Conoce las mejores islas de Europa en las que querrás quedarte a vivir
Te soplamos las mejores islas y archipiélagos del viejo continente para tu próxima una escapada de verano
Berlín, París, Roma, Budapest… Europa cuenta con ciudades cuya visita al menos una vez en la vida es un acto casi imperativo. Y, aunque a menudo estos destinos se asocian con escapadas en primavera o en invierno, el viejo continente ofrece también un sinfín de posibilidades lejos del asfalto para disfrutar del periodo estival. Y es que muchas de sus islas no tienen nada que envidiar a lugares tan exóticos como Maldivas o Bora Bora.
Desde la gran Cerdeña, pasando por la volcánica isla de Lanzarote, hasta Madeira, te ofrecemos el recorrido perfecto para que vayas de isla en isla, de vacaciones en vacaciones, de aventura en aventura. ¿Te vienes? Sigue leyendo y descubre las mejores islas para disfrutar y enamorarse perdidamente. Cuidado: no querrás irte de ellas.
Cerdeña y Capri: las mejores islas de Italia
Cuando se viene a la cabeza Italia en un viaje, es inevitable pensar en sus dos grandes ciudades: Milán o Roma. Ambas tan diferentes, y la vez, con una oferta cultural y de ocio infinita, son dos capitales perfectas para visitar y que funcionen como “base de operaciones” para visitar el resto de Italia. En concreto, hablamos de sus islas paradisíacas como son Cerdeña, Capri o Sicilia.
Cogiendo un ferry desde Roma puedes estar pisando en poco tiempo la estupenda isla de Cerdeña. ¿Un imprescindible de Cerdeña? La Maddalena, un conjunto de islas donde sólo verás playas de arena fina y buen tiempo. Sin olvidar la vista panorámica de uno de los pueblos más bonitos de Italia, Castelsardo. El resto, sin duda, merece mucha improvisación.
Volvemos a ponernos los trajes de marineros para coger otro ferry desde Nápoles a otra pequeña gran isla. Capri tiene un encanto especial que se descubre a simple vista desde el mar. En una escapada de un día el viajero puede disfrutar de la Gruta Azul, un espectáculo marino, pasear por el centro histórico o subir al Monte Solaro para admirar las vistas.
Cerdeña es un destino ideal al que viajar en cualquier época del año
Islas Baleares: lujo mediterráneo entre las mejores islas de Europa
Si hay unas islas que sea la definición perfecta del Mediterráneo, esas son las Islas Baleares. Son tan conocidas, que cada una de ellas cuenta con una personalidad propia, un turismo único y una forma diferente de disfrutar de las vacaciones. Hoy queremos recomendar las dos “hermanas pequeñas” de Mallorca, Ibiza y Menorca
De espíritu más tradicional y mucho menos masificada, Menorca es puro estilo balear, y es perfecta para olvidar la rutina y perderse mental y físicamente. Teniendo como base el Barceló Hamilton Menorca en la ciudad de Mahón y alquilando una scooter, la isla puede disfrutarse con todos los sentidos en pareja. Descubre sus calas escondidas y degusta la salsa más famosa del mundo en su lugar origen, la “mahonesa” (mayonesa).
No es casualidad que Ibiza sea conocida por ser el destino por antonomasia de la fiesta veraniega. Pero aunque la isla puede disfrutarse de noche, y mucho, de día todo cambia y es una isla en la que la palabra “mediterráneo” le viene perfecta. Vístete con un caftán blanco, ve descalzo/a y simplemente disfruta de sus atardeceres y sus calas. Un viaje a Ibiza siempre es un acierto.
Ibiza, un paraíso donde la fiesta no está reñida con la tranquilidad
Descubre las Islas Canarias, perfectas para unas vacaciones en familia
Las islas Canarias disfrutan de un microclima único en cada una de sus islas, lo que les confiere una personalidad y un disfrute diferentes. Hoy nos centramos en sus dos islas más cercanas al continente africano, entre las que además de papas con mojo y pescado fresco, podrás disfrutar de sus impresionantes playas de arena volcánica.
Isla volcánica donde las haya, Lanzarote es perfecta para vivirla con amigos, en pareja o en familia. Una isla pequeña, perfecta para visitarla en unos días y en la que vivirás los mejores atardeceres en la Caleta de Famara y las mejores vistas panorámicas desde el Mirador del Río, obra del oriundo canario César Manrique.
La isla ventosa de Fuerteventura es perfecta para los amantes de deportes acuáticos como el windsurf o el kitesurf. Barceló Fuerteventura Beach Resort es una estupenda idea para alojarse cerca de sus playas, situado sobre la playa La Caleta de Fuste. Además, desde ahí se puede coger un ferry hasta Isla de Lobos, donde sentirse como un náufrago en esta isla virgen. Las playas de Jandía y Costa Calma son otras dos playas que merece la pena sumar a vuestro recorrido.
Lanzarote, la isla de los paisajes imposibles
Las islas de Grecia, una delicia para los amantes de la historia y el descanso
Grecia es la perfecta combinación entre el clásico turismo de sol y playa, y el turismo más cultureta, permitiendo al viajero descubrir la historia de una de las culturas más antiguas e importantes de la historia. La vida isleña está dentro del carácter griego, y es que en este país existen más de 2000 islas, de las cuales solo 200 son habitadas. Te mostramos dos de nuestras favoritas.
Hydra es una curiosa isla por la que no pueden discurrir ningún tipo de transporte motorizado. Es tambiuén una de las más cercanas de Atenas, con lo que una visita a esta ciudad no puede terminar sin un día en Hydra. Además, desde la zona de Thermisia, a orillas del Mar Egeo, se encuentra el Barceló Hydra Beach, el hotel perfecto para disfrutar de un cóctel con vistas a la isla.
Santorini, por su parte, es una de las islas más fotogénicas del planeta, y también una de las más conocidas. Santorini no solo es una isla sino cinco, que surgieron a raiz de una explosión volcánica durante el 1600 a.C. La isla de los atardeceres y las casas blancas que no puede faltar en esta ruta por las mejores islas europeas.
Hydra, una pequeña isla de 20 km de largo y 6 km de ancho
La isla de Madeira: las vacaciones más salvajes
Portugal es mucho más que Lisboa o el Algarve, y es que también cuenta con una cara más salvaje y virgen (y menos conocida), como es la isla de Madeira, un archipiélago en mitad del Atlántico que hará las delicias del viajero que quiera alejarse de las grandes masificaciones. Esta isla de origen volcánico está compuesta por Madeira y Porto Santo, y otras tres menores inhabitadas.
De origen volcánico y la principal de ambas, Madeira es una isla llena de acantilados, pueblecitos únicos y vegetación salvaje. En ella podrás visitar las cuevas de San Vicente -se cree que son el origen de la isla-, y atravesar los parajes naturales por las levadas, senderos que se encuentran por toda la isla y que encandilan a todo aficionado del senderismo.
Porto Santo es otra de las grandes maravillas de la zona que no deben faltar en una visita a Madeira . Es conocida como la isla dorada, gracias al color de sus playas y el agua turquesa. Aunque a priori sea una isla menos verde que Madeira también se pueden hacer caminatas por el litoral. Tampoco debe faltar darse una vuelta por la capital, Vila Baleira, donde se concentra la mayor parte de la población. Aquí, simplemente, toca quedarse y disfrutar.
Es posible que, una vez en Madeira, no quieras regresar