En Sevilla se puede salir a las 12 de la mañana de casa (o del hotel), comenzar tomando una cerveza o un vino y acompañarlo de alguna de las muchas y variadas tapas que se sirven en sus bares. Y luego, se puede continuar en otro, en otro y en otro bar más y, así, casi sin darse cuenta, llegar hasta la madrugada, sin parar en momento alguno de disfrutar de una de las costumbres más definitorias de la buena vida en esta ciudad. Desde luego, opciones para el tapeo las hay para todos los gustos y sabores y, por supuesto, para todos los bolsillos. Y, sin duda, es una opción inmejorable para conocer lo mejor de la cocina típica sevillana.
Las tapas más sevillanas
Quizá la tapa más sevillana por definición sea el serranito, un montadito a base de lomo a la plancha, jamón serrano y pimiento verde. Pero también es muy habitual la cazuelita de espinacas con garbanzos, un guiso a modo de potaje, jugoso y de sabor intenso.
Junto a las habituales croquetas de puchero, en las barras sevillanas destaca otra tapa que, en sí misma, define buena parte de la gastronomía sevillana: el mollete de pringá. Se elabora a base de las carnes del cocido andaluz (jamón, carne de cerdo, ternera y pollo, tocino y morcilla), trituradas a modo de un particular paté.
También son muy habituales las tapas sevillanas a base de gazpacho y salmorejo, junto con el pescado en adobo (sobre todo, cazón), las papas aliñás (con cebolla, pimiento, atún o melva y regadas con vinagre y aceite de oliva virgen extra), o la carne desmenuzada del rabo de toro bañada en su propia salsa.
Entre las tapas sevillanas relativamente nuevas también están las lagrimitas de pollo, acompañadas de salsas tan deliciosas como la de miel y mostaza; los ceviches y tiraditos a base de pescados locales, o las albóndigas de choco.
Dónde salir de tapas en Sevilla
¿Cuál es la mejor zona de tapas en Sevilla? La respuesta es sencilla: todas. Está tan imbricada en la ciudad la cultura de la tapa que, incluso en los barrios más humildes y alejados, es fácil encontrar algún bar donde sirven una versión original o sabrosísima de cualquiera de las preparaciones antes referidas u otras muchas más. Lo que sí hay es zonas con una mayor concentración de bares de tapas o lugares que forman parte de esta tradición gastronómica.
Desde luego, está el Centro, considerando a éste tanto a la zona que rodea a la Catedral como al Barrio de Santa Cruz, la antigua judería sevillana. Aquí merece la pena hacer una parada en Bodega Santa Cruz Las Columnas (Rodrigo Caro, 1), con su inconfundible ambiente de taberna clásica; en El Rinconcillo (Gerona, 40), en Los Claveles (Capataz Manuel Santiago, 1), donde conviene probar alguno de sus montaditos; o en Los Coloniales (Fernández y González, 38), este bar ideal para un tapeo económico, pero de una cierta calidad.
La Alameda de Hércules es otra de las buenas zonas de tapas en Sevilla. Está muy de moda, sobre todo entre millennials y gente abierta a las nuevas tendencias culinarias. Allí se pueden encontrar bares y restaurantes como El Antojo (Calatrava, 44), de visita tan obligada como la Giralda; la Bodega El 2 de Mayo (Plaza de La Gavidia, 6) o El Aljibe (Alameda de Hércules, 76)
Tapear en Triana
Para los que quieren aventurarse al otro lado del río Guadalquivir para disfrutar de las tapas sevillanas, tienen premio en el barrio de Triana. Más en concreto, la Calle Betis, ribereña y con bares con terraza que ofrecen algunas de las mejores panorámicas de la ciudad.
En el interior del barrio se puede disfrutar de algunos locales míticos. Por ejemplo, La Blanca Paloma (San Jacinto, 49), con sus berenjenas rellenas y su pescaíto frito. O Las Golondrinas (Antillano Campos, 26 Y Pagés del Corro, 76), que en cualquiera de sus delegaciones satisfacen el paladar de casi todos.
Más “modernas” resultan Mariatrifulca (Puente de Triana esquina con Plaza del Altozano), en el edifico donde se tomaba el barco que recorría el río Guadalquivir (Faro de Triana); y Pura Tasca (Numancia, 5), lugar ideal para conocer qué se está fraguando en la nueva cocina Sevillana, en formato tapa, por supuesto.
Las tapas más creativas
Ya que hablamos de tapas creativas, conviene destacar que, como está ocurriendo en otras muchas ciudades de todo el mundo, muchos de los antiguos mercados de abastos de Sevilla se están transformando en centros por y para la alta gastronomía. Así que, aquí hay dos lugares fundamentales para los más foodies y para disfrutar del arte de la tapa en formas sorprendentes, creativas y, por supuesto, de una gran calidad: el Mercado Lonja del Barranco (Arjona, s/n); y el Mercado de la Plaza de La Encarnación, más conocido como “Las Setas” (por su llamativa arquitectura actual) y que, junto a su nueva función, sigue ofreciendo puestos convencionales de frutas, verduras, carnes y chacinas.
Por su parte, en el Barrio de San Lorenzo se sitúa Eslava (Eslava, 3), un multiespacio donde se pueden disfrutar de algunas de las tapas más originales de Sevilla. ¿Un ejemplo? Su magnífico huevo a baja temperatura sobre bizcocho de boletus y trufa. Inolvidable.
Por último, y no menos atractivas e imaginativas, están las propuestas de Sal Gorda (Alcaicería de la Loza, 17), en la zona de La Alfalfa. Un local ideal para el tapeo en la calle gracias a sus acogedores veladores y donde se puede probar, entre otros muchos platos, su ajoblanco de garrapiñá de sésamo y mojama.