En ocasiones, una gran ciudad como es Estambul puede resultar algo abrumadora para los niños. Los monumentos llenos de gente, el bullicio del Gran Bazar o tener que caminar largas distancias puede resultar algo agotador e, incluso, aburrido.
Por ello, al viajar con los más pequeños de la casa también debemos pensar en algún plan entretenido que les resulte atractivo, pero que a la vez les sirva para entrar en contacto con la cultura del lugar. De esta manera, despertaremos su interés al tiempo que pasamos un agradable momento en familia.
Miniaturk es una de esas propuestas cuando los niños ya están cansados de visitas turísticas. Tener la oportunidad de enseñarles las construcciones más importantes de Turquía a una escala reducida y asequible para ellos, con todo lujo de detalles, les resultará de lo más fascinante.
Miniaturk, un espacio enorme para una microarquitectura
Este sorprendente parque temático donde se puede conocer Turquía de un solo vistazo se inauguró en el año 2003. Ocupa una superficie de 60.000 metros cuadrados que incluyen espacios verdes, piscinas, aparcamiento y áreas cubiertas. El espacio se completa con un enorme anfiteatro que tiene capacidad para 400 personas, un parque infantil donde los más peques podrán jugar, un laberinto de ajedrez y un restaurante con cafetería, donde probar la cocina turca.
Está situado en el barrio de Sütlüce de Estambul, en la costa noreste del Cuerno de Oro. Se construyó en poco más de 20 meses, y con sus maquetas a pequeña escala se pueden recorrer todas las civilizaciones que han pasado por Turquía hasta la actualidad.
Los principales monumentos de Miniaturk
El que está considerado como el parque de miniaturas más grande del mundo ha sido el resultado de años de trabajo en el que se han creado un total de 135 modelos a escala 1/25 de monumentos reales de todo el país. 62 de ellos son de Estambul, por lo que los niños podrán sumergirse en un completo recorrido turístico por los atractivos más destacados de la ciudad.
Uno de los más impresionantes, el Palacio de Topkapi, está representado con todo lujo de detalles y se explica la historia de su construcción. Santa Sofía, la Torre Gálata, la Mezquita de Solimán e incluso construcciones modernas como el aeropuerto de Ataturk también están presentes en este espacio.
Otras 60 maquetas pertenecen a Anatolia, donde contemplaréis las maravillas naturales que supone Pamukkale y sus piscinas naturales, o las impresionantes ‘Chimeneas de hadas’ que se hallan en Capadocia. En esta sección se muestran igualmente algunos monumentos míticos ya desaparecidos, como es el caso del mausoleo de Halicarnaso o el templo de Artemisa, una oportunidad única para acercarse a obras que desgraciadamente ya no existen.
Los 13 modelos restantes pertenecen a territorio otomano fuera de Turquía, como la Cúpula de la Roca, la soberbia construcción localizada en Jerusalén, o el puente de Mostar, uno de los más famosos de la antigua Yugoslavia.
De esta manera, el viaje que se propone en Miniaturk no está limitado a Turquía ni a la cultura turca, sino que intenta dar una visión global de la enorme importancia de las civilizaciones que han pasado por aquí, haciéndolo cercano y divertido sobre todo para los niños.
El arte y la cultura de miles de años se mezclan con la tecnología para conseguir todos los detalles de estos modelos, hechos con unos modernos láseres y materiales resistentes a la intemperie.
El Museo de Cristal de Miniaturk
Si esta espectacular recreación de Turquía en miniatura ya os ha parecido algo impactante, reservad lo mejor para el final: el Museo de Cristal. En este privilegiado espacio se presenta el único museo del mundo con representaciones tridimensionales hechas en cristal.
El espectáculo está asegurado, pues se eligieron 16 de los monumentos más bellos de Estambul para reproducirlos en cristal e iluminarlos mediante láser para que fueran aún más llamativos.
Santa Sofía, la Mezquita Azul, el Ayuntamiento de Estambul, la Torre de la Reina o el Palacio de Çıragan son algunas de las construcciones afortunadas que podréis contemplar en vidrio. Una visita que deja boquiabiertos a pequeños y mayores.