Ruta en bici por Panamá: turismo entre el Caribe y el Pacífico

Panamá es un país para todos. Los surfistas encontrarán buenas olas para sortear, los buceadores aletearán entre impresionantes corales y vida marina, los amantes de la naturaleza podrán avistar aves y perezosos, los aventureros descenderán por aguas bravas y aquellos que tan sólo quieran descansar, las islas de Bocas del Toro o San Blas serán el paraíso ideal para disfrutar de paz y tranquilidad. Además, Ciudad de Panamá será el punto de partida perfecto para conocer la cultura por medio de sus monumentos y sus locales. Un viaje que, sin dudas, dejará huella.

El turismo en Panamá comenzó a emerger hace escasos años, por lo que aún conserva sus encantos casi impolutos y cientos de rincones que sorprenderán a aquellos que se atrevan a descubrirlos. Por tanto, ahora es el mejor momento para recorrer este país de contrastes y ¿qué mejor manera de hacerlo que en tu bicicleta?.

Comenzar la ruta en la capital de Panamá te ayudará a obtener una mejor perspectiva del país. Para ello dirígete al área más auténtica de Ciudad de Panamá: el Casco Viejo. Puedes aparcar la bicicleta para caminar por las callejuelas y entrar en los coquetos cafés, restaurantes y tiendas de artesanía que se adueñan de los bajos de las coloridas casitas que inundan el Casco Viejo. Entre sus edificios sobresalen, a lo lejos, modernos rascacielos como seña de la constante transformación en la que vive inmersa la ciudad. Cualquier hora es buena para visitar el Casco Viejo, pero por la noche adquiere un aire diferente en el que la fiesta toma partido.

Después puedes hacer una parada en el Parque de Santa Ana, donde puedes protagonizar la mejor estampa del día a día de los panameños paseando, jugando al ajedrez o simplemente descansando en un banco. Caminando desde allí por la Avenida Central, llegarás a un mercado callejero donde es posible degustar los productos típicos, cortarse el pelo o comprar el típico sombrero panameño en caso de que el corte hecho no convenza demasiado.

Una vez que hemos pateado el Casco Antiguo, sube de nuevo a la bici para dirigirte a la zona de Balboa, desde donde puedes pedalear hasta las pequeñas islas de Perico, Flamenco y Naos por medio de la Avenida de Amador, también conocida por los locales como Causeway. Este paseo repleto de palmeras es muy transitado por los panameños durante los fines de semana, ya que goza de bonitas vistas del mar y de la ciudad y, además, está repleto de tiendas y restaurantes. Desde el Causeway estarás muy próximo al emblemático Canal de Panamá.

Para descansar lo mejor es alojarse en el centro de la ciudad. El hotel Occidental Panamá City será el lugar ideal para recargar pilas y comenzar la ruta por el país con la mejor de las energías.

La ruta continúa pedaleando entre los selváticos caminos que conducen al Canal de Panamá, en Miraflores, por donde diariamente cruzan, del Océano Pacífico al mar Caribe y viceversa, entre 30 y 40 barcos.

Ver cómo los gigantescos barcos atraviesan el istmo por medio de esclusas que los elevan hasta alcanzar el nivel del mar, es todo un espectáculo que cualquiera que viaje a Panamá está obligado a presenciar. Los dos lugares para contemplarlo son desde Miraflores, lado del Pacífico, o desde Gatún, lado del Caribe.

Llega la parte más aventurera del viaje: recorrer el interior del país y adentrarse entre pueblos autóctonos y paisajes de frondosa vegetación. Si no dispones de mucho tiempo, deberás elegir entre viajar hacia el este u el oeste desde Ciudad de Panamá. Para que puedas optar por la que más te apetezca, te proponemos dos posibles opciones.

En caso de que decidas viajar con destino San Blas, Gamboa será la siguiente parada.  Este pueblo, localizado a orillas del río Chagres, tuvo su origen en la construcción del Canal de Panamá cuando sus trabajadores buscaron aquí alojamiento. Posteriormente, y hasta el año 1999, fue ocupado por militares de Estados Unidos.

El puerto natural de Portobelo  te llevará hasta el norte donde puedes ver el canal, inmerso en bosques tropicales. El Parque Nacional de Portobelo se fusiona con el Parque Nacional de Chagres.

Para finalizar el viaje, la espectacular naturaleza dará paso al verdadero edén.

El itinerario por el oeste del país te llevará a la región de Coclé con paisajes de interior y bonitas playas bañadas por las aguas del Pacífico, como Playa Blanca, Santa Clara y Farallón donde puedes parar a darte un chapuzón.

La primera parada más representativa es el Valle de Antón, un pueblo situado en el cráter de un volcán que tiene serpenteantes senderos llenos de plantas tropicales, riachuelos y cascadas.

Tras unos días visitando el valle sigue hasta Santa Catalina de Veraguas, puerta de entrada a la Isla de Coiba. Esta alucinante isla, que acoge una penitenciaría, es el hábitat de numerosas especies de gran valor ecológico y forma parte del Parque Nacional de la Isla de Coiba.

La ruta continúa subiendo a Boquete, localidad conocida por su fabuloso café y sus naranjas dulces. El entorno que rodea Boquete es sencillamente espectacular. Con el río Caldera y el volcán Barú como protagonistas, puedes pasar unos días haciendo trekking entre los árboles, haciendo rafting o recorriendo en bicicleta el Sendero los Quetzales (aunque algunos tramos tendremos que hacerlos caminando).

El mejor final para un viaje es aquel que tiene como escenario el paraíso. Deja la bicicleta para tumbarte en una hamaca colgada entre dos palmeras y así divisar las cristalinas aguas del mar que dejan vislumbrar corales mientras disfrutas de un refrescante coco. Esta idílica estampa la conseguirás en Bocas del Toro, al oeste del país, o en San Blas, en caso de que la ruta elegida te haya llevado al este del país.

Guna Yala o San Blas es un archipiélago de islas gobernadas únicamente por los indios Kuna Yala, por lo que muchas de ellas se conservan completamente vírgenes. Pasar los días en una isla desierta aquí es posible.

Si has llegado hasta Bocas del Toro explorara Cayo Zapatilla, Cayo Coral o Isla de Bastimento desde la Bahía de los Delfines.

Ambos archipiélagos te cautivarán y serán el complemento perfecto tras un intenso viaje en bicicleta por Panamá.