Por qué viajar nos hace felices
Está demostrado que viajar nos hace felices, algo que cualquier buen viajero sabe y que también certifica la ciencia. Te contamos por qué.
Si cerramos los ojos y nos planteamos qué cosas nos hacen felices es bastante probable que muchas se repitan para la gran mayoría de las personas. Las relaciones con parejas, amigos o familiares seguramente estén en la parte más alta de la lista junto con los hobbies, algunos afortunados podrán contabilizar su trabajo y es altamente posible que muchos pongan viajar en un lugar privilegiado. Y es que está demostrado que viajar nos hace felices, algo que cualquier buen viajero sabe y que también certifica la ciencia. Un estudio de la universidad de Washington le pone hasta cifra: un 7%. Según los datos obtenidos en este estudio, viajar afecta a la forma en la que medimos nuestra calidad de vida: quienes viajaban de manera habitual al menos a más de 120 kilómetros de su casa se sentían un 7% más felices que aquellos que no viajaban nunca o que lo hacían con poca asiduidad.
Este no es el único estudio relacionado con los efectos positivos de viajar y es que el hecho de viajar se entiende como una forma de conocer nuevas culturas, descubrir paisajes y lugares alucinantes pero también es una forma de profundizar en nosotros mismos, visualizar aspectos de nuestra vida y en definitiva conocernos más. Como decía el filósofo Alain de Botton: “Sería más sensato que los agentes de viajes nos preguntaran qué esperamos cambiar de nuestras vidas y no simplemente a dónde queremos ir”.
La Agencia Americana de Psicología llegó a la conclusión de que los hombres que viajaban más eran menos propensos a sufrir un ataque al corazón y que todas esas escapadas y viajes repentinos que nos encanta hacer, en definitiva, nos ayudan a manejar el estrés y hacer frente de mejor manera las emociones negativas.
Beneficios de viajar; antes, durante y después
Fue la Universidad Oberta de Catalunya quien realizó un estudio sobre los beneficios que provocaba no solo el viajar, sino hacerlo en solitario. Finalmente localizaron 11 beneficios entre los que se encontraban:
- Aumentar nuestra seguridad y autoestima
- Mejorar nuestra toma de decisiones ya que no podemos evitarla de ninguna manera, todo depende única y exclusivamente de nosotros
- Aumento de nuestro bienestar global
- Creación de nuevas conexiones neuronales debido a la estimulación que provocamos a nuestro cerebro al someterlo a situaciones nuevas
- Aprender a estar con uno mismo
- Vivir nuevas experiencias
- Aprender a buscar recursos ante problemas o situaciones inesperadas- Hacer frente a miedos e inseguridades
- Potenciación de diferentes áreas cognitivas como la orientación espacial, la capacidad de organización, de atención, concentración y memoria, potenciación de las habilidades sociales, etc.
- Ruptura de prejuicios y falsos mitos
Pero es que por si esto fuera poco, una investigación de la universidad de San Francisco demostró que no solo viajar nos hace felices sino que los beneficios empiezan con la misma preparación del viaje. Organizar qué visitaremos, donde comeremos, cuáles son las mejores fechas y quien es la mejor compañía para ese viaje en concreto, o quizás para todos. Se trata de un proceso de visualización que nos adentra ya en el camino de la felicidad. Y además del antes también nos produce beneficios el después, el propio recuerdo del viaje hace que recuperemos la emoción que hemos experimentado.
Los viajes después de la pandemia
Son muchos los que se preguntan qué pasará cuando pase definitivamente la pandemia y se pueda viajar con normalidad, como antes de que llegase el coronavirus a trastocarlo todo. Para Nicholas Christakis, médico, sociólogo y profesor de la universidad de Yale cuando llegue ese momento comenzará una especie de versión de los felices años 20 en los que la gente buscará resarcirse de las restricciones que existen en la actualidad. Habrá más interacción social, saldremos más, gastaremos más y, como no, viajaremos más.
No en vano, una de las tendencias que se aprecian para los viajes que lleguen tras el coronavirus es que se produzca un incremento de esos destinos de una vez en la vida, los viajes que siempre hemos soñado a destinos como Sri Lanka, Bali, Maldivas, Punta Cana, Riviera Maya u otros destinos paradisíacos que siempre hemos tenido en nuestra lista de deseos y que íbamos dejando para más adelante. Aunque la felicidad puede estar en algo más simple y cercano como una enorme playa en Cádiz, un espectacular paisaje pirenaico en Huesca o el azul casi imposible del mar en Ibiza.
Ahora, tras lo experimentado con la pandemia, son muchas las personas que no quieren postergar sus sueños viajeros y ya han empezado a planear el próximo viaje para llevarlo a cabo en el momento en el que esté permitido. Y como ya hemos visto, esa misma planificación ya produce felicidad así que ¿qué mejor que ponernos manos a la obra y comenzar ya a organizar nuestro próximo viaje?