Estambul está lleno de rincones mágicos, de edificios históricos y de vistas increíbles, pero el barrio de Balat es uno de los secretos mejor guardados por la magia que tienen sus lindos cafés, las terrazas, las tiendas de ropa y artesanía y sus típicas casas de colores que se reparten en empinadas calles. Y todo eso con una historia de encuentros de cultura única.

  1. Historia
  2. Qué ver

Historia

En la época del Imperio bizantino, Balat era el barrio de descanso de muchos de los habitantes de la antigua Constantinopla. Así fueron surgiendo palacios e iglesias ortodoxas en un entramado medieval de calle que se abrían en la colina. Sin embargo, con la llegada de los turcos y, sobre todo, de los judíos sefardíes expulsado de España en 1492, el barrio se llenó de sinagogas y de judíos expatriados que crearon sus propias casas de madera de colores y mantuvieron la esencia laberíntica del barrio. De hecho, en su época de esplendor, Balat acogió hasta 18 sinagogas de las que sólo quedan dos en la actualidad.

Pero los judíos no fueron los únicos que hicieron de estas calles su hogar. Los griegos se instalaron en esta zona de Estambul, sobre todo cuando la sede del Patriarcado de Constantinopla elevó aquí su templo tras la conversión de Santa Sofía en mezquita

La mayoría de los griegos vivían en Fener, unido hoy a Balat, donde construyeron bellos edificios que aún siguen en pie.

Balat tuvo su caída en el olvido en los años 60, después de que muchos judíos se marcharan a vivir a Israel y los griegos y armenios acabaran por abandonar estas calles. Por eso, durante mucho tiempo fue una de las zonas más peligrosas de Estambul y poco aconsejada para el turismo. 

En las últimas décadas, se ha convertido en todo lo contrario, un barrio multicultural y muy visitado por turistas que buscan ver lo auténtico de Estambul. Fueron los turcos que venían de las provincias los que lo fueron rehabilitando.

Qué ver

Las iglesias

Iglesia de San Esteban de los Búlgaros

Es una de las iglesias más bonitas del barrio que fue levantada en 1898, después de que el Execrado Búlgaro se separara de la Iglesia Ortodoxa Griega. El templo está hecho de hierro fundido y en un estilo neobarroco con toques neogóticos y neobizantinos. Dentro se pueden ver algunas vidrieras de colores en una estancia mística gracias a los distintos matices de la luz. 

Otro de los templos que podemos visitar es la Iglesia de Santa María de los Mongoles, la más antigua de Estambul en estar en activo ya que nunca fue transformada en mezquita. Se ubica junto al Colegio Griego Ortodoxo de Fener, la escuela ortodoxa griega más antigua de Estambul. Esta prestigiosa institución construyó el edificio en el siglo XV pero fue evolucionando hasta su aspecto actual, de finales del XIX.

No podemos dejar de visitar el pequeño edificio de la Catedral Patriarcal de San Jorge que desde el año 1600 es la sede del Patriarcado de Constantinopla, después de la conversión de Santa Sofía. Dentro se encuentra el Trono del Patriarca de Constantinopla, la máxima autoridad de la iglesia ortodoxa. 

Una de las dos sinagogas que aún quedan en funcionamiento en Balat es la de Ahrida, construida por judíos emigrados desde Macedonia que aún mantiene su uso. Sólo se puede visitar por fuera.

Iglesia búlgara de San Esteban en la ciudad de Estambul, Turquía

Tiendas y cafés modernos

Si por algo es famoso Balat es por la cantidad de lindos cafés y tiendas de ropa y artesanía que han abierto en el barrio y que atraen a muchos visitantes. Una de las calles principales para sentir el ambiente es Vodina Caddesi, que está llena de locales con terrazas donde sentarse a tomar un té y algunas de las tartas que hornean los propios establecimientos.

Podemos encontrar muchas tiendas de ropa, de discos y de cerámica donde comprar auténticos tesoros hechos a mano.

Uno de los cafés más conocidos es el Batal Antik Café, sobre todo porque está ubicado en un antiguo palacio y en su patio cubierto de paraguas de colores se encuentran casetas donde tomar algo. 

No podemos marcharnos del barrio sin visitar las Casas Palantio de Kiremit Caddesi, que pertenecían a la alta sociedad griega en Fener y cuyas fachadas de colores atraen a muchos instagramers.

Museo del Juguete de Balat

Está muy cerca de la sede del Patriarcado de Constantinopla y es un lugar muy divertido e interesante de visitar tanto si vas con niños como si no, ya que hay algunas piezas de gran valor histórico muy sorprendentes.

Aunque abrió en 2021, este recinto cuenta ya con 17.000 piezas de juguetes entre los que destacan trenes, una importante colección de soldados bala, objetos de hojalata de los años 30 y muñecas de porcelana de los años 40. 

Por supuesto, no podía faltar el área de Disney con estatuas limitadas de sus personajes.