Ciudades con cascos antiguos más bonitas de España

Además de visitar La Alhambra y el Generalife, la ciudad andaluza de Granada ofrece un casco histórico con el tráfico restringido de casi 100 kilómetros en el que pasear por sus calles se convierte en toda una maravilla. Además de callejear sin un rumbo fijo –algo que te recomendamos- no te pierdas la Catedral de Granada, la Capilla Real o el Monasterio de San Jerónimo.

Y por supuesto, como el paseo por el casco antiguo de Granada seguro que te abre el apetito, opta por una ruta gastronómica por Granada y descubre por qué es considerada una de las capitales mundiales de la tapa. ¡Ya sabes dónde ir de vacaciones en octubre y disfrutar de unos días únicos!

Aunque Bilbao ha hecho una inestimable apuesta por la modernidad desde que se inaugurase el Museo Guggenheim, con Normal Foster diseñando un metro referencia mundial y Santiago Calatrava creando el puente Zubizuri y el aeropuerto. Sin embargo, las llamadas Siete calles de Bilbao que formaban el casco histórico original conservan parte de su esencia. Pasear por el casco antiguo de Bilbao bordeando la Plaza Nueva es una gran idea, especialmente si lo haces a la hora de comer. De esta forma, puedes ir deteniéndote en los múltiples bares de la zona y degustando los emblemáticos pintxos que han hecho de Bilbao un destino turístico único, ideal entre los destinos donde viajar en noviembre y hacer una increíble escapada de otoño.

Valencia se va peatonalizando y el casco histórico de la ciudad se convierte cada vez en un entorno más amable para el peatón. Además de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la playa de la Malvarrosa y una buena paella, Valencia ofrece un centro histórico en el que destaca el Ayuntamiento, la plaza de la Reina, la lonja de la Seda o la Catedral, con el campanario del Miguelete para contemplar la ciudad desde un punto de vista único.

La ciudad vieja o casco antiguo de Salamanca es Patrimonio de la Humanidad gracias a su impresionante historia. Allí se encuentra, entre otros edificios emblemáticos, la Plaza Mayor, el Huerto de Calixto y Melibea, la Casa de las Conchas, las dos catedrales de la ciudad –la Vieja y la Nueva-, la Clerecía –sede de la universidad Pontificia- y la sede de la Universidad de Salamanca, la más antigua de España.

Salamanca es una de esas ciudades que no se entienden si no la recorres a pie, deteniéndote en los rincones que más te llamen la atención y callejeando en todo su casco antiguo. Y para terminar, nada como unas tapas por la calle Van Dyck. No te arrepentirás de elegir esta ciudad. ¡Visítala en la que será una de las mejores escapadas de otoño de tu vida!

El centro histórico de Vitoria data de la época medieval y se asienta sobre una colina, posición privilegiada y con un enorme carácter defensivo que también tienen las calles aledañas. En esta almendra central podrás visitar la Casa del Cordón, el Palacio de Bendaña, sede del Museo Fournier de Naipes, el Palacio Escoriaza-Esquivel, el de Villa Suso y, por supuesto, la Catedral de Santa María –o Catedral vieja- en la que se basó el escritor Ken Follet para su libro Un mundo sin fin.

Y por supuesto, si viajas a Vitoria, no puedes perderte la plaza de la Virgen Blanca, centro neurálgico de la ciudad, situada entre el Casco Viejo (casco medieval de Vitoria) y el Ensanche, y la plaza de los Fueros, creada por Eduardo Chillida y el arquitecto Peña Ganchegui , y llena de guiños a la cultura vasca.

La capital andaluza tiene peatonal, no solo su centro histórico sino también alguno de sus barrios más característicos, y en verano es habitual encontrar toldos para que los viandantes paseen protegidos por el calor. Algo que se agradece teniendo en cuenta que el casco antiguo de Sevilla es el más extenso de España y uno de los tres más grandes de Europa.

Allí podrás encontrar, como no, la Catedral de Sevilla, con la Giralda, el Alcázar o el Archivo de Indias, todos ellos declarados Patrimonio de la Humanidad. Además, fuera del casco antiguo, la ciudad ofrece barrios con encanto como el de Triana o el de Los Remedios por el que pasear es un auténtico placer. Por algo Sevilla está considerada como una de las ciudades más bonitas de España.

Los barrios de la Ribera, el Raval, el Gótico, etc son visitas obligadas en los viajes a Barcelona y lo cierto es que son lugares muy cómodos para pasear sin prisa, concentrándose en cada detalle. Detenerse en el Mercado de la Boquería, las Ramblas, el Portal del Ángel, la Catedral o la Plaza Real te ayudarán a comprender un poco más la historia de Barcelona.

Y para terminar, nada como un tranquilo paseo por la playa de la Barceloneta, emblema de la ciudad y cuyo barrio ofrece un sinfín de posibilidades que merece la pena descubrir con calma.