Escapada a Dresde, la ciudad europea de las bellas artes

El centro histórico de Dresde es muy pequeño, lo que te permitirá recorrerlo en pocas horas. Aunque gran parte de la ciudad ha sido reconstruida, pasear entre sus edificios barrocos te hará sentir que, de repente, estás en otra época. Desde la emblemática Frauenkirche, que es un símbolo de la ciudad, hasta sus museos, monumentos y rincones románticos, todos merecen la pena que los visites. Pero, si no sabes por dónde empezar, estos son 9 lugares que te recomendamos. ¡No te los pierdas!

Esta iglesia luterana de estilo barroco destaca por su imponente arquitectura, lo que la convierte en un icono del paisaje urbano de Dresde. Se encuentra en la bonita plaza de Neumarkt, rodeada de edificios coloridos y muy decorados, además de terrazas de restaurantes con muy buen ambiente en las que te recomendamos que te tomes algo. Después de la guerra, esta iglesia quedó totalmente destrozada y su reconstrucción duró décadas, completándose en 2005. Puedes visitarla de forma gratuita y subir hasta la torre para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.

Theaterplatz es una de las plazas más destacadas de Dresde porque aquí descubrirás edificios históricos imperdibles. Por un lado, está el teatro Ópera Semper, una joya arquitectónica según el estilo del Renacimiento y uno de los teatros más importantes de Europa, donde Wagner y Strauss estrenaron algunas de sus mejores óperas. Al otro lado, se encuentra la Catedral de la Santísima Trinidad, la más grande de Sajonia, que llama la atención por su fachada de estilo barroco y su esbelta torre esculpida. En su interior, guarda los restos de miembros de la familia real sajona, incluido el corazón de Augusto el Fuerte.

Si caminas desde la catedral, llegarás al Desfile de los Príncipes (Fürstenzug), un mural de porcelana que recorre toda una pared del antiguo Palacio Real a lo largo de 102 metros. Está elaborado con más de 23.000 azulejos de porcelana de Meissen, en los que se representan a los monarcas sajones a lo largo de los siglos. Vale la pena verlo, ya que es una obra maestra del arte cerámico.

A pocos minutos del paseo de la Theaterplatz te encontrarás con el Palacio Real de Dresde, con una arquitectura de estilo renacentista. En su interior, entre las diferentes cámaras que guardan los más preciados tesoros de la monarquía sajona, destaca la Grünes Gewölbe, también llamadas Bóveda Verde, una de las mayores colecciones de joyas de Europa. Otros lugares interesantes del interior del palacio que te recomendamos ver son el Salón de Bronce y el patio interior. No te decepcionarán.

El Zwinger es un espléndido edificio barroco que inicialmente fue construido como invernáculo de naranjos y después fue utilizado por Augusto el Fuerte para sus banquetes y fiestas aristocráticas. Hoy en su interior se custodian colecciones muy diversas en las que podrás explorar desde el arte hasta las ciencias: el museo de zoología, la colección de cerámica, la armería y la pinacoteca de pintura clásica, la Galería de Pinturas de los Maestros Antiguos, con obras de Velázquez, Rubens, Tiziano y Caravaggio, entre otros.

Los jardines del Zwinger, rodeados de fuentes y esculturas, son perfectos para pasear y disfrutar del aire libre mientras te sumerges en la elegancia barroca de la arquitectura alrededor. Este lugar es, sin duda, uno de los más importantes testimonios de la gran riqueza cultural de Dresde y de su dedicación al arte.

La Terraza de Brühl, conocida como el “Balcón de Europa", te ofrece una vista panorámica del río Elba y de los edificios históricos de Dresde. Se trata de un paseo ideal para que te relajes entre estatuas y jardines, mientras disfrutas de las vistas espectaculares del Puente de Augusto y de la orilla opuesta del río. Si buscas un plan tranquilo, sin duda, este es uno de nuestros preferidos. No te lo vayas a perder.

El Kunsthofpassage es una galería de arte que está al aire libre, formada por un conjunto de patios interiores donde las fachadas de los edificios están decoradas con murales y esculturas. Se encuentra en uno de los barrios más animados de Dresde, entre las calles Alaunstrasse y Görliztzer Strasse, y se ha convertido en todo un icono de la cultura alternativa de la ciudad. El efecto es una combinación interesante entre arte contemporáneo y la arquitectura tradicional de los edificios. Los patios están divididos en diferentes temas, uno de los más famosos es “el patio de los elementos", donde una instalación crea música con el sonido del agua al caer, muy relajante.

Esta lechería tiene su origen en el siglo XIX y se ha hecho famosa por su decoración de azulejos pintados a mano. En esta tienda, además de admirar su decoración, podrás probar quesos y productos lácteos artesanales, que, entre tanta cultura, una parada para reponer fuerzas y degustar la gastronomía local siempre viene bien. Podrás llevarte un chocolate o alguna pasta por si te entra hambre mientras sigues descubriendo Dresde.

Yenidze es una antigua fábrica de tabaco que se diferencia por su diseño arquitectónico inspirado en una mezquita, con una gran cúpula y detalles orientales. Hoy en día, el edificio alberga varias oficinas y un restaurante en el ático que, a pesar de las apariencias, tiene unos precios contenidos. Este edificio es una demostración de la diversidad arquitectónica de Dresde y su apertura a influencias multiculturales.

El Grosser Garten es el parque más grande de Dresde y un oasis de tranquilidad en medio de la ciudad, que incluye en su interior los jardines zoológico y botánico. En este espacio verde podrás disfrutar de un buen paseo al aire libre, andando o en bicicleta, incluso improvisar un picnic, si el clima te lo permite. En el corazón del parque se alza el Palacio de Verano, un edificio barroco que aporta un toque de interés histórico y artístico al bonito entorno natural. Para completar la experiencia, puedes alquilar uno de los pequeños botes disponibles en el lago de Carola, el estanque más grande del parque.

Si has llegado hasta aquí, estamos seguros de que ya no te cabe duda de que Dresde es una ciudad sorprendente y llena de tesoros por descubrir. Especialmente si te apasiona el arte, hay tanto que ver en Dresde que querrás alargar tu estancia. Pero, la verdad es que es una ciudad pequeñita y por su cercanía a Berlín, Hamburgo o Praga puedes crear fácilmente una ruta a medida, incluso si estás de viaje en estas dos capitales. ¡Buen viaje!