Viajar a Tailandia con amigos es una apuesta segura: playas de ensueño, naturaleza exuberante, cultura, historia y vida nocturna. Y por supuesto su deliciosa e internacional comida. El “país de la sonrisa” es también un destino internacional seguro con muchos servicios que facilitan la vida de cualquier turista.
Además de su vibrante capital, Bangkok, este archipiélago del sureste asiático ofrece una amplia variedad de planes y lugares que conocer: desde un viaje en el tiempo en la “ciudad dorada” de Chiang Mai o Ayutthaya, la antigua capital del Reino de Siam; unos días en lo más cercano al paraíso en Phuket, Krabi o las Islas Phi Phi, para salir de fiesta y disfrutar de aguas cristalinas, arenas blancas y actividades como emsnórquel, buceo y kayak; hasta para los amantes de la naturaleza,m una visita los bosques húmedos de Khao Sok, considerados los más antiguos del planeta, o ver a los elefantes en las selvas de Khao Yai.
A continuación, una selección de planes si viajas con tus amigos a Tailandia.
- De Bangkok a Chiang Mai, pasando por Ayutthaya: inmersión cultural tailandesa
- Phuket y Krabi: aguas cristalinas, playas de arenas blancas y enclaves paradisíacos
- Visitar parques naturales o conocer de cerca a los elefantes
- Vivir la experiencia de la Full Moon Party
Selección de planes
De Bangkok a Chiang Mai, pasando por Ayutthaya: inmersión cultural tailandesa
El punto de partida de un viaje a Tailandia siempre empieza en su capital, Bangkok. Con una población de 8 millones de habitantes, esta urbe bañada por el río Chao Phraya y situada al sur del país asiático, hay que visitarla durante varios días por su tamaño y cosas que ver.
A modo de resumen, hay que visitar la Ciudad Antigua, que se extiende desde el Palacio Real hasta el inmenso Buda reclinado del Wat Pho y el Museo Nacional, uno de los mejores del sureste asíático. El Palacio Real, residencia de los reyes desde 1782 hasta 1946, constituye el monumento más visitado de Tailandia. También merece la pena visitar Chinatown, con sus tiendas de oro y puestos callejeros. El Mercado Flotante Damnoen Saduak es otro punto imperdible de Bangkok, ideal para visitarlo por la mañana o al mediodía y aprovechar para comer allí alguno de los platos tradicionales.
A unos 80 kilómetros del norte de Bangkok se sitúa Ayutthaya, la que fuera capital del Reino de Siam durante más de 400 años. Hoy es un parque histórico declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1991 que bien merece la pena visitar desde la capital tailandesa.
La zona arqueológica ocupa un área de 15 kilómetros cuadrados y está ubicada de forma dispersa en el interior de la ciudad moderna. Hay más de 60 templos y ruinas para ver. Destacan sus obeliscos en forma de cactus, conocidos como prangs, así como diferentes estupas y templos bien conservados.
Desde Bangkok, que es el punto de partida para la gran mayoría de turistas que se acercan a visitar Ayutthaya, se puede realizar tanto en coche o autobús, en tren e incluso en barco. La antigua ciudad se puede visitar durante una jornada, pero si el viajero quiere disfrutar con calma del parque arqueológico y es un apasionado de la historia, dormir en la ciudad nueva es una buena opción.
En la otra punta del país, en el norte y a unos 700 kilómetros de Bangkok, se sitúa Chiang Mai, la conocida como “ciudad dorada” fue la capital del reino Lanna (siglo XIII). Es otra de las ciudades tailandesas que hay que visitar.
Su casco histórico se encuentra rodeado por una muralla y más de 300 templos budistas están esparcidos por esta ciudad que combina modernidad con historia. El templo más antiguo es Wat Chiang Man, que data del año 1296.
Los mercados del Saturday y Sunday Walking Street, la ciudad vieja, el Doi Suthep -uno de los templos más sagrados del país- o la oferta gastronómica, entre otros atractivos, bien merecen dos o tres días en Chiang Mai.
Phuket y Krabi: aguas cristalinas, playas de arenas blancas y enclaves paradisíacos
Después de una inmersión cultural y de introducción a la historia tailandesa a través de Bangkok, Ayutthaya o Chiang Mai, toca el turno para disfrutar de uno de los grandes atractivos del “país de la sonrisa”: sus paradisíacas playas.
Apodada ‘la perla del Andamán’, Phuket es la isla más grande de Tailandia y un paraíso para los amantes del mar. Pero sus atractivos no son sólo de agua y arena, esta tierra cuenta con muchos templos, un Gran Buda de mármol blanco de 45 metros de altura colocado en una cima de la montaña, y miradores que son ya de por sí una buena razón para visitar la zona.
La playa de Patong es la que cuenta con mayor vida nocturna y jaleo, pero hay otras como la playa de Kata Noi Beach o de Panwa que son más tranquilas para relajarse escuchando la brisa del mar.
A poco más de dos horas por carretera de Phuket, se encuentra la provincia de Krabi. Su parte costera está bañada por el mar de Andamán y es una zona de espectacular belleza natural, caracterizada por sus innumerables islas “verticales” que emergen del agua con colinas y acantilados de piedra caliza -un atractivo para escaladores de todo el mundo-.
El campo base o ciudad desde la que hacer las incursiones a diferentes playas e islas es Ao Nang, que se ha erigido como una zona costera con hoteles, casas, bares, restaurantes y tiendas donde hay mucha vida. Desde allí, el viajero podrá acercarse a las playas aisladas de Phra Nang Cape, donde se encuentra el famoso y antiguo enclave hippie de Railay; al archipiélago de las cinco islas de Phi Phi, que son conocidas como las “joyas del mar de Andamán” y constituyen uno de los destinos más exóticos de Tailandia.
Visitar parques naturales o conocer de cerca a los elefantes
Tailandia es un paraíso natural: hay más de 100 parques nacionales -20 son parques marinos- y, entre su fauna, destacan los monos, elefantes o los tiburones ballena (el pez más grande del mundo). Así, otro plan para hacer con amigos es visitar alguno de estos parques o acercarse a uno de los conocidos santuarios de elefantes.
El Parque Nacional de Doi Inthanon, al suroeste de Chiang Mai, en el norte de Tailandia, debe su nombre a la montaña más alta del país. Especial mención merecen sus aldeas en las colinas donde habitan tribus tradicionales y sus espectaculares cascadas.
En el sur destaca el Parque Nacional de Khao Sok, con sus bosques húmedos, considerados los más antiguos del planeta, y sus impresionantes cimas que cubren toda la longitud de la península, peñascos de piedra caliza y jungla. El acceso se realiza desde Khao Lak y Phuket.
Los elefantes han estado vinculados a la cultura del país durante siglos. Hay numerosos santuarios con elefantes en cautividad; sin embargo, no todos son refugios éticos para estos animales.
En Chiang Mai hay varios santuarios de elefantes en entornos naturales. Aquí, los elefantes son rescatados de situaciones precarias y se les proporcionan cuidados y la posibilidad de vivir en manadas. En la isla de Phuket, también hay varios refugios en medio de áreas boscosas comprometidos con la recuperación de los elefantes.
Vivir la experiencia de la Full Moon Party
Cualquier viaje con amigos implica salir de fiesta. Y Tailandia no es para menos. Ya sea por Bangkok o Phuket, que es donde hay más actividad nocturna, pero también es posible hacer coincidir el viaje con alguna de las fiestas locales -que se han convertido en internacionales-.
La más conocida de todas es la Full Moon Party. Tiene lugar en Haad Rin, una de las playas de la isla de Koh Pha Ngan, que está en el golfo de Tailandia, y se celebra cada mes cuando hay luna llena.
La historia comienza cuando unos mochileros celebraron hace 20 años una pequeña fiesta en la playa. Fue en ese momento cuando descubrieron que la luna llena alcanzaba su máxima belleza vista desde Koh Pha Ngan. Desde entonces, la celebración se fue celebrando año tras año hasta alcanzar la fama que tiene hoy y decenas de miles de personas se agolpan en la playa al ritmo de la música y de espectáculos de fuego.
