El corazón político del antiguo Imperio Otomano estaba en el Palacio de Topkapi. Casi cuatro siglos de poder (1465-1853) concentrados en esta maravilla que se eleva sobre una colina en la península histórica de Estambul. Si planeas viajar a la capital turca, el Palacio de Topkapi debe estar entre tus prioridades.
El Palacio de Topkapi es el reflejo de lo que los diferentes sultanes han ido aportando al complejo. Una sucesión de estilos y opulencia que ha ido superándose con cada nueva construcción. Por allí pasaron 22 monarcas hasta que dejó de ser la casa del poder político turco en 1853, cuando el sultán Abdülmecid decidió trasladarse al Palacio de Dolmabahçe.
Historia del Palacio de Topkapi
La historia del Palacio de Topkapi comienza en 1459, cuando arranca su construcción por orden del sultán Mehmed II. Habían pasado seis años de la caída de Constantinopla, el fin del Imperio Romano de Oriente, y el Imperio Otomano buscaba un palacio en la nueva capital. El sultán eligió un emplazamiento idóneo para un palacio de gobierno: en la colina del Sarayburnu y ante el Cuerno de Oro, el Bósforo y el Mar de Mármara, es decir, en el corazón de la ciudad.
El palacio se erigía a la vez como residencia del sultán y centro administrativo del Imperio Otomano. Un vasto territorio que llegó a alcanzar desde el Mediterráneo occidental (la actual Argelia) hasta el Golfo Pérsico, desde Budapest hasta Yemen.
El terremoto de 1509 y el incendio de 1665 destruyeron parte del palacio, que pasó por las consiguientes reformas para recuperar su esplendor. Fue a finales del siglo XVI cuando el recinto adquirió su aspecto actual. Un gran complejo de edificios con cuatro grandes patios y galerías para conectarlos.
Qué ver en el palacio de Topkapi
Las dimensiones del Palacio de Topkapi son extraordinarias. Ocupa una extensión de 700.000 metros cuadrados con cinco kilómetros de murallas y en él podían llegar a vivir hasta 4.000 personas.
Además de sus cuatro patios, en el Palacio de Topkapi encontrarás salas como la del Tesoro (con el famoso diamante de 88 quilates de la madre de Napoleón), la de Armas, la de las Reliquias o una sala con una exquisita colección de relojes.
Hay patios excepcionales, como el cuarto. Una maravillosa vista al Bósforo desde este espacio donde los jardines cobran presencia. Aparecen preciosos quioscos, como el de Bagdad, el de Yereván o el de Mustafa Pasha.
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La Puerta Imperial
La Puerta Imperial es la principal entrada del palacio. Pertenece a la construcción original de la época de Mehmet II del año 1478, de quien mantiene su “tugra” o firma en la parte superior. A través de ella se accede al recinto, comenzando por el primer patio. Una vez dentro, el silencio se apodera del espacio, tal y como exigían los sultanes.
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El Salón Imperial
El Salón Imperial es el salón del trono. Una impresionante sala abovedada del siglo XVI decorada al más mínimo detalle donde se realizaban las recepciones y algunos entretenimientos. Contaba con varias puertas secretas hacia otras estancias. En el centro, junto al trono, un pórtico de columnas azules divide el espacio. Cada detalle es de impresión y conviene detener la mirada para observar con calma.
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El Harén
El Harén (o Harem), la ‘parte prohibida’ en árabe, el lugar reservado a las mujeres. Más de 400 habitaciones para un séquito que iba desde la Reina Madre, y máxima responsable del harén, hasta familia, sirvientes, consortes, príncipes y el resto del entorno del monarca. Allí habitaban cientos de mujeres y muy pocos hombres podían entrar.
El harén es uno de los espacios más visitados del Palacio de Topkapi. Un lugar que fascina a los viajeros desde su apertura al público a principios del siglo XX. Un lugar cerrado, prohibido, durante siglos. 15.000 metros cuadrados de edificios, pasillos, jardines o fuentes, con habitaciones maravillosamente decoradas. Alfombras, azulejos, mosaicos, vidrieras… un auténtico elogio al color, predominantemente verde, que nadie del exterior conocía. Según se avanza, más impresiona el lugar.
Para visitar el harén se requiere ir con tour guiado pagando una entrada suplementaria a la del Palacio de Topkapi. De sus decenas de habitaciones solo se visitan unas pocas, un espacio impresionante lleno de misterio.
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El Patio de los Eunucos Negros
Los eunucos negros eran quienes custodiaban el harén. A diferencia de los blancos, procedían de la esclavitud y eran africanos. Su labor era proteger el harén y servir a las mujeres. Los eunucos eran castrados por lo que no podían poner en peligro la virginidad de las hembras.
El Patio de los Eunucos Negros (siglo XVI) es la primera estancia que se visita al entrar en el harén. Más que un patio tradicional se trata de una zona de paso donde estaban las dependencias de los eunucos. Destacan sobremanera las columnas, de dos alturas, de los soportales del estrecho pasillo, donde se encontraban las habitaciones. En las paredes se mantiene la línea azul y verde de otras estancias. La planta alta, para los novatos. La planta baja, para los eunucos con labores administrativas.
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Patio de las Concubinas o de las Favoritas
La visita al Harén de Topkapi termina en el Patio de las Concubinas o de las Favoritas, construido en la misma época que el Patio de los Eunucos. Es el patio más pequeño del harén. Las concubinas eran aquellas mujeres que no alcanzaban a ser esposas legítimas del sultán ni lo suficientemente bellas, pero que estaban a su servicio. Eran esclavas. Mientras que las favoritas eran bellas e inteligentes, todavía vírgenes, y podían ser elegidas por el monarca. En el harén había un escalafón para las mujeres.
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Pabellones gemelos
Dos pequeños quioscos o pabellones gemelos servían como apartamentos del príncipe heredero en el Harén de Topkapi. Se trata de un pequeño palacete con dos habitaciones gemelas del siglo XVII con vistas al Cuerno de Oro. Su interior es impresionante, con vidrieras y azulejos muy espectaculares.
Curiosidades, consejos y datos de interés
- No solo por sus 700.000 metros cuadrados, sus cientos de habitaciones y el misterio que rodea a todo harén. El Palacio de Topkapi esconde otras muchas curiosidades que harán mucho más especial tu visita.
- Topkapi significa ‘puerta del cañón’. El palacio toma ese nombre por una antigua puerta que existía en la muralla del palacio y que fue destruida en el siglo XIX. También se le conoce como el serrallo, o seraglio, término italiano procedente del turco saray, con un significado similar al del harén.
- El sultán no permitía ningún sonido innecesario en los patios, ni siquiera a gente hablando, a excepción de las ceremonias oficiales. Fue así como muchos de los que servían en palacio tuvieron que aprender lenguaje de signos para poder transmitir ciertos mensajes.
- Y aunque ese silencio se ha terminado, el respeto en la vestimenta continúa hoy en día. No se permite vestir pantalones cortos y minifaldas, mangas cortas, camisetas de tirantes o similares.
Actividades y tours
El Palacio de Topkapi es una visita indispensable en Estambul. Una de las mejores maneras de conocerlo es en un tour guiado. La vida en palacio, la realidad del harén, la evolución de un recinto tan complejo o la propia historia de Turquía, son razones más que suficientes para visitar Topkapi de la mano de un guía que proporcione la información precisa para disfrutar y entender un monumento tan increíble.
Son muchos los tours al Palacio de Topkapi. Se pueden contratar tanto a través de internet como en Estambul, y por supuesto en español. La visita guiada permite saltarse las colas de entrada, algo muy valorable por las largas esperas que se forman.
Sea con guía o por libre, la visita a Topkapi puede alargarse por encima de las tres horas, así que planifica bien tu día para no quedarte corto de tiempo. Y, por supuesto, madrugar, llegar al palacio antes de que abra para entrar en cuanto sea posible, ir directos al harén y verlo con comodidad.
Visitar el Palacio de Topkapi es fundamental si vas a viajar a Estambul, pero no es lo único que te ofrece la capital turca. Si estás planificando tu estancia, conoce nuestras guías de viaje de Estambul para aprovechar todo lo que te ofrece esta increíble ciudad.