El México de Chavela Vargas en su centenario

Son muchos los cantantes mexicanos que han ido brillando a lo largo del tiempo y, entre ellos, La Vargas, como le gustaba que la llamasen, fue sin duda una de las grandes, aunque no llegó a este país hasta su adolescencia. En México comenzó a cantar, construyéndose su propia imagen, muy alejada de los estereotipos de la época. Cantaba en pequeños recintos, poniendo voz a las canciones rasgadas de José Alfredo Jiménez, compañero en el escenario y en los bares. Tanto que ella, una de las mejores artistas mexicanas de todos los tiempos, arrastró un severo alcoholismo durante años.

Uno de los primeros lugares en los que ambos artistas coincidieron fue en el Salón Tenampa, en Ciudad de México. Un local emblemático de la capital mexicana al que el mismo José Alfredo Jiménez le compuso una canción y donde se reunían –y se siguen reuniendo- los mejores artistas mexicanos y los que pasaban por la ciudad, como la propia Chavela Vargas, Mario Moreno ‘Cantinflas’, Óscar de la Renta,  Enrique Bunbury, Luis Miguel o Joaquín Sabina.

Chavela Vargas y Frida Kahlo –otra de las grandes figuras de México– también comparten historia en común ya que durante años se rumoreó que llegaron a ser pareja. El carisma fue una constante en la vida de Chavela Vargas, desde que empezase a triunfar en algunos de los locales más emblemáticos de Acapulco, en aquel momento centro neurálgico del turismo internacional en México ante quien mostró la más pura esencia de la cultura mexicana. Eso la llevó a actuar delante de parte del mundo de Hollywood hasta tal punto que llegó a cantar en la boda de Liz Taylor y Mike Todd.

Tras varios años recluida en una casa en Tepoztlan, en las afueras de la capital mexicana, Chavela superó su alcoholismo y con la sobriedad le llegó una nueva etapa de éxito. Su reaparición se produjo en 1993 en el mítico bar El Hábito (ahora conocido como El Vicio) de Coyoacán, en Ciudad de México. Ese mismo año dio el salto de la mano del director español Pedro Almodóvar y su concierto en la madrileña sala Caracol fue el pistoletazo de salida a una nueva etapa en su carrera, muy ligada a España, donde puso la voz a grandes bandas sonoras del director manchego, pero sin olvidar su querido México que siempre llevó en el alma.

Allí, en el México que siempre consideró su tierra, volvió para actuar, ahora sí, en grandes recintos como el Palacio de Bellas Artes donde cantó varias veces y donde, tras fallecer, recibió el último adiós del pueblo mexicano. Pero antes, se creaba un ambiente mágico cuando llenaba ese bello lugar y el pública entonaba las mejores canciones de Chavela Vargas: La Llorona, Paloma Negra o Macorina, a la que conoció en La Habana. La cultura de México reunida en uno de sus lugares más emblemáticos con una de sus artistas más reconocidas.

Aunque si hay un lugar especial en el que recordar a Chavela Vargas cantando, ese es el Teatro Olympia de Paris. Aquí tocaron figuras como Edith Piaf, Frank Sinatra, The Beatles y The Rolling Stones y los únicos dos mexicanos que tuvieron el honor de actuar también en ese teatro fueron Lola Beltrán y Carlos Santana.

Existen numerosos lugares turísticos en México que pueden visitarse y en los que se ha mantenido la impronta de Chavela Vargas. Así que si estás mirando viajes a México y quieres conocer parte de la vida de la que fue una de las cantantes mexicanas importantes con letras mayúsculas de todos los tiempos, no te olvides pasar por algunos de los sitios que hemos mencionado. Especialmente, visita las cantinas, lugares imprescindibles en una ruta por México en busca de Chavela Vargas. Paloma Negra, La Llorona, Luz de Luna, En el último Trago… todas ellas canciones que ‘La Dama del Poncho Rojo’ entonó una vez haciendo vibrar al que consideró su país de origen. México, Chavela Vargas, canciones eternas y puro sentimiento y emoción. Todo junto en un solo nombre.

Si en tus vacaciones en México quieres brindar con un buen tequila, entonar una ranchera o quieres conocer los mejores lugares que visitar en México persiguiendo a Chavela, no te olvides nunca de entonar eso que cantaba Chavela Vargas: “Ojalá que te vaya bonito”.