Por qué hay que ir a Punta Cana en diciembre

Eso quiere decir que los precios están en un buen momento por lo que es posible que encontremos incluso buenas ofertas para ir a Punta Cana en Navidad. En esta zona, la temporada alta empieza en enero y se extiende hasta marzo por lo que además podremos disfrutar del lugar sin masificaciones e incluso plantearnos terminar el año allí. Quizás también podamos disfrutar de alguno de los rituales de fin de año más populares de Latinoamérica e, incluso, comenzar alguno nuevo para que no nos falte la suerte en el año que comienza.

Ya lo decíamos al principio, una de las mejores razones para ir a Punta Cana en diciembre es el excepcional clima de la zona, pasada ya la temporada de huracanes, y con una temperatura media durante el día de 28 grados que permite que nos olvidemos de los zapatos cerrados, abracemos las sandalias, la ropa ligera y, sobre todo, el bañador porque la temperatura del agua en Punta Cana en diciembre se sitúa, de media, en los 27 grados. Es decir, un auténtico placer que permite además disfrutar de los deportes acuáticos con toda la comodidad. Así que si alguna vez te has planteado probar el surf, el windsurf, el kitesurf o cualquier otra actividad que implique un buen tiempo a remojo, estarás en el lugar idóneo y ¿quién sabe? quizás descubras una nueva pasión solo por haberte decidido a ir a Punta Cana en diciembre.

Con este clima, no es de extrañar que te plantees quedarte en la playa para siempre y no separarte de su cálida arena bajo ningún concepto. Y es lógico, pero no dejes de visitar las mejores playas de Punta Cana, empezando claro está por Playa Bávaro. Luego puedes seguir hacia el norte con Macao o Uvero Alto o hacia el sur con Playa Blanca y Bocas del Toro. Y por supuesto, no te olvides de contratar una excursión a Isla Saona. Te aseguramos que se te van a agitar los sinónimos de “paraíso” en cuanto intentes describirla.

Una de las grandes verdades universales del viajero es que durante las vacaciones se hacen cosas que nunca se hubieran imaginado. Y entre esas actividades innovadoras, los deportes de riesgo son una de las más habituales. Así que otra de las buenas razones para ir a Punta Cana en diciembre es disfrutar de un sinfín de actividades, sin mucha gente y con un clima perfecto. Ya hemos mencionado el surf, el windsurf o el kitesurf pero también puedes animarte con el parasailing –volar, enganchado a una lancha, con una especie de paracaídas-, descolgarte por una tirolina y contemplar unas espectaculares vistas de la selva dominicana, subirte a un caballo y recorrer las playas y la jungla o incluso animarte con un vuelo, ya sea en avioneta o en helicóptero, para observar este paraíso desde una perspectiva a la que no muchos tienen acceso.

Aunque si eres más de mar que de cielo, también puedes disparar la adrenalina con una buena sesión de buceo que puede incluso incluir algún pecio hundido durante una tormenta. Si te animas a viajar en diciembre a Punta Cana y quieres probar el buceo, busca las inmersiones en La Cueva –como su nombre indica, un sistema de cuevas donde podrás nadar con inofensivos tiburones y espectaculares mantarrayas- o Monica, buscando ese mágico buque hundido rodeado de peces que han hecho de él su hogar.

Otra de las razones para ir a Punta Cana en diciembre es salir de esta franja costera y hacer una pequeña escapada para visitar Santo Domingo, la capital del país y la primera ciudad colonial europea en América. El impresionante pasado colonial de Santo Domingo respira desde cada uno de los adoquines de sus calles y se cuela entre las rendijas de la llamada Zona Colonial.

Aquí está la primera casa americana en la que vivió Cristóbal Colón -también una de sus plazas más icónicas que lleva su nombre y preside su estatua-, también la primera catedral –la Catedral Primada de América- y el primer hospital construido por los españoles.  En esta zona también se encuentra el Panteón Nacional, el Baluarte del Conde, el Alcázar de Colón o el Palacio Virreinal de Don Diego Colón que, además, si decides viajar en Navidad, podrás comprobar como todo se impregna de una magia especial que no podrás olvidar.

Y además de todo su patrimonio colonial, Santo Domingo también cuenta con una impresionante riqueza que es su vida cultural, artística y gastronómica. Aprovecha para perderte por sus calles empedradas y busca algún apartado rincón en el que degustar un buen sancocho, uno de los más emblemáticos platos típico dominicanos, que contiene carne, verdura, tubérculos y diversos condimentos en forma de sabroso y consistente caldo.

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