¿Cuáles son los lugares más encantados de España?

Nuestra primera parada en esta terrorífica guía es un viaje a Madrid. La capital española es, además de una ciudad cosmopolita llena de vida y con actividades para todo tipo de viajeros, un gran baúl de historias de miedo y fantasmas.

En concreto, dos son las leyendas más famosas que se pasan de boca en boca en la metrópoli: la del Palacio de Linares y la de la Casa de las Siete Chimeneas. La ciudad está tan “cargada” de sitios embrujados que incluso existen tours por el Madrid de los fantasmas y las leyendas, los cuales para mayor emoción se pueden hacer de noche. ¿Te animarías?

La primera de las leyendas se enmarca en el Palacio de Linares, la actual Casa de América. Se dice que el fantasma de una niña vaga por sus habitaciones. Al parecer, durante las obras de remodelación del palacio, los trabajadores aseguraron sentir la presencia de fantasmas y sonidos paranormales. ¿La razón? Cuenta la leyenda que una pareja de nobles tuvo una hija en una relación de amor prohibida, ya que eran hermanastros. La pareja se suicidó y la pequeña Raimunda Osorio fue enterrada entre las paredes del palacio. Quienes han pasado la noche dentro de este lugar aseguran haber oído voces y haber notado la presencia de una figura como la de Raimunda.

A tan solo diez minutos andando del Palacio de Linares, encontramos otra de las localizaciones misteriosas: la Casa de las Siete Chimeneas. El actual Ministerio de Agricultura tiene una de las historias más tenebrosas de la capital. De esta leyenda hay varias versiones, siendo la 'oficial' aquella que cuenta que una pareja de enamorados, el capitán Zapata y Elena, hija del rey Felipe II, se vieron obligados a separarse por la partida a la guerra del capitán. Al no volver su amado de la contienda, Elena se sumió en una gran tristeza que la hizo fallecer. Desde entonces se dice que su cadáver, vestido de blanco, se pasea por las habitaciones y el tejado del famoso edificio.

Cogemos un avión hasta Canarias, las llamadas "islas afortunadas". Más concretamente, hasta Tenerife. En el municipio de La Laguna se encuentra la Casa Lercaro, actualmente sede del Museo de Historia de Tenerife y antigua casa de una familia adinerada de comerciantes genoveses.

El padre de esta familia quiso casar a su hija Catalina con un cacique de la isla, un señor mayor y poco agraciado que Catalina detestaba. Tanto era su odio por el matrimonio impuesto, que el día de la boda la joven no pudo salir de su habitación y se pasó las horas llorando, tan solo ataviada con su bata blanca. Al caer la noche, la joven despertó sola en la casa y, corriendo por los pasillos y habitaciones, decidió perder la vida en el pozo de la hacienda. El resto es historia. Al parecer, fue una de las sirvientas de la Casa Lercaro quien descubrió a la joven cuando ya era tarde.

Para más inri, la Iglesia no aceptó enterrarla por ser el suicidio la causa de la muerte, con lo que Catalina descansaría en uno de los patios interiores de la vivienda para siempre. A partir de entonces, extraños sucesos paranormales empezaron a ocurrir en la casa: ruidos extraños, pisadas, etcétera. Tal fue la desesperación de la familia por estos acontecimientos, que terminaron mudándose al norte de la isla. Aún hoy se comenta que el espíritu de la joven Catalina sigue vagando por las estancias de la morada.

Pese a lo recóndito de este pequeño pueblo palmero, la leyenda de Tacande es uno de los primeros casos de actividad paranormal en España. Esta zona rural, asentada en el municipio de El Paso, en el centro de la isla, es el hogar de una de las historias más antiguas de España.

En este pequeño pueblo habitaba una familia en una casa en la que, durante exactamente 87 días, se sucedieron unos encuentros paranormales. Fue en enero de 1628, en tiempos todavía de la Inquisición, cuando se aparecía el fantasma de una mujer para arropar al niño que dormía en la casa. Durante 87 noches el fantasma de la madre hacía acto de presencia y quienes pudieron atisbarlo, contaron que la cuna se movía sola y se escuchaban rumores y coros de fondo. Estos inquietantes sucesos llegaron incluso a la Iglesia y un fraile acudió al hogar para presenciar la escena.

Según parece, el fantasma tenía ciertos asuntos que resolver antes de volver al más allá y, una vez cumplidos en esos 87 días con sus respectivas noches, desapareció. Aunque, a partir de entonces, hay quien asegura que durante las madrugadas se siguen oyendo los ruidos. ¿Quieres ir a descubrirlo?

Las cuevas de Zugarramurdi acogen una de las historias de brujería de España más populares en todo el mundo. En tiempos de la Inquisición, entre 1609 y 1612, murieron en la hoguera hasta once aldeanos y aldeanas a causa de la brujería.

Todo comenzó cuando, en esta pequeña zona entre bosques de Navarra y País Vasco, se sucedían una serie de “ritos” y festividades que no eran del agrado de la Iglesia y mucho menos de la Inquisición. En este pueblo los vecinos no es que llevasen escobas ni hiciesen conjuros en un caldero, sino que realizaban diferentes festejos ligados a la mitología vasca, actos que llegaron a oídos del Tribunal de la Inquisición con sede en Logroño (La Rioja).

Una noche, en las cuevas de Zugarramurdi, hubo una gran redada en la que capturaron a varios habitantes de la zona, algunos de los cuales murieron en la hoguera por herejes y otros fueron encerrados en mazmorras. Puede que no hubiera brujería, pero tanto la leyenda como los cruentos actos allí acaecidos han hecho de Zugarramurdi -situado a una hora de San Sebastián- una de las principales paradas en la búsqueda de lo mágico o lo paranormal de España.

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