Regalos para Reyes Magos: viajes como tu opción segura

Si el camino de los Reyes Magos comienza en Oriente es por algo. La cultura otomana y sus ciudades milenarias conservan un encanto genuino que no podrás encontrar en ningún otro rincón del planeta. Por eso, este país repleto de mezquitas impresionantes, algunos de los parajes naturales más asombrosos del mundo y tradiciones que te sumergirán en el relato de Las mil y una noches, es un destino para regalar con éxito asegurado.

Conocer las maravillas de Turquía es una increíble opción de regalos para Reyes Magos, pero recorrer el país requiere tiempo; desde la Capadocia y sus cielos cubiertos por globos aerostáticos con vistas privilegiadas, pasando por Pamukkale y sus restos arquitectónicos, hasta las ruinas romanas Patrimonio de la Humanidad de Efes. Pero ya sea una visita de una semana o de un mes, el imprescindible que no debe faltar en tu recorrido es Estambul. Esta ciudad, puente entre dos continentes, es uno de esos lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida, donde darse el gusto de regatear en el Gran Bazar o disfrutar de la puesta de sol en el Cuerno de Oro—la división fluvial entre Oriente y Occidente-.

Más allá de monumentos (muchos) y rincones con encanto (todos), la antigua Constantinopla es un lugar lleno de matices y contrastes que se aprecian mejor visitándola a pie. Es el caso de Santa Sofía,  la basílica convertida primero en mezquita y luego en museo, o su compañera, a un simple jardín de distancia, la Mezquita Azul, la única de la ciudad que posee seis minaretes. Aunque tampoco conviene perderse  la Mezquita de Suleiman -la más grande de Estambul y que acoge los mausoleos de Suleiman I el magnífico y su esposa—,  el Palacio Topkapi o la Torre Gálata. Entre el rumor de siglos pasados, Estambul acoge además una zona moderna con centro en la Plaza Taksim. Un destino sorprendente que encantará a cualquier apasionado de los viajes unconventional.

Pasear por Praga es como sumergirse en un cuento medieval que podría servir de escenario a cualquiera de las películas Disney de nuestra infancia. Si tienes entre tu lista de personas a las que hacer regalos para Reyes Magos, a alguien que eche de menos esa época, o simplemente a algún aficionado a los paisajes de fantasía, este es tu viaje. La Ciudad de los Mil Puentes, junto al río Moldava y custodiada por el Castillo de Praga, es justo de esos regalos originales que estabas buscando.

El centro neurálgico de la ciudad es la Plaza del Ayuntamiento, donde está uno de los emblemas de Praga junto con el puente Carlos: el reloj astronómico, construido en el siglo XV y que ofrece el espectáculo del desfile de los Doce Apóstoles cada vez que da la hora. Desde esta zona llena de encanto se llega fácilmente al afilado perfil de la iglesia de Týn y la sinagoga vieja, una de las más antiguas de Europa.

Otro imprescindible en Praga es su Castillo del siglo IX, la mayor fortaleza medieval del mundo, que puede visitarse subiendo el Camino Real hasta la colina a pie o cogiendo un tranvía. En su interior se encuentra la Catedral de San Vito, el callejón del Oro y de la Alquimia –donde vivió Franz Kafka durante varios años- y los Palacios Reales Nuevo y Viejo. Recorrer todo el recinto lleva varias horas y, sin duda, una de las mejores formas de terminar el recorrido antes de regresar al hotel es acercarse al parque Petrin y disfrutar de la visión de la ciudad a sus pies.

Los regalos para Reyes Magos caen en el hemisferio norte en la temporada de frío polar: abrigos que reducen la movilidad hasta límites imposibles y toda clase de accesorios para entrar en calor puede haber terminado con tu paciencia e incluso con tu espíritu navideño. Si es así, no te preocupes, la solución espera al otro lado del charco con una escapada en clave de Caribe.

México es uno de esos destinos predilectos cuando se trata de aprovechar el sol, la naturaleza salvaje y las playas de postal con los que esta tierra hospitalaria recibe a los viajeros de todo el mundo. Para los amantes del relax, los deportes acuáticos y los oasis turquesa que salpican el Caribe, las dos principales costas de México son una elección segura. La costa del Pacífico está dibujada por bahías que recorren desde Riviera Nayarit hasta el verano vitalicio de Cancún. En la península del Yucatán, la playa comparte protagonismo con las ruinas mayas accesibles desde los resorts de Riviera Maya y una de las barreras de coral más grande del mundo en la isla de Cozumel.

Más allá del mar, la magia de este destino se centra en participar de su colorida tradición, tan presente en fechas señaladas como en la vida cotidiana de ciudades llenas de historia. En la zona interior, las ciudades de Puebla, Querétaro y Cuernavaca permiten saborear esta tierra rebosante de vitalidad y encanto mientras se pasea por la historia de México y sus sorprendentes contrastes. Por eso regalar un viaje a México es regalar la ocasión de disfrutar de la cultura y el relax a partes iguales en una tierra alegre como pocas.

¿Qué regalar para Reyes? Cuando la escala de grises y blancos han ocupado tu día a día, transportarte a los turquesas y verdes de un país como Costa Rica es toda una liberación. De hecho, siguiendo la línea de regalos para frioleros y hastiados de la Navidad, la visita a los parques naturales costarricenses y sus playas de arena fina con una temperatura veraniega son el mejor remedio. Y es que a pesar de no ser un país demasiado extenso, su biodiversidad está entre las mayores del planeta: más de 500.000 especies tienen casa entre las playas y la naturaleza de Costa Rica.

En los valles del centro del país, muy próximos a la capital de San José, hay pueblos de encanto colonial surcados por ríos—como San Gerardo de Dota—que sirven de puerta de entrada al Parque Nacional de los Quetzales. Al noroeste, los puentes colgantes que recorren los bosques de Monteverde se convierten en otro destino ideal para avistar quetzales desde las alturas. Mientras los imponentes paisajes del lago y el volcán Arenal ofrecen a los intrépidos una combinación de aventura, deporte y relajados baños en las aguas termales del volcán.

En la costa Este, el Parque Nacional de Tortuguero es uno de los principales atractivos del país, considerado una pequeña Amazonia donde las tortugas marinas desovan cada temporada. Para acceder, hay que cruzar pequeños canales habitados por reptiles, aves y mamíferos que te harán sentir como un auténtico explorador de la selva. Sin embargo, es la costa del Pacífico, en el lado opuesto, la que se ha convertido en el mejor ejemplo de naturaleza tica en estado puro. El Parque Nacional de Corcovado y su apacible bahía Drake cuenta con uno de los hábitats biológicos más ricos del mundo: tiburones ballena, monos, pájaros tropicales y otras tantas joyas autóctonas para vivir unas vacaciones fuera de lo común.

¡Realmente un viaje a Costa Rica es uno de los más felices y originales regalos para Reyes Magos!