Viaje literario y gastronómico a la Estación de Canfranc

La novela de Raro vería su continuación seis años después con El cielo sobre Canfranc (Planeta, 2022), un libro que se ha terminado convirtiéndose en best-seller y un long-seller, siendo traducido a varios idiomas y conquistando a más de 100.000 lectores en todo el mundo. Porque dada su ubicación, España siempre ha sido un lugar de cruce de culturas y de vivencias, de historias que cruzan fronteras para luego volver y poder ser contadas. Algo que destaca Rosario Raro sobre su novela, al afirmar que "aunque parezca una contradicción, porque sucede en una frontera, en este caso es una historia que no tiene límites, ya que habla de la condición humana y sus comportamientos son universales". 

“Las fronteras son esas líneas que no existen, pero por las que los hombres se matan”, escribió el escritor francoalemán Max Aub. Y, aunque es una afirmación que sigue siendo una realidad, las historias como la vivida en la Estación Internacional de Canfranc durante la II Guerra Mundial nos hacen recuperar la fe en la condición humana y volver a creer que también las historias duras pueden tener un bonito final. 

Los datos oficiales recogidos a lo largo del año 2022, ubican a España como el tercer país en el ranking mundial por número de turistas, atrayendo a un total de 71.659.281 de viajeros procedentes de otros países. Unos datos que no son fruto de la casualidad, sino el resultado de un intenso trabajo por parte de instituciones públicas, empresarios y trabajadores del sector, que están reforzando desde hace más de una década un concepto de turismo diferente al de sol y playa.

Este turismo de experiencias nos permite compartir con el viajero el legado de nuestros antepasados. Tal es el caso de Canfranc Estación y de todo su entorno, resucitados a raíz de la novela de Rosario Raro, recibiendo en ocasiones a tres generaciones de la misma familia, "pero con las mismas sonrisas", según palabras de la escritora. Al fin y al cabo, “se trata de vivir los libros de otra manera, de recorrer estos parajes con nuestros pies. Y es que como bien dicen, viajar es otra forma de leer".

El interés por Canfranc ha culminado en 2023 con la inauguración del edificio de la estación rehabilitado y convertido en un alojamiento de 5 estrellas GL: el hotel Canfranc Estación, a Royal Hideaway Hotel. Al llegar aquí, te encontrarás con un proyecto que rememora esa época dorada del ferrocarril de los años 20, inaugurado en julio de 1928, teniendo su máximo esplendor en la II Guerra Mundial, entre 1942 y 1943, y finalizando su servicio en 1970. 

Tras cinco décadas cerrado, el foco se ha puesto esta vez en recuperar la personalidad propia para cada espacio dentro del hotel, con piezas y luminarias de diseño exclusivo, el desarrollo de paletas cromáticas ad-hoc y el cuidado en cada detalle, sin perder de vista el patrimonio cultural de la región. De este modo, se han conservado detalles como el suelo original de la parte central, las antiguas escaleras que daban acceso a la estación,
o las ventanas de las habitaciones. 

Entrar en esta antigua estación es hacer un viaje en el tiempo a un lugar que se convirtió en la única opción para ciudadanos judíos que huían de la barbarie provocada por el régimen alemán nazi, y con quienes se comprometieron ciudadanos de la zona para conseguir la libertad de muchas víctimas de la sinrazón y la barbarie del Holocausto Judío.

Con todo esto, el viaje literario se convierte en un viaje de compromiso con el pasado, de respeto por quienes arriesgaron su vida y del recuerdo respetuoso del sufrimiento por parte de toda una generación, para que nunca más vuelva a suceder. 

Actualmente, el turismo de experiencias generado en España en los últimos años está fuertemente ligado a la recuperación de la economía sostenible a través del legado cultural e histórico, fuertemente ligado al producto local de cada zona. Un producto que pasa en la mayoría de las ocasiones por su gastronomía típica, tanto en forma de platos tradicionales como de productos de elaboración artesanal.

Este es un detalle que también se ha tenido en cuenta en la rehabilitación
de esta estación internacional, completando el proyecto con una propuesta gastronómica de valor, que pasa por el diseño de tres espacios gastronómicos –El Internacional, Canfranc Express y 1928–, ofreciendo una cocina creativa basada en recetas antiguas aragonesas y combinándola con creaciones propias de vanguardia.  Para ello se ha contado con Eduardo Salanova y Ana Acín, directores gastronómicos del hotel y expertos en la alta cocina aragonesa, quienes se han encargado de poner en marcha la línea gastronómica de este hotel de cinco estrellas. 

Si te decides por probar su cocina, te encontrarás con típica fritada aragonesa con huevo frito y longaniza o paletilla de cordero de Huesca asada al estilo tradicional con patatas a lo pobre (El Internacional); un consomé clarificado de las migas del pastor con cebolleta y semillas de tomate o esturión del Grado en aceituna Empeltre del bajo Aragón y ajo negro con gazpachuelo de ostra
francesa (Canfranc Exprés); o la alta cocina francoaragonesa, recordando los mejores restaurantes de París en un vagón de lujo de los años 20 del pasado siglo (1928). 

Si optas por moverte más allá de Canfranc, por la comarca de la Jacetania también encontrarás locales de toda la vida, en los que podrás probar sus platos típicos con productos típicos como el cultivo de los boliches de Embún, los embutidos artesanales de Berdún, el tomate rosa de Barbastro o los quesos de Esposa y Villanúa. Una cocina contundente, tradicional y casera, fruto de una zona montañosa y de temperaturas más frías.  

No podrás irte sin probar unas buenas migas a la Pastora con longaniza y chorizo, el ternasco de Aragón (Indicación Geográfica Protegida), los espárragos montañeses, la empanada Gorguera de Barbastro, o las tortitas elaboradas con manteca de cerdo, para paladares más dulces.  

Para quienes deseen completar este viaje literario y gastronómico con otro tipo de actividades, La Jacetania es también una ubicación ideal para quien desee practicar fotografía de paisajes, divisando maravillas como el Paisaje Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel –a unos 50 kilómetros de Canfranc–, uno de los ecosistemas de media montaña más importantes de todo el Pirineo aragonés, con una superficie de 9.513 hectáreas, y plagado de bosques, montañas, escarpes de conglomerados y aves rapaces.

La Oficina de Turismo de Jaca también ha reforzado la actividad turística de la zona con visitas dedicadas al turismo familiar, a través del patrimonio de la zona, con opciones como la ciudadela de Jaca o Castillo de San Pedro, la Ruta de los búnkeres, o la visita a las Casetas de “bóveda” o de “falsa cúpula”.  Mención aparte merece la visita hasta A Lurte –El Alud–, centro de referencia de los riesgos naturales, que ofrece una exposición permanente sobre los tipos de nieve y avalanchas, los sistemas de protección frente a las mismas y la influencia de estos riesgos en la construcción del complejo ferroviario internacional de Canfranc.

Tras haber sido un destino de sol y playa durante décadas, el sector turístico español está apostando fuerte desde principios del siglo XXI por reinventar el concepto, desestacionalizar la actividad turística y atraer al visitante durante todo el año a través de destinos menos conocidos, y en los que es posible diseñar un turismo de mayor calidad.

Este cambio se está haciendo posible reforzar el uso del producto local y el patrimonio cultural, potenciando así el turismo sostenible en zonas que de otro modo estarían sufriendo la famosa despoblación de la conocida como la España vaciada. Porque un nuevo concepto es posible, y España aún tiene mucho que contar y que compartir con el mundo entero. Nos vemos en Canfranc.