Qué ver en Playa Blanca: un destino todoterreno donde escapar del frío

En la isla de Lanzarote encontramos un rincón que promete unas idílicas vacaciones: playas de ensueño, un clima único, pozas cristalinas, experiencias con sabor local y hasta un museo en el fondo del mar. Ponemos rumbo a Playa Blanca 

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Índice de contenidos
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Imagina despertarte cada día con el suave murmullo de las olas del mar, los rayos de sol entrando por la ventana de tu habitación y, fuera, un destino con mil y una opciones que prometen un día repleto de experiencias y aventuras. Bienvenido a Playa Blanca, en Lanzarote; un rincón paradisíaco de esta isla canaria donde lo genuino y el lujo se entremezclan con la naturaleza más pura, dando lugar a un destino 360 en el que relajarse, explorar y disfrutar de un turismo consciente y responsable. Este municipio es también una de las mejores bases desde la que conocer todos los encantos que ofrece este edén canario.

Durante los meses de invierno, Playa Blanca presume de un clima más propio de la época estival, con una temperatura que oscila los 25 grados

El tiempo en Playa Blanca convierte a esta localidad en una alternativa recomendada especialmente para aquellos que quieren dejar atrás el frío de los meses de otoño e invierno y volver por unos días al calor del verano. Y es que en esta época del año, esta localidad presume de un clima más propio de la época estival peninsular, con una temperatura que oscila los 25 grados. ¿Qué más se le puede pedir a un destino?  

Si quieres saber qué ver y qué hacer en Playa Blanca y sus alrededores en tu próxima escapada a este edén canario, sigue leyendo.

1. Despierta tus sentidos en las playas de Papagayo

Empezamos el día con un plan infalible: dándonos un chapuzón en las cristalinas y limpias aguas de la Punta de Papagayo. Este enclave natural se encuentra a pocos kilómetros de la localidad de Playa Blanca y es considerado uno de los tesoros mejor guardados de Lanzarote. En esta punta encontramos la popular Playa de Papagayo, una cala de 120 metros y 50 de ancho entre acantilados, además de otras como Playa Mujeres, Puerto Muelas y Caleta del Congrio. Aunque si no quieres alejarte mucho del municipio, puedes ir a alguna de las playas de Playa Blanca, también de gran belleza, como Playa Flamingo, Playa Dorada y Playa Blanca.

Para no liarte con tanto nombre parecido, te conviene saber que el nombre de papagayo se refiere tanto al tramo de costa, como a la punta y a la famosa cala. Si te decides por venir a estas playas, aprovecha para contemplar en el trayecto Los Ajaches, una formación volcánica que se extiende desde la Punta de Papagayo (extremo sur de Lanzarote) hasta las inmediaciones de Playa Quemada (en el centro oriental de la isla). 

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La famosa Playa de Papagayo

2. Un plan de lujo en Marina Rubicón

Tras una mañana de sol y mar, dirígete a Marina Rubicón, un puerto deportivo de ensueño donde lujo y tradición se dan la mano. La fama de este rincón de Playa Blanca tiene fácil justificación. Y es que, si eres de los que aman la moda, las tendencias y el buen gusto, este es sin duda uno de los sitios de visita obligada en esta parte de la isla. Aquí podrás desde darte un paseo por sus elegantes calles y hacer shopping en su amplia variedad de boutiques hasta relajarte en uno de sus restaurantes con vistas a los yates anclados en el puerto y disfrutar de la mejor cocina local.

Una buena idea es acudir a Marina Rubicón en miércoles o sábado de 9h a 14h, cuando se celebra el mercado semanal y el muelle luce repleto de coloridos puestos de bisutería artesanal, productos ecológicos y tratamientos naturales.

Un dato que gustará a los viajeros más comprometidos, cabe recordar que Marina Rubicón es un ejemplo de construcción que respeta al máximo el impacto medioambiental, gracias a un diseño arquitectónico en consonancia con el de aldea isleña, repleto de callejones, fuentes, puentes y jardines. Sin duda, uno de los mejores planes que hacer en Playa Blanca si buscas combinar la autenticidad del destino con su lado más exclusivo.

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El muelle de Marina Rubicón

3. Explora la vida submarina de la isla en el Museo Atlántico

Situado en Playa Blanca, el Museo Atlántico de Lanzarote es uno de los tres museos submarinos que hay en el mundo, y el único en Europa. Este curioso lugar, que presenta esculturas sumergidas a 14 metros creando un paisaje surrealista bajo el mar, nació en 2016 como forma de crítica social al capitalismo atroz que avanza en detrimento de la naturaleza, creando un arrecife artificial que atrajese vida marina a la zona.

Su autor es el escultor Jason de Caires Taylor, y a través de esta obra crea un diálogo visual entre arte y naturaleza. Tras la colocación de las primeras estatuas, este singular museo ha ido acogiendo multitud de especies, como tiburones ángel o angelotes, bancos de barracudas, sardinas, pulpos, esponjas marinas o rayas, que puedes contemplar de cerca junto a las impresionantes esculturas a través de una experiencia de buceo apta para todos siempre y cuando hayamos realizado un bautismo con anterioridad (el mismo museo ofrece la posibilidad de hacerlo con ellos).

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Una escultura en el submarino Museo Atlántico 

4. Una experiencia de aventura en Timanfaya: el Parque Nacional de los Volcanes

Si viajas a Playa Blanca, deberás reservar unas horas para conocer el Timanfaya, el Parque Nacional de los Volcanes, y explorar un paisaje lunar de cráteres y coladas de lava que te transportará a otro mundo. Si tienes tiempo, te recomendamos hacer la ruta de los volcanes, un camino de 14 km que recorre las principales construcciones volcánicas del parque formados durante las erupciones que tuvieron lugar entre 1730 y 1736. A través de esta senda, nos toparemos con los hornitos más emblemáticos del Parque, el "Manto de la Virgen", observaremos tubos volcánicos, e incluso pasaremos a través de uno de ellos, hasta llegar a lo más alto de las Montañas del Fuego, donde admitirar los impresionantes cráteres de Timanfaya.

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Timanfaya: una experiencia natural para recordar

5. Siente la historia en el Castillo de las Coloradas, uno de los imprescindibles que ver en Playa Blanca

El Castillo de las Coloradas, también conocido como Castillo del Águila, es una pequeña fortaleza histórica que te transportará a la época de los piratas y corsarios. Las vistas panorámicas desde sus murallas ofrecen una perspectiva única del paisaje marino y la arquitectura defensiva que ha resistido el paso del tiempo. Forma parte del municipio de Yaiza y se trata de un ejemplo imprescindible para el estudio de la arquitectura militar del Archipiélago, de la que no quedan muchos vestigios en Canarias.

Data de 1741 y fue construido con piedra de cantería, cal y madera de tea con el fin de defender la zona de los ataques e invasiones piratas y ejercer control del tráfico naval en el estrecho de La Bocaina. Más tarde, en 1969, fue reedificado y aumentado, después de que fuera quemado por tropas argelinas. Hoy en día, el castillo permanece en perfecto estado de conservación y puede ser contemplado desde fuera.

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El Castillo de las Coloradas

6. Relájate en Los Charcones

Aunque no lo sepas, es muy probable que ya hayas visto imágenes de Los Charcones en Instagram, y es que estas son unas de las pozas más famosas de Lanzarote y también las más fotografiadas por viajeros de todo el mundo. Se trata de un conjunto de piscinas naturales en la costa suroeste de la isla, muy cerca de Playa Blanca, y que tienen como origen la erosión de las olas del mar sobre la lava volcánica solidificada. Encontramos pozas de diferentes tamaños y profundidades, aunque todas con aguas cristalinas. Un remanso de paz en un entorno único donde relajarse tras una intensa mañana de turismo. 

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Una poza en Los Charcones

7. Navega hacia la Isla de La Graciosa

Un buen plan para hacer en Playa Blanca es organizar una escapada en barco a la isla vecina de La Graciosa. Navegar por aguas cristalinas hasta este tranquilo paraíso es un must para conocer y entender mejor la geografía de la zona, y, por supuesto, para disfrutar de un día de playas vírgenes y paisajes de otro universo. El trayecto en ferri dura alrededor de dos horas y media, y existen varias compañías con diferentes horarios, por lo que no será difícil encontrar una opción que se ajuste a tu itinerario.

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Una playa de La Graciosa

8. Contempla la puesta de sol en Faro de Pechiguera

No hay nada para poner el broche final a tu día en Playa Blanca como sentarse a contemplar la puesta de sol en el Faro de Pechiguera. Situado en el extremo suroeste de la isla, este faro te ofrece una vista privilegiada del sol sumergiéndose en el horizonte atlántico, con los tonos cálidos del cielo pintando el paisaje. Uno de las mejores cosas que hacer en Playa Blanca durante una escapada romántica.

Este bonito faro fue creado como parte integrante del Plan de Alumbramiento de las Islas Canarias de 1856 y fue declarado Bien de Interés Cultural por el Gobierno de Canarias en 2002.

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Puesta de sol en Playa Blanca con el Faro de Pechiguera al fondo

9. Descubre la sabrosa gastronomía local

Hay algo que no podemos eludir en un viaje a cualquier isla canaria y es probar su rica y sabrosa gastronomía, conocida en casi el mundo entero. Entre los platos típicos en Playa Blanca y todo Lanzarote encontramos el caldo de pescado, cocinado con mero, sama, bocinegro o abade y cilantro; el famoso gofio, elaborado con harina tostada y molida de maíz, trigo o cebada; el sancocho, un guiso de pescado salado, papas y batatas; y el mojo picón rojo o verde, dos salsas muy similares aunque con diferente sabor e intensidad perfectas para compañar unas papas arrugás, pescados o verduras.

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¿Unas papas con mojo?

10. Alojarse en el mejor hotel de Playa Blanca

Viajar a un destino como este merece alojarse en un lugar a la altura. El hotel Barceló Playa Blanca es único por muchos motivos. Situado frente a un brazo de mar que separa la isla de Lanzarote de Fuerteventura, permite ver la isla claramente en días despejados y con una impresionante sensación de cercanía. Su arquitectura y decoración están inspiradas en las formas, colores y texturas que se encuentran de la isla de Lanzarote, por lo que sentirás que estás en el destino en todo momento. A tan solo 100 metros de Playa Dorada, una playa de ensueño con aguas turquesas y junto al puerto deportivo Marina Rubicón, es uno de los mejores hoteles en Playa Blanca para disfrutar de unos días de Lanzarote.

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Habitación del hotel Barceló Playa Blanca 


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