¿Cuál es la mejor época para ir a Maldivas?

Situado en el océano Índico, Maldivas se encuentra al sudoeste de Sri Lanka y la India. Este maravilloso país está compuesto por más de 1000 islas, de las que algo más de 200 están habitadas, y unos 26 atolones dispersos en más de 90.000 kilómetros cuadrados. Su capital y la ciudad más habitada es Malé, con algo más de 100.000 habitantes. Maldivas cuanta con una curiosidad y es que está considerado el país más plano del mundo, con una altitud máxima de menos de tres metros sobre en nivel del mar en isla Villingili, en el atolón Addu.

Su clima es tropical, esto significa que el tiempo en Maldivas casi siempre es agradable ya que la temperatura es prácticamente constante durante todo el año, oscilando aproximadamente entre los 26 grados por la noche y los 31 grados a mediodía, siendo la temperatura del agua prácticamente constante durante todo el año entre los 27 y los 29 grados.

La época iruvai o seca va de noviembre a marzo y está caracterizada por el viento noreste donde las temperaturas son algo más suaves y los días son más largos. En la época hulhangu, que va de mayo a noviembre, es cuando tiene lugar el monzón húmedo, donde sopla el viente sudoeste y las lluvias son más abundantes -unos 12 días al mes-. Así que, si quieres saber cuál es la mejor época a viajar a Maldivas la respuesta es entre los meses de diciembre y febrero cuando la humedad es escasa, cuando las probabilidades de lluvia son bajas y el cielo suele estar azul la mayoría de los días. Eso sí, para los surfistas la mejor temporada para viajar a Maldivas es entre los meses de marzo a octubre.

Entre las experiencias imprescindibles de un viaje a Maldivas están por supuesto conocer su capital, Malé. Allí podremos descubrir el espíritu de este maravilloso país en sus mercados o en sus salones de té. Lo mejor es pasear con calma dejándose guiar por los vivos colores de sus casas, siempre percibiendo la presencia omnipresente del mar, tanto en el ambiente siempre oliendo a sal como en la misma forma de vida de los habitantes de la capital.

El resto de las experiencias imprescindibles tienen que ver con el mar, por eso es importante decidir bien cuándo viajar a Maldivas. Como. por ejemplo. la opción de sumergirse junto a un banco de extraordinarios tiburones martillo a la hora del amanecer. Esto es posible en el Hammerhead Point o Rasdhoo Madivaru, en el atolón Rasdhoo, y la mejor época para hacerlo es entre los meses de diciembre y abril.

También es posible sumergirse con el pez más grande del mundo, el tiburón ballena, que puede alcanzar perfectamente los diez metros y que, afortunadamente, solo se alimentan de plancton. Este impresionante animal abunda en estas aguas por lo que nadar junto a él es relativamente sencillo si se busca el lugar adecuado y puede hacerse, además, durante prácticamente todo el año. Uno de los lugares más recomendables es el atolón de Ari, especialmente en las islas de Dhigurah, Dhangethi y Maamigili.

Si preferimos sumergirnos para contemplar los espectaculares corales que aguardan en los fondos marinos de Maldivas, también es importante saber cuando viajar a Maldivas para asegurarse la mejor visibilidad bajo el mar. Lo cierto es que esta es una de las actividades más demandadas ya que no hay pocos lugares en este país para maravillarse bajo el mar, como el atolón sur o el norte de Malé, muy recomendables por encontrarse además muy cerca de la capital y ser fácilmente accesible.

Otro de los lugares muy recomendados es la isla de Guraidhoo, con varias zonas de inmersión; el atolón Ari, también con bastantes y variados puntos de buceo; el atolón Baa, donde es fácil encontrarse con tiburones ballena; o el atolón Lhaviyani, con presencia de mantarrayas y tortugas. También se encuentra como uno de los puntos más especiales para los submarinistas el atolón de Addu, especialmente en la isla de Gan.

Por último, no debemos olvidarnos de la isla de Bodufinolhu, el atolón de South Malé. Situado a a 38 km. de la capital, esta isla está formada por un amplio banco de arena de 800 m. de largo y 30 m. de ancho. La playa es una de las más bellas de la zona y -esto interesará a los más intrépidos- cuenta con una laguna que puede ser atravesada a pie y llegar así a dos islotes desiertos, que ríete tú de los protagonistas de El lago azul. También aquí es posible practicar deportes como el esquí náutico o conducir una moto acuática sobre sus cristalinas aguas.