Top 10 de las mejores playas de Baleares

Existen poca formas de empaparse del encanto de las islas que en moto, sin duda, una de las mejores opciones para moverse y llegar a sus recónditas calas. Porque, ¿qué te viene a la cabeza cuando piensas en Menorca? ¿Y en Ibiza? ¿Y si hablamos de Mallorca o Formentera? Probablemente hayas encadenado una sucesión de imágenes paradisiacas en las que el sol y el azul turquesa se llevan el protagonismo a partes iguales. Aunque son diferentes, todas ellas tienen algo en común: en su categoría, son las mejores. Ya se traten de playas tranquilas, con chiringuitos o salvajes, pocos arenales te harán sentir que estás en el mismísimo paraíso como estas que te recomendamos a continuación.

No descubrimos la pólvora al nombrarlas. Lo sabemos. Pero hablar de las mejores playas de las Islas Baleares sin pasar por ellas es pecado mortal. A una hora de Mahón, están situadas dentro del Área Natural de Especial Interés de la costa sur de la isla, así que puedes imaginar su valor medioambiental.

De las más famosas por su belleza natural, están rodeadas de pinos y no son especialmente grandes, por lo que el consejo es no llegar más tarde del mediodía. A diez minutos andando de una a otra, no puedes perderte ninguna de las dos, menos todavía si vas en moto. ¿Buscando alojamiento en la zona? El hotel Barceló Hamilton Adults only, en la entrada al puerto natural de Mahón, es un centro de operaciones ideal para acceder a los mejores rincones de la isla. Además, desde su Sky Barse obtienen las mejores de las vistas de la isla.

A pocos kilómetros de la anterior, en este caso, su nombre nos adelanta el color del agua: azul turquesa. Aislada de la civilización y virgen, está rodeada de pinos frondosos que le dan ese aire salvaje que tanto gusta de Menorca. Por supuesto, su arena es blanca, su agua clara y cristalina y la tranquilidad reina a sus anchas. Para llegar es necesario ir en moto, en coche o bici, y aparcar en el parking del que dispone. Una vez allí hay que caminar unos 10 minutos para llegar a la cala.

Aunque se trata de una calita virgen, cuenta con baños cerca e incluso con servicio de socorrismo o un chiringuito en el mismo aparcamiento. 

Para bien y para mal (aunque para nosotros es definitivamente mucho mejor), esta maravilla de Menorca no tiene chiringuito ni nada que recuerde al hombre, más allá de los propios visitantes. Entre acantilados y una naturaleza abrumadora se esconde este pequeño trozo de arena y aguas cristalinas al que para llegar, una vez aparcados, hay que andar alrededor de unos 20 minutos. Mejor, siempre, si el calzado es cómodo y cerrado para evitar estropicios.

A tener en cuenta: intenta no llegar demasiado tarde, ya que el párking solo tiene capacidad para 120 vehículos. Desde el aparcamiento tendrás que andar unos 850 metros hasta la cala. Una vez allí, solo te quedará disfrutar de uno de los mayores paraísos de las islas.

Hace quince años que este trozo mallorquín fue declarado Parque Natural. Su vegetación (pinos en gran parte), arena fina y pendiente escasa la convierten en un arenal perfecto para el baño y la relajación. No es casualidad que sea una de las favoritas de los locales y turistas, debido también a lo mágico de su entorno, ya que está rodeada de acantilados.

Si además te alojas en el Barceló Illetas Albatros Adults only, con todo tipo de comodidades, la experiencia será memorable, entre otras cosas porque allí mismo podrás alquilar una moto para conocer la otra cara de Mallorca y llegar hasta la cala, a una hora en moto por caminos increíbles. El hotel, además, está a solo 15 minutos del centro de Palma y tiene unas vistas increíbles al Mediterráneo.

Estar solo/a en esta playa mallorquina es tan complicado como ir a la Luna. Aun sabiendo de antemano que te codearás con turistas y locales, vale la pena ir. Los motivos son bastante obvios: es uno de los rincones más vírgenes y mejor conservados de la isla, tiene una extensión de 3 kilómetros, no tiene edificios cerca y el agua es transparente y la arena finísima. Además, fue declarado Parque Natural Marítimo-Terrestre. Si quieres, puedes dejarte el bañador en el maletero de la moto, pues sobre su talud el nudismo es habitual. 

Si buscas hoteles por la zona, cualquier de estos hoteles en Mallorca te procurarán unas vacaciones de escándalo.

Recorrer Formentera en moto es una auténtica delicia. Pequeña y accesible, la isla es un paraíso. Aunque pueda parecer mentira, si por algo nos gusta esta pequeña cala es porque rara vez se llena de gente, más allá de la temporada alta de verano, claro. Si quieres tener una de las vistas más sensacionales de la isla, y quieres despojarte del bañador, este es tu sitio. Además, compartirás espacio con los escars, embarcaderos típicos para barcas pequeñas.

Esta playa es famosa no solo en la isla, sino en toda la región, y no podía faltar si hablamos de las mejores playas de Ibiza. Su nombre hace referencia al color del agua, aunque más que blanca, es transparente. Nudista y sin apenas pendiente -lo que hace que a 50 metros de la orilla tan solo haya dos metros de profundidad-, es una playa más bien pequeña, y al no estar masificada es perfecta para bucear y relajarse alejado de la Ibiza de las fiestas, las go-gó y los miles de turistas bañados con champán.

Llámala cielo. Llámala paraíso. O llámala Tahití. Hazlo de la manera que quieras, pero tenla muy presente en tu recorrido. Su kilómetro de arena blanca la aupó en el pasado a la séptima posición del ránking de las mejores playas del mundo de los Traveler’s Choice Awards de Tripadvisor, pero es que además de ello su agua es del más azul de los azules.

No olvides el protector solar y date el gusto de comer en el restaurante Es Ministre, donde degustar el pescado local más fresco.

En verano, los tambores de Benirrás suenan para despedir el día. Percusionistas, amantes de escenas idílicas y románticas como un atardecer se reúnen en esta cala de arena gruesa y 150 metros de longitud situada al norte de la isla. Se encuentra a poco más de 20 minutos del Barceló Portinatx, un hotel cuatro estrellas, solo para adultos, recién renovado, con un ambiente exclusivo y con la mitad de las suites con vistas al mar.

La cala, con un chiringuito, destaca, además, por tener en mitad de la bahía un islote puntiagudo de 27 metros de altura llamado Cap Bernat. Está bien señalizado, por lo que si quieres terminar allí el día, no te será demasiado complicado llegar. Aparca y disfruta.

Es una de las más frecuentadas, y tiene lógica. Con más servicios que la mayoría a pesar de su aspecto un tanto salvaje, está cerca de San Antonio y presume de ser una de las favoritas de la isla. Tiene dos extensiones de arena, una protegida por las rocas y otra por dunas, además de una pequeña cala, un poco aleja de estas, donde estar más tranquilo y si se quiere, practicar nudismo.

Las vistas desde la orilla son espectaculares y es habitual ver veleros en la bahía. Y tanto a los que están en la arena como a bordo les encanta ver, desde allí, el atardecer. Alójate en el Occidental Ibiza, a solo 6 kilómetros de la cala, para estar más cerca del paraíso. Si quieres encontrar el equilibrio perfecto entre relax y ocio, allí podrás hacer uso de su zona deportiva.