Playa en invierno: Cambia la nieve por arena

Andalucía es uno de esos destinos de playa a los que escaparse en invierno. La razón: sus oasis de tranquilidad, lejos de la masificación veraniega y un clima templado durante los meses más fríos del año. Entre los muchos destinos en los que pasar un invierno en la playa typical Andalusian nos decantamos por dos; Málaga y Almería.

Empezamos con un viaje a Málaga, un destino que puede vivirse o en plena playa o en la moderna capital con salida al mar. En la capital, además de una visita obligada a sus museos de arte contemporáneo como el Thyssen o el de Picasso, la ciudad se abre al mar y playas como la de la Malagueta hacen las delicias de los viajeros que quieran disfrutar de un invierno a 20 grados. Otras playas bonitas de Andalucía que alberga Málaga son las de Burriana en Nerja o la de Playa Real de Zaragoza, en Marbella. Playas paradisíacas que en invierno se disfrutan mucho más.

El último rincón a visitar en invierno en Andalucía es Cabo de Gata. Almería está cada vez más de moda, y es por eso que visitarla y enamorarse en invierno de ella será una gran decisión. Los turistas han vuelto a la rutina, pero tú disfrutarás de unos días en la tranquilidad más absoluta con el único sonido que el de las olas rompiendo. La costa almeriense, y en concreto el Parque Natural Cabo de Gata es uno de los mejores rincones para disfrutar de las playas más bonitas de Andalucía. Puestas de sol, oleaje suave y fondos marinos llenos de vida te dan la bienvenida en el invierno en la playa almeriense.

Que se encuentren a miles de kilómetros del frío continente europeo hacen de las Islas Canarias una suerte de paraíso en mitad del invierno. Playas vacías y temperaturas suaves durante todo el año harán las delicias de quienes prefieren cambiar las botas por chancletas. La respuesta está en dos islas que en invierno son todo un lujo visitarlas; Lanzarote y Fuerteventura.

La primera, Lanzarote, es una pequeña isla, perfecta para recorrer en coche, y en la que cada pocos kilómetros aparece un pueblo o un paisaje en el que pararse a hacer una foto. La isla entera está reinada por las obras del artista César Manrique, la perfecta unión entre arte y naturaleza. Pero si hay algo que destaca en la isla de Lanzarote son sus playas. Canarias en invierno significan vivir un verano duradero en entornos salvajes como los de la Caleta de Famara o La Graciosa.

Fuerteventura está hecha para visitarla también en invierno. Esta isla, declarada Reserva de la Biosfera, es el destino perfecto para descansar en la playa o mantenerse activo con deportes como el windsurf. Una zona es la joya de la corona y de donde salen las mejores playas de Fuerteventura. Hablamos del Parque Natural de las Dunas de Corralejo, un parque protegido lleno de dunas y playas vírgenes a las que ir si se quiere alejar del mundanal ruido. ¿Nuestras favoritas? La del Moro, perfecta para surferos y la Playa del Pozo, desde donde observar la vecina Isla de Lobos.

¿Y si no hiciera falta recorrer miles de kilómetros para vivir un paraíso asiático? En plena Costa Blanca se encuentra un oasis zen de lujo, que hará las delicias de los viajeros que aman el lujo por encima de todo. En este caso, el destino tiene mucho que ver con un gran hotel, el Asia Gardens Hotel & Thai Spa, muy cerca de Altea.

Los conocimientos de la relajación tailandesa e indonesia se trasladan hasta Alicante en un paraíso terrenal dedicado al culto del cuerpo y la mente. Habitaciones decoradas al estilo balinés, y un recinto de piscinas que sobresalen por encima de las europeos o mediterráneas. Estas piscinas están fabricadas con cerámicas traídas desde Asia, granitos, basaltos y pizarras, todo para trasladar al huésped a miles de kilómetros. Por último, terminar el día con un paseo por sus jardines de estilo asiático, completarán la experiencia. El perfecto “auto-regalo” para desconectar de la rutina.

Todavía más abajo que las Islas Canarias, encontramos este archipiélago de quince islas en los que la naturaleza y las playas de escándalo son el pan de cada día. Cabo Verde es uno de esos destinos que pocos viajeros conocen, pero quienes lo visitan, necesitan volver de nuevo. Y en invierno, con su afortunado clima, son una apuesta ganadora.

Demasiadas islas por descubrir, y todas con su toque especial. Una de las primeras que visitar es sin duda São Vicente, en cuya capital, Mindelo, se encuentra el 90% de la población de la isla, debido a que su interior desértico es poco habitable. Una ciudad llena de vida y perfecta para conocer la cultura caboverdiana. Seguimos con su vecina, la isla de Santo Antão, la más verde de todo el país, y perfecta para realizar senderismo y sorprenderse con sus acantilados.

Si se quiere dar envidia tumbado en una playa paradisíaca, la isla de Boavista tiene las mejores playas de Cabo Verde, como la de Santa Mónica, que nada tiene que envidiar a las del Caribe. Esta isla además alberga numerosas zonas de anidación de tortugas.

En Cabo Verde el invierno no existe, así que, ¿por qué no pasarlo en sus playas?

Otro destino suave al que escapar en pleno invierno. Túnez es uno de esos países en los que entrar en contraste con una de las culturas más ricas del mundo. Entre mezquitas, especias y zocos, en Túnez se encuentra también una gran zona de playas en las que olvidarse de las alarmas.

Menos conocida que su capital, Túnez, se encuentra Susa, conocida como la Perla del Sahel. Esta región tunecina es una de las más antiguas y sus locales, dedicados a la agricultura y al olivo en concreto, le dotan de un encanto único. Pero si hay algo en lo que destaca Susa, esas son sus playas. Ubicada en el Golfo de Hammamet, la arena fina y el oleaje suave le hace el destino perfecto para unas vacaciones de invierno.

Además de las playas de ensueño, en Susa se puede pasear por la medina, visitar la gran mezquita o perderse por sus zocos. Telas, especias y artesanía acabarán en la maleta.