Dónde viajar en marzo: experiencias para dar la bienvenida a la primavera
Te proponemos varias experiencias para dar la bienvenida a la estación más romántica del año. Si no sabes dónde viajar en marzo, aquí tienes un puñado de buenas ideas
El año no ha hecho más que empezar –o casi– y el ansia por viajar está más viva que nunca. Se acerca el tercer mes del año, en el que además comienza la primavera, una de las mejores estaciones del año para viajar, debido a la subida suave de temperaturas y los días con más luz. La llegada de la primavera es para celebrarla, así que te proponemos lugares a los que viajar en marzo y donde disfrutar de la naturaleza y, sobre todo, donde descubrir o redescubrir lugares únicos que nos saquen una sonrisa.
Sigue leyendo y descubre con nosotros los destinos para viajar en marzo donde dar la bienvenida al equinoccio de primavera. Celébralo caminando entre campos de almendros, viajando en el tiempo hasta el universo maya o descubriendo culturas únicas. ¿Te apuntas?
Ver los cerezos en flor en el Valle del Jerte
El Valle del Jerte, en Cáceres, es uno de los mejores destinos donde viajar en marzo, precisamente por el espectáculo que ofrecen la floración de más de un millón y medio de cerezos que, en los años anteriores, florecieron en la segunda quincena de marzo. Así se forma un extraordinario manto blanco que se distribuye entre las múltiples terrazas donde se plantan. Primero florecen los que se encuentran en las terrazas más bajas, a una altitud menor, y luego, según va pasando el tiempo, es el turno de los que se encuentran en las terrazas más elevadas.
La mejor manera de ver los cerezos en el Valle del Jerte es hospedarse en Cáceres –y disfrutar también del encanto de esta ciudad– y realizar una ruta circular en coche que incluye los pueblos de Valdastillas, Piornal, Barrado, Cabrero, Casas del Castañar, El Torno y Rebollar. En total son aproximadamente unos 50 kilómetros.
El Valle del Jerte , en la provincia de Cáceres, se convierte en todo un espectáculo al llegar la primavera
Un viaje místico entre pirámides: rumbo a México
Con un poco de misticismo celebramos el equinoccio de primavera y la llegada de la estación más suave del año. El destino: México. El lugar: las pirámides mayas.
Desde hace años, durante el 20 o 21 de marzo, miles de personas se reúnen en diferentes yacimientos mayas de todo México para “recargar la energía” que se produce durante el equinoccio de primavera, momento en el que el día y la noche duran el mismo tiempo. Se cree que los mayas también celebraban la llegada de la primavera, teoría todavía sin ser aprobada, pero que no ha desistido la reunión de gente a estas maravillosas obras antiquísimas.
Entre las construcciones prehispánicas más visitadas durante esta fecha son las de Teotihuacán, ubicadas muy cerca de Ciudad de México, y una excursión obligada cuando se visita la ciudad; y la impresionante Chichén Itzá, en la que se produce un efecto con la salida del sol sobre la pirámide del Castillo de una serpiente bajando las escalinatas. Real o no, igualmente es una de las cosas que hacer al menos una vez en la vida. Visitar las pirámides vestido de blanco y con una prenda roja y cargar el cuerpo y la mente de buena energía.
Si Riviera Maya parece el cielo en la tierra, durante el equinoccio de primavera, además de disfrutar de las mejores playas del mundo, se puede vivir una experiencia mística. ¿Te vienes?
La serpiente emplumada de Chichén Itzá
Descubrir el Pirineo aragonés en su mejor versión
Escaparse al Pirineo Aragonés en primavera es una experiencia única para sumergirnos en la belleza natural de la región aprovechando el clima templado de esta época del año y la variedad de actividades al aire libre que esta ofrece. Desde el deshielo de las montañas hasta la explosión de colores de la flora y fauna, la primavera transforma este destino en un paraíso para los amantes de la naturaleza y los viajeros más aventureros
.La primavera es el momento en que la naturaleza se despierta después del invierno y cuando los paisajes del Pirineo aragonés se llenan de vida con cascadas que fluyen con mayor fuerza gracias al deshielo, prados verdes salpicados de flores silvestres y bosques que recuperan su esplendor. Además, a diferencia del tiempo extremo en invierno y en verano, la primavera ofrece un clima más suave y agradable, perfecto para disfrutar de actividades al aire libre sin el calor abrasador del verano o el frío intenso del invierno.
Esta zona del Pirineo ofrece una amplia gama de actividades para todos los gustos y edades. Desde senderismo en los valles floridos hasta el esquí de primavera en las estaciones de esquí más altas que aún tienen nieve, pasando por la observación de aves migratorias y el rafting en los ríos que fluyen con fuerza por el deshielo. Y no menos importante: podrás disfrutar de todas ellas sin las masificaciones típicas de la temporada alta. ¿Qué más se le puede pedir a esta primavera?
El Valle de Ordesa, en el Pirineo aragonés, es uno de los rincones naturales más importantes de la geografía española
Ruta por los almendros en flor portugueses
Viajar por Portugal siempre es un acierto y, más aún, si es en marzo. El país del bacalao y el vinho verde es también uno de los lugares más bonitos durante la primavera, gracias a los campos de almendros que pueblan la zona. En concreto, el famoso Algarve es el escenario del Festival del Almendro en Flor, una excusa para viajar a esta maravillosa zona atlántica fuera de la época veraniega.
Así pues, tanto en la zona del Algarve como en el Berrocal, algo más al norte y en plena sierra, se organizan rutas de senderismo entre los campos de almendros en flor, para vivir en primera persona este romántico acontecimiento que da la bienvenida a la primavera. Hasta marzo las flores de los almendros tiñen los campos de blanco y rosa, y en la pequeña localidad de Alta Mora surge una ruta circular de poco más de diez kilómetros llamada el Camino de los Almendros.
Cuenta la leyenda que en la zona del Algarve reinaba un califa llamado Ibn-Almundin y que, para complacer a su esposa Gilda, quiso plantar miles de almendros para que el blanco de sus flores se confundiera con la nieve que ella, de origen nórdico, echaba tanto de menos. Pero la verdad se aleja bastante de la leyenda, y es que las tierras del Algarve son muy propicias a este árbol, y la almendra forma parte de la cocina portuguesa, sobre todo en sus postres como los queijinhos de figo, el morgadinho o el famoso licor de almendra amarga, la amarginha.
Almendros en flor en el sur de Portugal