Destinos 'babymoon': el último viaje antes de que llegue el bebé

Cada etapa tiene su momento especial, y cada momento especial, su particular viaje. Si eres de los que tomó la comunión en los 90, probablemente antes o después partiste camino a París con tus progenitores para pasar unos días en Eurodisney. Si terminaste los estudios en cualquier universidad española, el viaje de fin de carrera al Caribe, todo incluido, era obligatorio. ¿Y la luna de miel recién casados? El año pasado los más hipsters recorrieron en descapotable la Toscana, mientras que los más clásicos cogieron un vuelo a Nueva York o a Bali. Si tu siguiente casillero vital es el la maternidad o la paternidad, ¿por qué no planear, como viene siendo costumbre, una escapada?

Tener un hijo no significa tirar por la borda tu vida anterior, sino adaptarla a tu nueva circunstancia. Tampoco decir adiós a las cenas románticas en restaurantes gourmet, a los viajes en pareja o con amigos o los planes de última hora en los que no necesitas nada más que a ti mismo. Sin embargo, y aunque todo esto es posible con voluntad y mucha organización, al menos durante unos meses será complicado que te despegues de tu hijo, es mejor asumirlo.

Porque en los próximos meses vas a vivir rodeado de pañales y biberones y gran parte de tus conversaciones girarán en torno a lo duro que es no dormir, cómo aliviar los cólicos o lo rápido que crecen los niños, te proponemos que te vayas de babymoon a algún destino con hotel exclusivos para adultos. He aquí nuestros favoritos.

Duerme. En una palabra se resume el consejo que amigos, padres y cuñados te regalan desde que das la noticia. Duerme. Tan sencillo y tan complicado teniendo en cuenta que tu vida no se para en el instante en el que anuncias el embarazo. Sin embargo, hacer una cura de sueño y recargarte de energía es algo que podrás hacer, por ejemplo, si te escapas al hotel más cool de Mallorca: el Barceló Illetas Albatros, un adults only en el que podrás relajarte sin despertador en su cama de dos metros frente al Mediterráneo.

Relajados, la isla os espera para un paseo por el casco antiguo de Palma, donde os cruzaréis con su espectacular catedral. Daros otro capricho y probad sus productos locales como la ensaimada (¿quién puede resistirse a ella?). Tampoco dejéis de ver Deià, Sóller o Andratx, lleno de calas y acantilados de los que disfrutar siendo todavía dos (¡o una!).

No hay que ir muy lejos para dar con otro de los destinos especialmente apetecibles si hablamos de desconexión. Qué tal Menorca. ¿Y qué tal  un momento dulce como el que puedes tomarte en el hotel Barceló Hamilton Menorca, en una cama balinesa privada, con brownie de chocolate, golosinas y dos tea tonics? Si quieres algo más, pero sin bajarte de la cama, puedes seguir con un chute de autocuidados: mascarilla facial y pedicura o masaje de pies y cócteles healthy.

Disfrutar de Mahón desde el propio hotel es fácil, pues además de estar a los pies de la ciudad su Blue Sky Bar tiene unas vistas 360 grados. Si necesitáis estirar las piernas, visitad la ciudad y su puerto y daros un paseo por Ciutadella, otra maravilla de la isla, como sus playas y calas. Antes de aventuraros a ir a una de ellas, mirad sus accesos, ya que muchos de ellos son un tanto complicados, y más teniendo en cuenta el probable estado avanzado del embarazo. Uno de nuestros destinos 'babymoon' favoritos en España.

Pocas cosas nos gustan más de un hotel que una infiniy pool: ¡dos! Frente a la playa de Costa Teguise, en Lanzarote, y a unos minutos andando de la de Las Cucharas, están estas espectaculares piscinas, ambas en el Barceló Teguise Beach.

Muchas cosas puedes ver y hacer en la isla, como visitar sus particulares bodegas, los paisajes lunares del Parque Nacional de Timanfaya (ojo a sus géiseres) o la Cueva de los Verdes, pero lo que ofrece el hotel es tanto y tan variado que si quieres, puedes permitirte el lujo de no salir de allí durante un par de días.

Como de relajarse va la cosa, escoge uno de sus disferentes rituales wellness o un baño en la habitación con bombas de espuma de mar o de leche, al puro estilo Cleopatra. La carta de tratamientos del spa es tan completa como la de sus restaurantes, donde elegir qué comer es una tarea complicada al ser todo especialmente apetecible. 

Si Playa Bávaro, en Punta Cana, es considerado año tras año como uno de los mejores arenales del mundo, es que motivos no faltan para ir a tal paraíso de arena clara y fina y aguas azules y templadas.

Entre palmeras y cocoteros (¡qué exótico!) se encuentra el hotel Barceló Bávaro Beach, fácil de localizar teniendo en cuenta que está en primera línea de playa. Imaginarse a uno mismo con un libro en una mano, y un zumo tropical en la otra es una maravilla, igual que lo es poder elegir entre 9 restaurantes sin salir del hotel, o poder jugar en un campo de golf que atraviesa un frondoso bosque de manglares. En un destino 'babymoon' como este cualquier espera se vive mejor.