Mujeres importantes: un viaje histórico en el Día de la Mujer

El Día de la Mujer, además de las reivindicaciones futuras, es un buen momento para recordar a algunas de las grandes mujeres de la Historia y aprovechar su legado para visitar los lugares en los que dejaron su huella.

Es considerada la última reina del Antiguo Egipto y ha pasado a la Historia por su belleza aunque los historiadores –atendiendo a los grabados de la época- insisten en que su legendario encanto atendía más a su personalidad y cultura que a sus atributos físicos.  Cleopatra es sin duda uno de las mujeres más importantes de la Historia.

Aunque su tumba sigue perdida por lo que visitarla en el Día de la Mujer se hace imposible, sus huellas siguen muy presentes en el Egipto actual e, incluso, su influjo llega a todo el mundo. Enterrada junto a Marco Antonio tras suicidarse ambos al ser vencidos por Augusto, el primer emperador romano, el lugar de la tumba de la más famosa mujer de Egipto sigue siendo un misterio.

Para seguir sus pasos, nada como empezar visitando Alejandría, la que fuera capital de Egipto y donde se presupone que nació Cleopatra. Fundada por Alejandro Magno en el 331 a.C tras un sueño en el que un anciano le hablaba de su privilegiada ubicación citando la Odisea, pronto se convirtió en ciudad próspera y hogar de sabios. El palacio de Cleopatra se encuentra a pocos metros de profundidad bajo el agua del puerto después de que parte de la ciudad se hundiera tras un terremoto. Los restos de gran parte de esa Alejandría histórica permanecen aún bajo el mar –incluidas, puede, las tumbas de Cleopatra y Marco Antonio- pero lo que sí puede visitarse en la superficie es la Biblioteca Alexandrina, reencarnación de la Antigua Biblioteca. Allí sin duda se hallarán las huellas de otras mujeres célebres de la Historia.

En España se dio una curiosa situación: las mujeres podían ser elegidas diputadas pero no podían votar. Clara Campoamor fue una de las primeras abogadas de la época; en 1925 fue la segunda mujer en incorporarse al madrileño Colegio de Abogados de Madrid, tras Victoria Kent. Ambas fueron elegidas diputadas en las elecciones de 1931 y ambas se enfrentaron en el debate sobre el sufragio universal. Campoamor defendió este derecho el 1 de octubre de 1931 frente a 470 hombres y una única mujer que estaba en contra. Finalmente, logró que la propuesta fuera aprobada aunque, ironías de la vida, en las siguientes elecciones en las que las mujeres sí pudieron votar –en 1933- Campoamor no fue elegida.

Su legado sin embargo, poco a poco, se va descubriendo en Madrid, ciudad en la que nació, y donde es reivindicada como una de las mujeres relevantes en la Historia de nuestro país. Concretamente en la calle Marqués de Santa Ana, en el actual barrio de Malasaña. Muy cerca se colocó un busto suyo, otro se encuentra dentro del Congreso de los diputados, lugar en el que hizo historia. Sin duda, un paseo por Malasaña y una visita al hemiciclo es una de las mejores maneras de homenajearla.

Un autorretrato de Frida Kahlo fue el primer cuadro de un artista mexicano que compró el museo del Louvre. La pintora mexicana se ha convertido en un icono feminista; a principios del siglo XX Kahlo no solo usó su arte para reivindicar el feminismo sino que también hizo lo mismo con su propia imagen. Mujer fuerte y autosuficiente, se olvidó de los estereotipos de género, masculinizó su aspecto y dejó crecer su vello facial. Fue así una de las primeras pintoras que expresó la identidad femenina desde su propia óptica y no desde la que imperaba en la sociedad de su época. Una de las mujeres importantes en la Historia de México y una figura a reivindicar en el Día de la Mujer.

Seguir los pasos de Frida Kahlo en México es sencillo, empezando por el Museo que lleva su nombre, en Ciudad de México y que era su casa. Se le conoce como “La Casa Azul” por el color de las paredes y aparece en uno de sus cuadros llamado ‘Mis abuelos, mis padres y yo’. En el mismo distrito en el que se encuentra el museo se halla también el Colegio de San Ildefonso, donde estudió y donde conoció a su marido Diego Rivera, convertido ahora en museo, o la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” donde Kahlo dio clase.

Fue la primera mujer piloto en cruzar sola el océano Atlántico, lo que justifica su ingreso en la lista de mujeres importantes en la Historia. Antes de eso, Amelia Earhart fue enfermera voluntaria durante la Primera Guerra Mundial en Toronto (Canadá) donde atendía a los pilotos heridos durante el combate. Fue allí donde empezó a interesarse por la aviación, campo en el que no pararía de romper récords, muchos de ellos logrados por hombres.

Aunque fue declarada muerta en 1939, desapareció dos años antes en el Pacífico, durante su intento de dar la vuelta al mundo sobre la línea ecuatorial. Así que si este Día de la Mujer te planteas un viaje a lo grande, nada como seguir el recorrido de Earhart. De Miami a San Juan (Puerto Rico), de allí a Caripito (Venezuela) bordeando Suramérica y cruzando África y el Mar Rojo. De allí enlazó con Karachi (Pakistán) y de ahí a Calcuta, Rangún (Birmania), Bangkok, Singapur y Bandung (Indonesia). Siguió hacia Australia y hacia Papúa Nueva Guinea y se le perdió la pista cerca de la Isla Howland, un atolón deshabitado a medio camino entre Hawai y Australia. Nunca se encontraron sus restos.

Y en este Día de la Mujer, puestos a no poner límites a las reivindicaciones y los logros de las mujeres célebres, qué mejor destino que proponer aquí que el espacio exterior. De la mano de Valentina Tereshkova, la primera mujer en viajar al espacio y la única en hacerlo en solitario. Pionera entre las mujeres astronautas, esta soviética formó parte de un estudio en 1963 para comprobar si el cuerpo de la mujer ofrecía la misma resistencia física y mental que el de los hombres. Obviamente, la respuesta fue que sí.