Liubliana: la capital verde para los amantes del 'slow travel'

Conocer otro país o una nueva ciudad significa desgranar con calma cada una de sus peculiaridades; y las tradiciones, la gastronomía y los paisajes de Eslovenia no son para menos. Por esta razón, te proponemos ocho rincones cerca de su capital, Liubliana, para que disfrutes del turismo sostenible. 

Uno de los lugares que ver en Eslovenia y que no puedes pasar por alto es el Lago Bled, que es de los más fotografiados del país. Situado en los Alpes julianos, este lago glaciar destaca por encontrarse en un entorno de lo más pintoresco, rodeado de montañas y de bosques. En el centro, la Isla de Bled acoge una iglesia del siglo XV a la que se puede acceder después de subir, nada más y nada menos, que 99 peldaños.

Además, este destino cuenta con playas habilitadas para refrescarse durante el verano y actividades como kayak. Incluso, existe la opción de alquilar barquitas. Pero, si lo que quieres es deleitarte con las mejores vistas del lago, te recomendamos visitar el mirador Ojstrica. 

Las cuevas de Skocjan se consideran uno de los fenómenos subterráneos más importantes del planeta. Con millones de años a sus espaldas y seis kilómetros de profundidad, estas cuevas estuvieron habitadas durante la prehistoria, de modo que hoy en día son objeto de estudio y fascinación.

Declaradas Patrimonio de la Humanidad, las formaciones naturales de estas cuevas conforman uno de los mejores paisajes de Eslovenia. Además, si te alojas en Liubliana , llegar a ellas te llevará menos de una hora.

A 90 minutos de Liubliana se encuentra el valle de Vipava, un paisaje natural compuesto por hileras de vides y aldeas de terracota. Y es que esta zona destaca por su tradición vinícola, donde se ofrecen catas de vino de lo más singulares. En estas fincas familiares olvídate de las degustaciones como estamos acostumbrados. En su lugar, serán los propios viticultores quienes te reciban para mostrarte su bodega y ofrecerte una cata inolvidable. No dejes pasar esta oportunidad, porque las variedades del valle de Vipava, como la pinela o la klarnica, viven un momento de gran popularidad.

Degustar la gastronomía de Eslovenia es una excelente opción para profundizar en la cultura del país. Por eso, el Mercado Central de Liubliana, ubicado en el edificio de Plecnik, es un buen comienzo. En él no solo encontrarás puestos de fruta y verdura, sino también una amplia variedad de comida típica de Eslovenia para consumir en el momento.

Además, el Mercado Central te ofrece otro tipo de productos, como artesanías, flores y souvenirs. Eso sí, ten presente que cierra todos los domingos.

Uno de los motivos por los que se nombró a Liubliana como la Capital Verde Europea es su Tivoli Park. Un parque de cinco kilómetros cuadrados de superficie compuesto por un invernadero, una biblioteca al aire libre, hermosos jardines, una piscina y varias pistas deportivas. Además, aquí también está el Castillo Tivoli y la Mansión Cekin.

Aunque necesitarías horas para recorrer el Parque Tivoli, no hay mejor rincón en Eslovenia para conocer el día a día de la gente que vive en la ciudad. De hecho, si disfrutas de los espacios verdes y la observación de aves, no te puedes perder este destino. ¡Y disfruta de un pequeño paseo!

Liubliana, “la ciudad del dragón”, muestra su veneración hacia estas criaturas en cada esquina. Y es que no solo pueden encontrarse dragones en el escudo de la capital eslovena, sino también en las tapas de las alcantarillas y la escalera de la torre del castillo. Pero, si existe un enclave que destaque el poder de estas criaturas, ese es el Puente de los Dragones. Inspirado en el art nouveau, la construcción se inauguró en 1901 y aún, a día de hoy, está custodiada por cuatro dragones de gran tamaño y 20 figuras más pequeñas.

En el centro de la ciudad, a 367 metros de altura sobre una colina, se alza el castillo medieval de Liubliana. Desde el final de la Edad de Bronce y la de Hierro, la fortaleza ha sido habitada por distintas civilizaciones. Sin embargo, no fue hasta la Alta Edad Media, en el siglo XIV, que se construyó un castillo más grande, con torres y puentes levadizos.

Aunque existen zonas de pago, la entrada al recinto es gratuita y ofrece una panorámica preciosa de la ciudad. Así que podrás observar Liubliana en todo su esplendor.

Por supuesto, no puedes marcharte de Eslovenia sin recorrer las calles del pequeño y bonito casco histórico de Liubliana. Aunque te recomendamos caminar sin rumbo tal y como harías en un paseo por Madrid, existen tres puntos de Liubliana que debes visitar: Gornji Trg; Stari Trg y Mestni Trg, plaza donde se ubica el ayuntamiento y la fuente de Robba.

Además, si te alojas un hotel en la capital, no hay mejor plan para irse a dormir que caminar por la orilla del Ljubljanica o recorrer el río en barco. Podrás admirar los puentes de la ciudad y disfrutar de buenas dosis de tranquilidad.

Si deseas viajar a este destino y hacerlo sin prisas, estos planes pueden ser todo lo que necesitas para descubrir el país. Así que toma nota sobre qué ver en Eslovenia y sumérgete en el día a día de su capital.