Los 7 imprescindibles de la arquitectura de Murcia

En este artículo te marcamos una ruta por los mejores edificios de la arquitectura de Murcia para que saques todo el provecho (y las mejores fotos) en tu próxima escapada a la región de la Costa Cálida.

Conocida por todos como la Catedral de Murcia, aunque nombrada originariamente como Iglesia Catedral de Santa María, se trata del templo principal y sede de la Diócesis de Cartagena. Se encuentra en pleno casco antiguo de Murcia, en su laza más icónica y, sin duda, también la más fotografiada.

Proyectada en el año 1465, la catedral sufrió varias ampliaciones hasta el siglo XVIII, por lo que integra en su exterior e interior los estilos gótico, renacentista y barroco. Entre sus elementos arquitectónicos principales destacan la torre, con una altura de casi 100 metros; el imafronte o fachada principal, considerada como una obra maestra del barroco español; y las capillas de los Vélez, de Junterones y del Trascoro.

Su historia se remonta al siglo XIII, coincidiendo con la reconquista del Reino de Murcia, cuando comienza a construirse en el lugar donde estaba la mezquita mayor árabe. En 1388 se puso la primera piedra, pero no fue hasta 1394 que comenzó la construcción, que se terminaría en el año 1467. Sin embargo, la catedral fue siendo ampliada hasta el siglo XVIII, razón por la cual presenta hoy su singular estilo ecléctico.

El nuevo edificio del Ayuntamiento es uno de los grandes atractivos de la ciudad y uno de los enclaves más conocidos de la arquitectura de Murcia. Situado en la Plaza Belluga, frente a la imponente Catedral, su ampliación corrió a cargo del arquitecto Rafael Moneo, y para ella se focalizó en realzar las arquitecturas ya presentes, creando un diálogo entre el edificio antiguo y el nuevo y explorando la relación entre ambos. Llama en especial la atención el contraste entre la piedra blanca de la fachada con el pavimento de la plaza. Se trata de un edificio que a pocos dejan indiferentes a su paso, generando defensores y detractores. Por ello, lo mejor es contemplarlo en primera persona y sacar tus propias conclusiones. ¿Lo amas o lo odias?

Muy cerca de la Catedral y el Ayuntamiento, en la conocida calle Trapería, se erige el Real Casino, un edificio cuya historia dio comienzo en el año 1847. Convertido en todo un símbolo de la ciudad, este edificio declarado monumento histórico-artístico en 1983, es uno de los más eclécticos de la ciudad, con elementos pertenecientes a la arquitectura propia de la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, con influencia neobarroca, modernista y neonazarí.

El Casino fue restaurado por completo en la primera década de los dosmiles, bajo la batuta del arquitecto Juan Carlos Cartagena Sevilla. Si bien en la actualidad el edificio alberga la sede de un club privado, la planta baja monumental está abierta al público para visitas turísticas.

Lo primero que vemos durante la visita es su emblemática fachada, que da acceso a un hall de estilo neobarroco que comunica con el espectacular Patio Árabe, ornamentado con más de 20.000 láminas de pan de oro. Otras de sus principales salas es el Patio Pompeyano, de estilo neoclásico, la Biblioteca Inglesa, el Tocador de Señoras, el Salón de Armas o el Salón de Baile, un espacio de doble altura de estilo neobarroco con elementos que evocan otras artes como la poesía, la música o la pintura propias de la época. Un clásico de la arquitectura de Murcia que no puede faltar en tu itinerario.

La Casa Melgares, ubicada en la Plaza España de la localidad de Bullas, es una joya de la arquitectura de Murcia que ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la ciudad. Su importancia se manifiesta en múltiples dimensiones, desde su valor histórico hasta su influencia en el patrimonio cultural de la región. Construida en los años 20 por la familia Melgares, esta colorista casa señorial es un testigo vivo de la época dorada de la región y testimonio del esplendor de Murcia durante el auge de la economía agraria en el siglo XIX, siendo un ejemplo excepcional de la arquitectura burguesa de la época, con elementos estilísticos que reflejan la opulencia y el gusto de sus propietarios Su famosa fachada, restaurada por el Ayuntamiento en el año 1994, presenta elementos propios del modernismo, si bien debe su interior al estilo neomusulmán, con arquerías polilobuladas, carpintería de lazo y una escalera de dos ramales con barandal forjado. Actualmente es la Casa de Cultura de Bullas y en ella se celebran durante el año todo tipo de eventos, presentaciones y exposiciones. 

Ubicado a unos 5 km al noroeste de Murcia, el Castillo de Monteagudo es una joya histórica que desempeña un papel crucial en la preservación de la memoria de la región. Esta fortificación data de la Edad Media y su construcción se atribuye principalmente a la época musulmana, con algunas modificaciones posteriores en la época cristiana. Testigo de innumerables eventos históricos, desde conflictos militares hasta drásticos cambios políticos, el Castillo de Monteagudo es lo más parecido a un archivo viviente de la historia de la región, dando pistas al visitante sobre el pasado de Murcia.

Su diseño defensivo, con murallas, torres y fosos, es un buen ejemplo de la arquitectura militar medieval, así como un símbolo de fortaleza y protección para la región, con una firme estructura que se mantiene con los siglos.

Con 160 años de historia, el Teatro Romea es uno de los referentes culturales más importantes de la ciudad de Murcia, así como uno de los edificios a los que cada año acuden miles de turistas en busca de inspiración para sus fotos. Ubicado en pleno centro histórico, el edificio se construyó durante la segunda mitad del siglo XIX con el objetivo de albergar aquellas obras teatrales que contaban con una larga tradición en la capital de la Región. A raíz de los incendios que tuvieron lugar pocos años después, el teatro tuvo que ser rehabilitado en varias ocasiones.

Como otros edificios de Murcia, la monumental fachada del teatro posee un estilo ecléctico, en la que elementos neoclásicos conviven con detalles modernistas, como la marquesina y las verjas de forja de la entrada. Tres bustos de grandes músicos: Beethoven, Mozart y Listz, encabezan la parte superior de la fachada, destacando así el carácter de este edificio dedicado a la cultura en mayúsculas.

El antiguo Mercado público de La Unión es una obra de estilo modernista que, junto con el Gran hotel de Cartagena, es una de las más destacadas del modernismo en la Región de Murcia. Fue concebido a principios del siglo XX como plaza de abastos del pueblo de La Unión, coincidiendo con años de bonanza debidos al auge de las minas de plomo y plata.

Del mercado destaca, sobre todo, la fachada principal del reloj, que está coronada con un cupulín con campana y se ornamenta con unas ventanas inspiradas en el estilo románico y gótico. Otro elemento a destacar son los pináculos redondos, apuntados o con forma de flor de lis que se distribuyen a lo largo de las cornisas; un detalle típico de la arquitectura modernista presente en otros edificios de la época.