Vacaciones en la Isla de Aruba: el destino más feliz del mundo está en el Caribe

Antes que nada, veamos de dónde viene su nombre. Al principio, fue "La isla de los gigantes", en referencia a los indígenas de gran altura que vivían allí. Siglos más tarde, Aruba pasó a llamarse -o autodenominarse- "la isla de la felicidad", y lo cierto es que motivos no le faltaban para piropearse de tal manera.

Pero comencemos por el principio, y resolvamos dudas con este cuestionario rápido. Cuando termines de leerlo, las probabilidades de comenzar a hacer la maleta para volar hasta allí son bastante altas.

A pesar de que forma parte del Reino de los Países Bajos, este pequeño territorio no está tan cerca de Europa como podría parecer. Sacamos la brújula para descubrir dónde está Aruba: al noroeste de Venezuela, al sur del mar Caribe y al oeste de Curazao. Ahí lo tienes.

Entonces, ¿es holandesa la isla? Sí, y casi medio española. La isla de Aruba fue descubierta por el conquistador Alonso de Ojeda en 1499, pasando a formar parte de la corona española. Fue entonces cuando la apodaron "La isla de los gigantes".

Años más tarde, en 1636, la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales conquistó Aruba y su cultura caló tanto en los habitantes de la isla que sigue presente a día de hoy. Sin embargo, ahí no quedó la cosa, pues siglo y medio más tarde, en 1805, los ingleses se apoderaron durante casi diez años de Aruba, hasta que terminaron por devolvérsela a los Países Bajos.

Tras experimentar tantas civilizaciones, en Aruba se pueden apreciar todo tipo de influencias; sobre todo es muy patente la herencia holandesa. Hace 30 años, la isla obtuvo un estatus aparte dentro del Reino de los Países Bajos y, desde ese momento, es reconocida como un país autónomo, excepto en lo relativo a la defensa nacional, relaciones con el exterior, ciudadanía y otros asuntos similares, que se sigue rigiendo por las leyes holandesas.

A pesar de este proceso de desapego, su lengua oficial es… ¡bingo! El neerlandés. También el papiamento, una fusión de español y afroportugués, y todos los ciudadanos hablan, además, inglés y español. Esto significa que además de poder comunicarte con ellos sin ningún problema, verás el color naranja bastante a menudo y comerás queso gouda como si estuvieras en el centro de Ámsterdam. Un destino paradisiaco y cosmopolita.

Uno de los grandes pretextos para viajar a Aruba son sus impresionantes arenales. Y es que isla no solo tiene playas, sino que cuenta con una que suele copar cada año la lista de las mejores playas del mundo.

La elegida se llama Eagle Beach, también conocida como Palm Beach Aruba, y puedes imaginarte cómo es: salvaje, de arena blanca y aguas turquesa y en el cielo, ni una nube, pues al mal tiempo, huracanes incluidos, ni se le ocurre pasar por aquí gracias a su ubicación estratégica. Esto la convierte en, quizás, el mejor destino del Caribe en cuanto a meteorología.

Para que puedas llenar tu Instagram de Aruba (fotos de paisajes idílicos vas a tener a montones) con los que ganar o perder followers, te recomendamos las playas Rodgers y Baby Beach, esta última visitada por locales y pocos turistas y donde recalan los pescadores de la zona. Apunta también las playas Boca Catalina y Boca Grandi.

Aunque no nos atreveríamos a decir que es la isla de Perdidos, a lo largo de la isla encontrarás formaciones rocosas enormes que son todo un enigma. De formas extrañas, siguen siendo un misterio por resolver por muchas vueltas que le den. Por ejemplo, al norte de Hooiber están las conocidas como Rocas de Casibari. Ubicadas sobre suelo desértico, pesan varias toneladas y sus formas son, cuando menos, raras.

Si tumbarte en playas paradisíacas rodeadas de palmeras te parece poco, estás en el sitio adecuado, porque Aruba es más que esos típicos viajes al Caribe, aunque parezca complicado superarlo. La isla es un crisol de culturas y todo ello queda reflejado en sus museos, galerías de arte y teatros. No te vas a aburrir porque hay mil cosas que hacer en Aruba.

Más allá de sus deslumbrantes litorales, la isla ofrece una rica experiencia cultural que se destaca en su capital, Oranjestad. No hay nada como una mañana paseando por sus coloridas calles de estilo neerlandes colonial, tiendas locales y mercadiollos. Lo mejor es comenzar explorando el bonito centro histórico, donde el fuerte aroma de la comida local se mezcla con el bullicio de la vida diaria, y a partir de ahí, ¡a improvisar!

Otra dirección que deberás añadir a tu itinerario es el Parque Nacional Arikok, el cual nos revela la fascinante geografía de Aruba. Recorre sus senderos para descubrir cuevas milenarias, como la Cueva Fontein y la Cueva Quadirikiri. Sin duda, el mejor lugar para obtener una visión completa de la historia natural de la isla.

Si te decimos que es una isla del Caribe sin huracanes ni estación lluviosa, como ocurre en el resto de la zona, que la temperatura media anual ronda los 27 grados, y que mensualmente el país celebra alguna de sus fiestas sacando la música y lo mejor de sus habitantes a las calles… te darás cuenta de que siempre es un buen momento para viajar a Aruba. ¿Qué más se puede pedir?

Dado que estas vacaciones en Aruba parece que van a ser perfectas, el hotel tiene que estar a la altura. Te proponemos un hotel de 5 estrellas en la playa de Palm Beach (casi nada): Barceló Aruba, un hotel en primera línea del mar con unas vistas insuperables y servicios exclusivos.

Ahora responde tú a la pregunta mientras miras vuelos a Aruba: ¿has averiguado por qué es la isla de la felicidad?