Curated Itinerary: ruta por el sur de Menorca con @Mindfultravel

¡Ah! Y el desayuno buffet con productos de proximidad, es uno de los mejores desayunos que he probado nunca (¡la ensaimada rellena de chocolate estaba buenísima!).

Además, gracias a la ubicación del Barceló Nura, a menos de media hora podrás disfrutar de pueblos blancos como Binibeca, la preciosa ciudad de Mahón, la playa de Punta Prima, y algunas de las calas más bonitas y desconocidas de Menorca. ¡Una maravilla! 

A continuación, os dejo una lista con los mejores planes y lugares que no te puedes perder en el sur de la isla. Pueblos preciosos, una gastronomía local para chuparse los dedos, y calas y acantilados que te dejarán con la boca abierta. 

El pueblo de Binibeca, también conocido como Binibèquer Vell, es uno de los musts que debes visitar cuando vengas a Menorca. Este antiguo pueblo de pescadores, ¡es uno de los más bonitos de la isla! Para recorrerlo, lo mejor es perderse entre sus callejuelas estrechas con suelos empedrados y sus casitas completamente blancas con ventanas diminutas. ¡Hasta los tejados son blancos! Y todas las calles son muy fotogénicas.

Justo al final del pueblo puedes bañarte o simplemente relajarte en sus piscinas naturales. Y si te entra hambre, te recomiendo probar los molletes calientes de sobrasada y queso de Mahón de la Pastelería Gilda (¡y sus ensaimadas!). Eso sí, hay que visitar el pueblo en silencio para no molestar a sus vecinos, y el horario de visitas es de 11:00 a 20:00 horas. 

Una de las calas más bonitas del sur de Menorca es la de Binibeca. A través de un camino corto de arena se llega a una pequeña cala de arena blanca y aguas turquesas que te va a dejar con la boca abierta. Puedes pasar la mañana disfrutando del mar, y si te gusta explorar, recomiendo mucho llegar hasta el final de la cala, y por un camino de rocas, tendrás unas vistas alucinantes de los acantilados.

Cuando fui casi me lo pierdo, pero justo a la derecha del acantilado se encuentra el mejor mirador de todos: el Bufador de Binibèquer. Desde allí las vistas son insuperables y se ve una cueva preciosa donde sólo se puede entrar haciendo kayak. ¡Toda una aventura! 

Para mí, uno de los lugares más pintorescos y fotogénicos de Menorca es la calita de Biniancolla. Se encuentra entre Binibeca y Punta Prima, y es una auténtica joya. Se trata de una cala de rocas muy pequeña rodeada de casitas blancas, con aguas cristalinas y barquitos pesqueros. Suele haber muy poca gente y es perfecta para desconectar y hacer unas cuantas fotos. Además, ¡es el lugar ideal para practicar paddle surf!

Si caminas por las rocas, a la derecha, justo detrás de las casitas, encontrarás pequeños acantilados con unas vistas preciosas. 

Si hay algo que sí o sí hay que hacer en Menorca es ver caer el sol con un cóctel en la Cova d'en Xoroi. Este famoso bar menorquín se encuentra en una cueva natural dentro de un acantilado con unas vistas de ensueño. Nada más entrar ya podrás disfrutar del paisaje, de la música y de uno de los mejores lugares donde pasar una tarde divertida con amigos o en pareja.

Y si eres amante de los atardeceres como yo, espera a que caiga el sol, porque vas a alucinar con los colores y cómo se refleja en el mar. Sin duda, uno de los mejores atardeceres de Menorca. 

A tan solo 5 minutos en coche del hotel Barceló Nura se encuentra la playa de Punta Prima. Esta playa de arena blanca y pequeñas dunas es uno de los puntos más al sur de Menorca, y uno de los secretos mejor guardados de la isla. No solo porque la playa es preciosa, sino porque desde aquí se puede ver la isla del Aire, un islote protegido por su biodiversidad de gran nivel ecológico, y por ser hogar de especies endémicas. Además, su faro es hoy en día la torre levantada con piedra más alta de las Baleares. Si tienes suerte, ¡hasta podrás verla desde el avión cuando vayas a aterrizar!  

No hay nada mejor que alquilar un coche y recorrer las calitas del sur de Menorca. Esas calitas de difícil acceso con apenas gente, y que son la esencia de la isla. ¿Mis favoritas?

Cala de Alcaufar, muy poco conocida y con unos paisajes preciosos.

Roques de la Laia Pujol Priego, un rinconcito secreto que sorprende de verdad.

Caló Blanc, una pequeña cala de rocas con aguas turquesas.

Cala de Biniparratx, un auténtico paraíso al que se accede tras caminar 10 minutos por un pinar.

Y si te animas a seguir un poco más, muy cerca de la Cova d'en Xoroi se encuentran la preciosa playa Cales Coves y Cala en Porter. 

Una de las cosas que más me gusta de Menorca es su gastronomía. Cocas dulces y saladas, sobrasada, queso Mahón, caldereta de langosta, oliaigua, raya al horno, su preciado aceite de oliva, o la auténtica ensaimada menorquina. Para degustar el mejor producto de Menorca yo disfruté mucho de los platos del Llimona, uno de los restaurantes del Barceló Nura. Verduras de temporada como los espárragos trigueros, o uno de sus platos estrella, el arroz negro.

Otro de los imprescindibles de la isla es Mahón, la capital de Menorca. Una ciudad que puedes visitarla en una tarde y que es perfecta para pasear. Cuenta con miradores como el de la Plaça de la Miranda, desde donde podrás ver el puerto con sus barquitos. Tampoco puedes perderte el Portal de Sant Roc, la Iglesia de Santa María o el Mercat del Claustre, donde podrás comprar productos típicos de Menorca.

Y para terminar la visita, un paseo por el puerto y una merienda en Es Llonguet, para probar las mejores ensaimadas y pastissets de la ciudad. 

Tengo que confesar, que uno de los mejores atardeceres que viví en Menorca fue en la terraza B-Heaven de Barceló Nura, mientras disfrutaba de una pomada menorquina. La ginebra menorquina es la más antigua que se produce en España, y se usa en su típica pomada, acompañada de limonada casera o refresco de limón. Si a eso le unes un cielo rosa y morado, con el mar de fondo, ¿se puede pedir más?

Pasar unos días en Menorca es una experiencia que recomiendo al 100%. Es una isla relajada, tranquila y con muchas cosas que hacer. ¡Un auténtico paraíso!