Los 10 cementerios más famosos del mundo

Además de ser uno de los cementerios más famosos del mundo, el Père - Lachaise es el más grande de París. Aunque al principio no recibió muy buena acogida por parte de los vecinos al estar en las afueras, actualmente se usa como parque. Pasear por sus laberínticas calles, entre más de un millón de tumbas abandonadas y numerosas lápidas de famosos, lo convierte en visita obligada si haces un viaje a la ciudad y no sabes qué ver en París.

En sus terrenos descansan personalidades tan célebres como el cantante Jim Morrison, el pintor Delacroix, Chopin o el escritor Oscar Wilde. La tumba de este último tuvo que ser limpiada en 2011 puesto que pintarse los labios y besar la lápida se había convertido en una tradición. Sin embargo la que pervive es la de dejar rosas rojas sobre la tumba de Edith Piaf, cantante a cuyo funeral en 1963 asistieron 40.000 personas. Para tumbas de famosos, este rincón parisino es idóneo.

En el Antiguo Cementerio Judío de Praga no cabe un alma, literalmente. Aunque no se sabe exactamente cuánta gente hay enterrada (hay hasta 12 capas de tierra), se ha estimado que en las 12.000 tumbas visibles descansan más de 100.000 judíos. Éstas se amontonan prácticamente unas sobre las otras, mientras enredaderas y musgo toman posesión de las lápidas.

Pasear por sus abarrotadas callejuelas es muy curioso ya que los judíos tuvieron que recurrir a un extraño truco para no violar la ley hebrea que establece que una tumba no debe destruirse o moverse bajo ninguna circunstancia: enterrar a sus muertos encima de lo existente. Te recomendamos que hagas una especie de tour del misterio visitando este cementerio en cualquiera de tus viajes a Praga.

Se trata de otro de los cementerios más famosos del mundo y uno de los más grandes de Europa y, según dicen muchos viajeros, el más bonito del mundo. Y es que caminar entre las tumbas y mausoleos del cementerio de Staglieno es como hacerlo por las salas de escultura de los museos más prestigiosos de Italia, que no es poco. Aquí las lápidas están veladas por ángeles y bellas mujeres y decoradas con delicadas tallas obra de los escultores de más renombre de todas las épocas.

El recinto está situado sobre una colina con vistas privilegiadas de la ciudad, y desde 1851 cuida el descanso de sus habitantes y de aquellos que han pasado a mejor vida. En sus jardines, diseñados por el arquitecto Carlo Barabino, hay incluso una copia del Panteón de Agripa.

La imponente entrada y la basílica que se encuentra en este cementerio son de estilo modernista, pero sin duda, lo más impactante de La Almudena, uno de los cementerios más famosos del mundo, es la historia (más o menos reciente) que cuentan sus muros: durante la Guerra Civil, más de 2.500 personas fueron fusiladas en las tapias de este cementerio, entre ellas las conocidas como las 13 rosas.

El cementerio más grande de Madrid acoge también a multitud de personajes como el alcalde de Madrid Enrique Tierno Galván o la tumba de Lola Flores, enterrada al son de «La Zarzamora» un 16 de mayo de 1995. También encontrarás en el Cementerio de La Almudena la tumba de Goya, una de las pocas personas que ha descansado sus huesos bajo tres suelos diferentes: Burdeos, el cementerio de San Isidro y la ermita de San Antonio de la Florida.

Se trata de la necrópolis más celebrada de la arquitectura moderna. Impresiona verla en lo alto de la colina del Skogskyrkogarden de Estocolmo, a 20 minutos en metro del centro de la ciudad, con un muro que custodia sus 100.000 tumbas. Su origen se remonta a 1915, cuando Erik Gunnar Asplund y Sigurd Lewerentz ganaron el concurso para diseñar el camposanto sur de la capital sueca.

Este cementerio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994, cuenta con un área llamada el Bosque del recuerdo, donde se entierra a la gente de forma anónima, aunque la tumba más famosa de Skogskyrkogården es la tumba de la actriz Greta Garbo.

Si buscamos un camposanto con una buena ubicación ese es sin duda el cementerio de Luarca, ubicado en la costa de Asturias, con vistas a un horizonte de postal que solo evoca tranquilidad. Es, más allá de un lugar de reposo, un lugar de especial encanto, con una atmósfera romántica donde conviven el sabor de la sal, el aroma de los pinos y el ruido de las olas golpeando los acantilados.

Desde 1813 ocupa el promontorio de La Atalaya, un poco de espaldas a la villa marinera y comercial de Luarca. Pero aparte del paisaje que lo rodea, el cementerio guarda otros secretos que le hacen aún más interesante, como el de ser la última morada del premio Nobel Severo Ochoa.

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Es poner un pie en el cementerio de esta aldea rumana y maravillarte. Nada tiene que ver con lo que estamos acostumbrados, sino que se trata de una sorpresa llena de color. Sus tumbas están decoradas con vistosas pinturas naíf y epitafios importantes y tumbas de famosos que describen de forma poética a los 800 difuntos cobijados bajo cruces de madera de roble. Aquí la muerte no es lúgubre, sino una invitación a la vida. Por eso se lista entre los cementerios más famosos del mundo, por su arte y originalidad.

Si paseas por entre sus lápidas podrás leer inscripciones críticas y honrosas, u otras más bochornosas como por ejemplo: “Una de las cosas que más le gustaba era sentarse en la mesa de un bar cerca de una mujer que no fuera su esposa”. Los residentes de esta pequeña aldea en el condado de Maramureş no se resisten a dejar una buena frase para la posteridad.

Metido en la inmensa ciudad de Buenos Aires, La Recoleta es el cementerio que concentra mayor cantidad de lápidas de famosos y tumbas de personalidades argentinas -aquí podrás visitar la tumba de Eva Perón, la primera dama de Argentina desde 1946 hasta su muerte en 1952-. Situado en el barrio del mismo nombre, la puerta de entrada ya anuncia su majestuosidad al estar sobre un conjunto de columnas que representan 11 alegorías sobre la vida y la muerte. Y no en vano es uno de los cementerios más famosos del mundo.

Con un aire al parisino Père - Lachaise pero en porteño y con mucha más luz, por sus avenidas y su rotonda central, coronada con una escultura de Cristo, pasean todos los días cientos de turistas.

A quince minutos de la ciudad de Oaxaca, los misioneros españoles establecieron el carismático cementerio de Xoxo en el siglo XVI y parece un campo de luciérnagas.

Este cementerio se llena de vida en el Día de los muertos, cuando los familiares se reúnen para celebrar a sus seres queridos y decoran las tumbas con flores, velas, figuras y alimentos, mientras beben mezcal, comen, ríen y escuchan a los mariachis.

La capital de Cuba acoge 57 hectáreas de superficie plagadas de esculturas y obras de arte funerario en la línea del de Staglieno. A la entrada hay un enorme monumento de mármol de Carrara, más allá se encuentra la tumba de la leyenda cubana La Milagrosa y en el camino, suntuosos panteones recrean a escala las mansiones coloniales de sus dueños.

Sin embargo, uno de los habitantes más ilustres del cementerio de Colón es Alberto Korda, autor del retrato más famoso del Che Guevara y que descansa bajo la célebre frase: “Lo esencial permanece invisible para el ojo”.