En el sur de Tailandia, el Parque Nacional de Khao Sok se ha convertido en una visita obligada si se pasan dos semanas o más recorriendo el país porque la verdad es que este territorio necesita su tiempo para ser visitado y disfrutado. Si tienes esa suerte, Khao Sok no te dejará indiferente.
Contexto del parque
Se trata de una reserva natural de más de 739 kilómetros cuadrados en el sur de Tailandia que asume dos áreas bien distintas: una parte de selva, donde se pueden encontrar animales salvajes y una flora increíble como la famosa flor Rafflesia, la más grande del mundo; y el lago Cheow Lan, un enorme lago artificial con acantilados de piedra caliza donde se han construido numerosos resorts flotantes para dormir sobre sus aguas.
La entrada al parque nacional está en el propio pueblo Khao Sok, a unos 65 kilómetros del lago. Una de las imágenes más típicas de esta reserva son los islotes, muchos de ellos cuevas que surgen de las aguas con una vegetación profusa. Y es que la mejor forma de recorrer este parque es caminando a través de la selva y en barco por el lago.

Cómo llegar
Se puede llegar al Parque Nacional en avión desde Bangkok hasta Surat Thani, desde donde se puede llegar a Khao Sok en autobuses que salen cada hora.
Otra forma para entrar en la zona es desde Krabi, Phuket o Khao Lak, donde se pueden alquilar pequeñas minivans que tardan entre dos y cuatro horas hasta la entrada en el pueblo de Khao Sok.
Una vez allí, también hay varias formas de visitar la reserva natural en función de si nos vamos a alojar o no en el lago. Si es así, muchos de los hoteles tienen transporte para recoger a sus clientes en la puerta del Parque Nacional y también podemos alquilar un paseo en barco desde Cheow Lan.
Recomendaciones y consejos para visitarlo
La mejor época para visitar el Parque Nacional de Khao Sok es en la temporada seca, entre los meses de enero y marzo. Además, es en esta época cuando florece la Rafflesia, una especie única que es la más grande del mundo, y se puede recorrer la zona de la selva en mejores condiciones.
De hecho, hay que tener en cuenta en estas excursiones por la vegetación frondosa que hay muchas sanguijuelas, sobre todo si ha llovido el día anterior a nuestra visita, y se aconseja utilizar unos calcetines especiales para evitar que alguna se nos enganche a las piernas. Si eso ocurre, que tampoco cunda el pánico porque no son peligrosas ni transmiten enfermedades.
Qué podrás disfrutar en la visita
La visita al Parque de Khao Sok se divide entre la parte de la selva, con una vegetación frondosa y el río que marca parte del sendero, y el lago Cheow Lan. Si hacemos un viaje en barca o kayak por esta reserva acuífera veremos algunas de sus mejores atracciones, como el Guilin de Tailandia, el lugar más fotografiado. Se trata de varios islotes de roca que se elevan sobre el agua y que conforman una imagen muy hermosa que recuerda a China.
Las cuevas son también las reinas de esta visita, sobre todo la de Nam Talu Cave, con una longitud de casi medio kilómetros y atravesada por un río, y la Diamond Cave, llena de estalagmitas y estalactitas. En ambos lugares es común encontrar murciélagos.

Rutas y actividades
El Parque Nacional Khao Sok está muy bien indicado por lo que se puede hacer algún tramo por libre aunque recomiendan que, a partir de cierto punto, se haga con un guía. Para la parte de la selva, un sendero para recorrer a pie, de unos 9 kilómetros entre ida y vuelta, permite ver la mayoría de las maravillas naturales como cascadas, animales y flores gigantes.
Otra forma distinta de ver esta reserva es con un trekking nocturno, con un guía local, que enseña todo lo que se esconde en esta naturaleza virgen.
Si optamos por el río, podemos atravesarlo en kayak y hasta en tubing, que es arrastrarse por el río en un neumático gigante.