Qué hacer en Maldivas: rumbo al paraíso

Otra de las virtudes de las Islas Maldivas es su clima tropical moderado, gracias a la presencia del océano Índico, propiciando una temperatura casi constante a lo largo del año. El clima aquí está determinado por el sistema de monzones, típico de ciertas regiones tropicales y ecuatoriales. Existen dos períodos importantes: la estación del monzón "seco" de invierno (iruvai) que sopla del noreste desde noviembre hasta marzo, que es la época más fresca; y la estación del monzón húmedo de verano (hulhangu) que sopla del sudoeste desde mayo hasta noviembre. Dicho esto, ¿cuándo es la mejor época para viajar a Maldivas? Lo mejor será hacerlo entre diciembre y febrero, cuando las condiciones meteorológicas son más benignas y las aguas poseen su máxima claridad. 

Si con todo esto aún no te has decidido por Maldivas, debes saber que este destino está a la cabeza en materia de lujo sostenible, donde tanto las instituciones como los gobiernos y empresas del sector privado trabajan por ofrecer un turismo de calidad respetuoso con el ecosistema. Sigue leyendo si quieres conocer las mejores cosas que hacer en Maldivas si tienes en mente poner rumbo próximamente al paraíso.

Las Maldivas son conocidas por sus espectaculares arrecifes de coral y una vida marina difícil de encontrar en otras zonas del mundo. Tanto si eres un buceador experimentado, como si prefieres el esnórquel o probar con un primer bautizo, podrás explorar los coloridos arrecifes y nadar con peces tropicales, tortugas marinas y, en ocasiones, incluso mantarrayas y tiburones ballena. Según los más avezados, los mejores atolones para bucear en maldivas son Ari, Addu, North Male', Gaafu, Thaa, Baa, Fuvahmulah, Lhaviyani, Haa Alifu y Haa Dhaalu atoll.

Esta actividad, también conocida por estos lares como "safari de islas", ofrece una divertida y relajante forma de conocer las Maldivas, durante un paseo en un barco tradicional llamado "dhoni". Es la mejor manera de visitar islas deshabitadas y disfrutar de unas vistas de infarto desde el mar. Hay algunos que aprovechan para hacer picnics en islas completamente solitarias. Muchas de estas excursiones ofrecen también a los visitantes la oportunidad de avistar delfines en su hábitat natural y contemplarlos saltando y jugando en las aguas del océano Índico. Sin duda, una de las grandes cosas que hacer en Maldivas.

Las aguas cristalinas y cálidas del archipiélago ofrecen el escenario perfecto para una variedad de emocionantes deportes acuáticos. Las Maldivas son un paraíso para los surfistas, con una amplia variedad de olas aptas para todos los niveles. Los mejores spots de surf incluyen Pasta Point en el atolón de Male, Chickens en el atolón de Lhaviyani y Jailbreaks en el atolón de Kaafu. Si preferimos practicar windsurf y kitesurf, las playas de Maldivas son también perfectas para estos deportes, gracias a sus vientos constantes y aguas tranquilas, siendo las más recomendadas las situadas alrededor de los atolones de Male y Lhaviyani. Otros deportes que podrás practicar aquí son el esquí acuático y wakeboard, actividades ofrecidas por muchos de los resorts del país, sobre todo en atolones como Male y Baa. Por último, quienes prefieran la tranquilidad del kayak o el paddleboard y explorar las tranquilas lagunas y canales de las Maldivas, encontrarán numerosas empresas que ofrecen el material y los consejos necesarios para su práctica.

Una de las actividades que más pueden conectar al viajero con la cultura local de las Islas Maldivas es practicar la pesca nocturna tradicional en un dhoni –velero con motor o vela- iluminado. Una experiencia única que te permite pescar bajo las estrellas y quizás atrapar algunas especies locales como el pargo o el atún, pero sobre todo, entender de primera mano la importancia de esta técnica en el país, principal sustento de sus comunidades. Lo común es que, al terminar la excursión, los participantes hacen una barbacoa para degustar las presas conseguidas. ¿Se te ocurre mejor plan de cena que hacer en Maldivas?

Uno de los grandes atractivos en Maldivas para aquellos que desean experimentar emociones fuertes es la posibilidad de nadar con tiburones ballena. Se trata del pez más grande existente, y en el atolón de Ari del Sur –también conocido como Alif Alif– es uno de los pocos lugares del mundo donde es posible observarlos en su hábitat natural ¡e interactuar con ellos!, concretamente en la South Ari Marine Protected Area (SAMPA).

El tiburón ballena mide hasta unos 12 metros de longitud (puede llegar a 18) y se cree que vive en la Tierra desde hace más de 60 millones de años. A pesar de su imponente aspecto, es un animal totalmente inofensivo, y solo se alimenta de algas y plancton, por lo que la experiencia no entraña ningún peligro para los participantes. Muy cerca de SAMPA se encuentra Barceló Whale Lagoon Maldives, un exclusivo resort de 5 estrellas en el que vivir una experiencia inolvidable rodeado de los mejores planes de aventuras y diversión.

¿Te atreverías nadar entre estos gigantes seres marinos?

Malé, la bulliciosa capital de las Maldivas, es mucho más que un simple punto de entrada al paraíso tropical del archipiélago. Aunque compacta en tamaño, esta modesta ciudad ofrece al visitante varios atractivos que hacen que visitarla sea una de las cosas que hacer en Maldivas si queremos conocer cómo se desarrolla la vida urbana en este país.

Uno de sus puntos destacados es el Palacio Presidencial, la residencia oficial del presidente de las Maldivas que combina elementos de la arquitectura colonial británica con toques tradicionales maldivos. Otra de sus atracciones turísticas es el Museo Nacional de las Maldivas, ofrece una ventana al pasado de las islas a través de una impresionante colección de artefactos históricos y reliquias culturales. Como la capital no es muy grande, se puede recorrer perfectamente en menos de dos horas, tiempo en el que podremos hacernos una idea de la vida aquí. La zona más frecuentada por los turistas es la del embarcadero, por lo que si quieres hacerte con algún recuerdo de tu viaje, este es el sitio.

En Malé hay dos mezquitas que no pasan desapercibidas a ojos de los visitantes. Por un lado, la mezquita del Viernes de Malé o Malé Hukuru Miskiy, también conocida como la antigua mezquita del Viernes. Es una de las mezquitas más antiguas y ornamentadas de la ciudad. Fue construida en 1658, durante el reinado de Ibrahim Iskandar I, sobre una mezquita anterior construida en 1153 por el primer sultán musulmán de Maldivas, Mohamed Bin Abdullah, tras su conversión al Islam. De su arquitectura destaca su gran cúpula dorada que corresponde al Centro Islámico, y que puede contemplarse desde distintos puntos de la ciudad.

La Mezquita Kalhu Vakaru Miski, en el Parque del Sultán, es otra visita obligada de Malé, siendo una de las mezquitas más antiguas del país. Fue construida por el sultán Shamsudeen II en el siglo XVIII y está construida con piedras de coral y trabajos de madera lacada. Como curiosidad, cada una de las piezas de la mezquita están diseñadas de tal manera que encajan a modo de un rompecabezas. No hay duda de que visitar ambas mezquitas es una de las mejores actividades que hacer en Maldivas si visitas su capital.

No podemos despedirnos de Malé sin conocer sus mercados, y conocer de primera mano la rica cultura gastronómica del país y sus productos más típicos. Uno de los lugares más peculiares que ver es la lonja de pescado; un animado mercado con un ambiente 100% local, y donde podemos ver el género que se ha pescado ese día. 

Una vez hemos visto el producto exhibido en los stands es hora de ponernos en marcha y dirigirnos a alguno de los restaurantes de la ciudad para probar los platos típicos de las islas. Los platos más famosos de la cocina maldiva son las gulha (albóndigas de pescado y coco); bajiya (un tipo de samosa frita); kulhiborkinaa (tortas de pescado); thelulikavabuu (especie de croquetas de pescado) y la popular ensalada mashuni. Y si te gusta el curry, Maldivas es tu sitio.

Al norte del archipiélago se encuentran las playas de la isla Vaadhoo. Aquí tiene lugar un fenómeno natural asombroso y mágico que atrae a visitantes de todo el mundo: el mar se ilumina de forma natural. La bioluminiscencia es la capacidad para producir luz propia que poseen ciertos organismos vivos, como plancton y microorganismos marinos. En el caso de Vaadhoo, el fenómeno se debe a la presencia de fitoplancton bioluminiscente en las aguas que rodean la isla.

Cuando el fitoplancton es perturbado, ya sea por el movimiento del agua o por el paso de un objeto a través de ella, emite una luz azul brillante. Este efecto crea un espectáculo deslumbrante en la playa, donde las olas brillan con una luz azul durante la noche, creando una vista surrealista que parece sacada de un cuento de hadas. Hay que tener en cuenta que la bioluminiscencia en la isla Vaadhoo es más prominente durante ciertas épocas del año, especialmente durante la temporada de lluvias y cuando hay poca contaminación lumínica.