, estuvieron a punto de acabar con esta construcción.

Por fortuna, en 1995 se rehabilitó y catalogó como Bien de Interés Público y Social y Patrimonio Histórico. Desde 1998 funciona como centro cívico, en el que se organizan reuniones de todo tipo y actos culturales organizados por los propios vecinos de la zona

Locales para todos 

 La Alameda de Hércules es una zona perfecta para ir de ir de tapas, por la proliferación de locales que, en los últimos años han convertido al barrio en una pequeña meca gastronómica. Uno de los más populares es Las Columnas (Alameda de Hércules, 19), donde conviene pedir alguno de sus montaditos: el de pringá es mítico. 

Uno de los más innovadores es Arte y Sabor (Alameda de Hércules, 85), que se caracteriza por sus tapas modernas de inspiración mediterránea, y por sus muchas opciones para vegetarianos. Para propuestas bastante modernas las de Dúo Tapas (Calatrava, 10), en un local muy colorista y luminoso. Con el buen tiempo una de las terrazas más animadas y agradables, aunque sin grandes pretensiones gastronómicas, es la de Carayaca (Alameda de Hércules, 43). 

Dársena del Río Guadalquivir

Y locales para la comunidad LGBTI+ 

 Como ya hemos comentado, una de las claves de la transformación de la Alameda de Hércules en uno de los barrios de tendencia de Sevilla, es la existencia de numerosos locales específicos para la comunidad de LGBTI+, muchos de cuyos miembros locales se han trasladado a vivir hasta aquí. Hoy, sin duda, el barrio es uno de los de mentalidad más abierta en el Sur de Europa. 

De entre todos ellos, la discoteca Ítaca (Amor de Dios, 31) es uno de los locales más veteranos y populares y acoge a un público variopinto y de edades diferentes. 

Otro de los locales clásicos de la Alameda de Hércules es El Bosque Animado (Arias Montano, 5), concebido como un café y terraza de tarde-noche, donde lo mismo se puede tomar una copa que picar algo entre horas. 

 Muy concurrido suele estar el bar Men to Men (Trajano esquina con Delgado, 1), donde “pinchan” música muy bailable y que programa actuaciones durante los fines de semana. Y para nostálgicos de verdad, 1987 Bar (Alameda de Hércules, 93), pues está especializado en música de aquella época, en un ambiente tipo pub de los ochenta. 

 

Dónde alojarse en Sevilla 

Entre las mejores opciones de alojamiento en Sevilla está el Hotel Barceló Sevilla Renacimiento, un establecimiento de 5 estrellas que, por su arquitectura recuerda al Museo Guggenheim de Nueva York. En total, ofrece 295 habitaciones, todas ellas muy amplias y luminosas y está junto al río Guadalquivir, a una distancia muy cercana a pie de la Alameda de Hércules.

Entre los servicios que ofrece destaca la parte gastronómica, con cuatro restaurantes: Colón, en el que sirven una gran selección de tapas con influencias de varios países; Arrogante, especializado en cocina mediterránea y donde, como es obvio, el arroz es protagonista; Breeze Pool Bar, donde tomar un snack al tiempo que se disfruta de la piscina de este alojamiento; y el restaurante buffet para desayunos, con una amplia variedad de preparaciones, para empezar el día bien alimentados.