Celebramos el Día de la Almudena en Madrid

Para aquellos que se preguntan “¿cuándo es el Día de la Almudena en Madrid?”, la respuesta es sencilla: el 9 de noviembre, aunque la festividad comienza días antes con una serie de actividades que hacen que la espera sea aún más emocionante. Es el momento perfecto para sumergirse en la historia y la cultura local, además de disfrutar de un ambiente festivo que inunda la ciudad.

El origen es bastante incierto pero entre las diferentes teorías que existen la que se considera más certera es aquella que apunta a los cristianos de Madrid escondieron la virgen en la muralla en el siglo VIII ante una posible invasión. Tiempo después, el 9 de noviembre de 1085 -otra razón para elegir esta fecha para el Día de la Almudena- se organizó una procesión junto a la muralla y se desprendieron varias piedras de esta, dejando al descubierto la imagen de la virgen intacta. Aunque no fue hasta mucho después que se empezase a promover –por parte del Conde Duque de Olivares- la edificación de un templo para venerar a esta virgen como patrona de la ciudad y que en 1646 se la considerase como tal.  El reconocimiento final, mediante decreto soberano, le llegaría, como decíamos antes, en 1908 de la mano de Pío X.

El Día de la Almudena no es solo una celebración más; es un homenaje a la patrona de Madrid, la Virgen de la Almudena, cuya historia se remonta a tiempos inmemoriales. Se dice que la imagen de la Virgen fue encontrada en el siglo IX, justo cuando la ciudad estaba en pleno proceso de reconquista. Desde entonces, su figura ha estado íntimamente ligada a la identidad madrileña. Uno de los hitos más relevantes en la historia de esta celebración es la construcción de la catedral de la Almudena, cuya primera piedra fue colocada en 1883, aunque no fue hasta 1993 que se consagró oficialmente. 

Este templo se construyó como una parte más del Palacio Real, hacia donde se encuentra su fachada principal,  y por ello su orientación es norte-sur, no como la mayoría de templos cristianos que se orientan este-oeste. Posee más de 100 metros de longitud y una altura máxima de 73 metros y, debido a su construcción en diversos siglos, sus estilos van del neoclásico en el exterior al neogótico en el interior pasando por el neorrománico presente en la cripta. Y es que los orígenes de la catedral están en la pequeña iglesia de Santa María de la Almudena, que se encontraba muy cerca de la actual catedral y sobre lo que se cree que era la antigua judería de la ciudad.

El Día de la Almudena es un festín para los sentidos. La jornada comienza con una misa en la catedral, donde miles de fieles se reúnen para rendir homenaje a la Virgen. Este evento es un momento de recogimiento, donde las campanas suenan con fuerza y el ambiente se llena de una energía especial. Pero, por supuesto, la celebración no termina ahí.Tras la ceremonia religiosa, las calles de Madrid se inundan de actividades festivas. Las plazas se convierten en escenarios donde se celebran conciertos, bailes populares y actuaciones en vivo. Si hay algo que caracteriza al Día de la Almudena es la participación de los grupos folclóricos que dan vida a la tradición, con trajes típicos y danzas que cuentan historias de la ciudad.

La música juega un papel crucial durante esta festividad. Desde conciertos al aire libre hasta recitales en las plazas, el Día de la Almudena se convierte en una gran fiesta donde los ritmos flamencos se entrelazan con sonidos más contemporáneos. Artistas locales e internacionales se dan cita para ofrecer actuaciones que llenan de vida y color las calles, haciendo que la ciudad pulse al ritmo de la celebración.

El Día de la Almudena no es solo para adultos; los más pequeños también tienen su espacio. Muchos barrios organizan actividades infantiles, desde talleres creativos hasta espectáculos de marionetas y cuentacuentos. Es una oportunidad perfecta para que los niños se sumerjan en la cultura local y aprendan sobre las tradiciones de su ciudad de una manera divertida y accesible.

La comida es otro pilar fundamental en esta celebración. A lo largo de la ciudad, numerosos mercados y puestos ofrecen delicias típicas madrileñas. No puedes dejar pasar la oportunidad de probar los buñuelos de viento o unos churros acompañados de un buen chocolate caliente. Además, hay ferias gastronómicas donde los chefs locales muestran su destreza, y los amantes de la cocina pueden degustar tapas innovadoras que combinan la tradición con un toque contemporáneo.

A medida que avanza el día, las festividades se intensifican, con fuegos artificiales y un puñado de planes, siendo momento ideal para disfrutar de una buena cena en compañía de amigos, brindar por la ciudad y dejarse llevar por la energía del Día de la Almudena, una de las experiencias más auténticas que Madrid tiene para ofrecer tanto a lugareños como a sus visitantes.

Si buscas algo más que la fiesta, el Día de la Almudena también ofrece una excelente oportunidad para explorar la rica oferta cultural de Madrid. La catedral no es solo un lugar de culto; su interior está adornado con obras de arte que te transportarán a otras épocas. Pero no te detengas allí: el Palacio Real, el Mercado de San Miguel y el Parque del Retiro están a un corto paseo, ofreciendo una experiencia que mezcla la historia con la belleza natural.

Otro de los grandes planes que hacer en Madrid el Día de la Almudena es hacer una escapada a Aranjuez, uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad. Situado junto a la confluencia de los ríos Tajo y Jarama, Aranjuez posee un entorno natural envidiable  aunque si por algo es conocido es por el impresionante Palacio Real con su característico aspecto bicolor –está construido en ladrillo y piedra caliza-. Erigido por orden de Felipe II, destaca su amplio salón comedor, así como el Gabinete árabe, el Gabinete de Porcelana y por supuesto, sus impresionantes jardines que forman parte del llamado Paisaje cultural de Aranjuez, declarado Patrimonio de la Humanidad.

Además, más allá del Palacio Real y los jardines, Aranjuez cuenta con sus sotos históricos –extensas zonas de gran riqueza natural y bellísimos paseos arbolados situadas entre la presa del Embocador y el cauce del Jarama-, la Plaza de San Antonio, que une el Palacio con la villa, y diferentes palacios como el de Godoy, el de los duques de Osuna, el palacio de Medinaceli, la casa del duque de Arcos o el palacio Silvela. En definitiva, un vastísimo patrimonio, ideal para degustar con calma en el puente de la Almudena.