Ibiza en familia: los mejores planes

Antes de entrar de lleno en materia -y como sabemos que un las mejores decisiones que puedes tomar si viajas a Ibiza en familia es elegir bien dónde dormir-, te recomendamos uno de los mejores hoteles en Ibiza para alojrase con niños. El hotel Occidental Ibiza, situado en la bahía de San Antonio, está pensado para familias: habitaciones amplias, piscinas infantiles, animación diaria, miniclub y un ambiente relajado. Su ubicación permite llegar fácilmente a algunas de las calas más bonitas de la isla y, al mismo tiempo, está lo bastante apartado para disfrutar de noches tranquilas. Además, su fórmula todo incluido hace que las comidas y meriendas no sean nunca un problema.

Una de las formas más mágicas de conocer Ibiza con niños es desde el agua. Hay salidas familiares que parten desde San Antonio o Santa Eulalia, en barcos con fondo de cristal o pequeñas embarcaciones privadas que bordean calas escondidas. Muchas incluyen paradas para nadar, snorkel y picnics a bordo. Ver la costa desde otra perspectiva mientras los niños alucinan con los peces bajo el barco es un recuerdo que se queda para siempre.

El casco antiguo de Ibiza, Dalt Vila, es Patrimonio de la Humanidad y un planazo para recorrer en familia. Las calles empedradas, las murallas renacentistas, el castillo y la catedral despiertan la imaginación de los más pequeños como si fueran caballeros o exploradores. Lo ideal es visitarlo por la tarde, cuando baja el calor, y terminar con un helado en alguna terraza del puerto.

Aunque Ibiza tiene cientos de playas, algunas son especialmente adecuadas para familias. Cala Llonga, por ejemplo, es amplia, de arena fina y con aguas poco profundas. Cala Vadella es otra opción top: resguardada, tranquila y con restaurantes familiares junto a la orilla. Y si buscáis algo más escondido, Cala Gracioneta es un rincón encantador y protegido del viento. Todas tienen chiringuitos donde comer sin complicaciones.

Uno de los clásicos para disfrutar Ibiza con niños es pasar un día entero en el parque acuático Aguamar, en Playa d’en Bossa. Toboganes, piscinas, zonas infantiles y merenderos hacen que la jornada pase volando. A los peques les encantan los toboganes en espiral, mientras que los mayores pueden relajarse en zonas de sombra o darse un buen chapuzón. Además, está bien comunicado y tiene buenas instalaciones.

Todos los domingos por la tarde, la playa de Benirràs se transforma. Los tambores suenan, el sol cae lentamente tras una roca en medio del mar y la gente se reúne para despedir el día. Es uno de los rituales más bonitos que puedes compartir en Ibiza en familia. Hay que llegar pronto para coger sitio, pero la experiencia merece la pena: música, naturaleza y magia en estado puro.

El mercadillo de Es Canar, conocido como Punta Arabí, es uno de los planes más originales si viajas a Ibiza con niños. Cientos de puestos, artesanía, ropa, música en directo y talleres infantiles animan las mañanas de los miércoles. Los niños pueden pintarse la cara, hacer manualidades o ver espectáculos callejeros mientras tú descubres algún tesoro vintage entre los tenderetes.

Sí, también se puede recorrer Ibiza en bicicleta, y hay rutas pensadas para familias. Con bicis eléctricas y sillitas para los más pequeños, se pueden hacer excursiones suaves por caminos rurales, olivares y paisajes de postal. Santa Gertrudis es un buen punto de partida, con muchas rutas circulares y restaurantes donde parar a comer después del paseo.

Situadas al norte de la isla, en un acantilado con vistas al mar, las Cuevas de Can Marçà son una sorpresa para grandes y pequeños. Estalactitas, estalagmitas, luces de colores y una cascada artificial convierten la visita en una aventura subterránea. El recorrido está adaptado para familias y no es demasiado largo, lo que lo hace ideal con niños de distintas edades.

Muy cerca de San Rafael, este parque natural tiene mesas de picnic, zona de juegos y senderos fáciles. Es el lugar perfecto para un plan tranquilo: llevar algo de comida, correr entre los árboles, jugar a la pelota y respirar un poco de campo ibicenco. Los locales suelen venir aquí los fines de semana, y es una forma estupenda de mezclarse con el ambiente más auténtico de la isla.