Ruta por las mejores lagunas termales del mundo

Situada en la isla de San Miguel, en Azores, se encuentra la Caldeira Velha, una zona con una vegetación casi más propia de la Amazonia que de Portugal. Los intensos verdes de los frondosos bosques de laurisilva se hacen casi omnipresentes en esta zona salpicada de calderas naturales de aguas termales, muchas de ellas habilitadas para el baño.

Una de las más conocidas es la Poça de la Cascata que, como su nombre indica, tiene hasta su propia cascada. Aquí la profundidad es de aproximadamente un metro y la temperatura del agua está alrededor de los 24 grados. Si queremos optar por aguas termales algo más calientes solo tienes que dirigirte a la Poça dos Vimes y Poças dos Fetos. En la zona encontrarás además la Fumarola, en la que el baño está prohibido porque puede ascender hasta los 100 grados.

En Islandia lo de las lagunas termales es otro nivel. Toda la isla está llena de pequeñas piscinas, muchas de ellas gratuitas y públicas, y los lugareños se toman este tipo de baños de la misma manera que los españoles ven eso de ir de cañas. Una de las más conocidas y que presume de ser una de las mejores lagunas termales del mundo es la Laguna Azul, muy cerca de Reykjavik y que es una de las mayores atracciones más visitadas del país. La temperatura media del agua a lo largo del año es de 39 grados y es necesaria reserva previa. Eso sí, prepárate a pagar más de 80 euros.

Al norte del país está Myvatn, localidad cuyos baños han sido durante años la alternativa más accesible a la Laguna Azul aunque su precio no baja de los 30 euros. Eso sí, a cambio está mucho menos concurrida, el entorno es impresionante y en verano permanece abierta hasta la medianoche cuando aún es de día en el país.

¿Te imaginas decenas de lagunas termales en la base de un volcán y cuya agua proviene precisamente de este volcán, uno de los más activos de Costa Rica? Pues ese paraíso existe, está repleto de rincones escondidos en los que relajarse y aquí no falta un entorno envidiable en el que puedes encontrarte con pequeñas cascadas que hacen su propio circuito de hidroterapia natural.

Muy cerca tendrás también la cascada de La Fortuna, con una caída de unos 70 metros y en la que también podrás darte un baño, eso sí, tendrás que salvar un camino de más de 500 escalones. Eso sí, ya te decimos que merece y mucho la pena.

Es prácticamente seguro que hayas visto, aunque no lo sepas, las piscinas de Pamukkale, en Turquía. Son unas de las mejores lagunas termales del mundo y sin duda unas de las más espectaculares. Pamukkale significa en turco “castillo de algodón”, algo lógico en cuanto se divisan los más de 150 metros de altura y los más de 2700 metros de longitud  de esta formación geológica en la que el blanco estalla ante el más mínimo rayo de sol.

Es cierto que gran parte del conjunto está viviendo una época de recuperación después de haber sido sobreexplotado y que las lagunas termales en las que está permitido el baño son artificiales pero un simple vistazo a la zona hace que merezca la pena el viaje hasta este lugar tan alejado de Turquía. Además, como la entrada incluye el acceso a las ruinas de Hierápolis, podrás visitarlas y contemplar entre otras cosas su impresionante teatro. No te arrepentirás.

Hierve el agua es una especie de Pamukkale situado en México, concretamente en Oaxaca. Se trata de un sistema de cascadas petrificadas, situadas a 12 y 30 metros de altura, cuya agua se encuentra a una temperatura media de unos 24 grados.  La mejor manera de visitar estas lagunas termales en empezar por la más alta de las cascadas y darse un baño dejándose eclipsar por el impresionante paisaje que encontrarás ante tus ojos. No solo disfrutarás del agua, la privilegiada situación de este complejo hace que las vistas sean espectaculares.

Después, tras recorrer unos pocos metros, llegarás a la segunda cascada en la que podrás alargar más la visita para terminar con un buen plato fuerte: la vista de las cascadas desde abajo. Desde ese punto puede divisarse como los restos de carbonato de calcio se han ido escurriendo por las paredes creando un peculiar efecto. ¿Te lo vas a perder?