Cinco máximas para un viaje sostenible

¿Quieres saber cómo viajar de un modo más responsable? Sigue estos consejos para tu próxima escapada y súmate al cambio practicando el viaje sostenible

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De un tiempo a esta parte, el concepto de sostenibilidad reverbera en todos los espacios de nuestro día a día: en el supermercado, en la tienda de ropa, en la publicidad, la televisión, la política, etc. Tiene lógica. Y es que vivimos en un tiempo que, debido a las consecuencias del modo de vida que hemos llevado hasta ahora, requiere más que nunca de la participación y el compromiso de los ciudadanos y prácticas más respetuosas si queremos procurarnos un futuro mejor. 

La sostenibilidad no consiste solo en reducir nuestra huella de carbono; es también un modo de ser, de hacer, de consumir y de relacionarnos mediante una mayor conciencia de la cultura local

El turismo no está exento de esta filosofía y, gracias al compromiso de viajeros y la proliferación de experiencias y hoteles sostenibles, el paradigma revela grandes cambios en la manera en la que concebimos la acción de viajar, con nuevas prácticas que nos permiten ser más verde y comprometidos con el entorno. Pero, ¿qué significa exactamente viajar de forma sostenible? La sostenibilidad no consiste solo en reducir y compensar nuestra huella de carbono; es también un modo de ser, de hacer, de consumir y de relacionarnos que nos conecta con el destino que elijamos mediante una mayor consciencia de la cultura local, influyendo activa y positivamente en su desarrollo social y económico.

Prácticas eco, hoteles sostenibles, consumo responsable, modos de transporte más sostenibles… Te damos un puñado de ideas para hacer tus vacaciones más conscientes.

El turismo regenerativo defiende una forma de descubrir los destinos a través de sus tradiciones, gastronomía y costumbres auténticas, contribuyendo así a la preservación de su entorno e identidad cultural, así como al desarrollo social y económico de sus comunidades

1. Elige formas de transportes menos contaminantes

Una de las máximas del viaje sostenible es aprovechar nuestros desplazamientos pasando el mayor tiempo posible en un mismo lugar en vez de pasarnos las vacaciones de avión en avión. Esta no es solo una magnífica forma de conocer de manera pausada y sin prisas un destino, sino que además estarás contribuyendo a reducir tu huella de carbono. Como todos sabemos, existen medios de transporte más sostenibles que otros: viajar en tren siempre contaminará mucho menos que en avión, al igual que hacerlo a bordo de coche eléctrico es mucho más ecológico que en un coche de gasolina o diesel.

Pero no te preocupes, sabemos que al igual que no siempre tenemos la posibilidad de llegar a un sitio por tierra tampoco todos podemos sustituir nuestro antiguo coche de gasolina por el último modelo cero emisiones. Por ello, existen alternativas para compensar nuestra huella y neutralizar la cantidad de emisiones CO2 que emitimos invirtiendo unos euros en un proyecto de carácter ambiental, ya sea de reforestación, energías renovables, etc.

 Y si eres de los que ya tienen un coche eléctrico (¡enhorabuena!), debes saber que existen hoteles que cuentan con puntos de recarga y que te permiten desplazarte de un punto a otro con la tranquilidad que lleva implícita la palabra “vacaciones”. Un ejemplo de ellos es el hotel Barceló Conil Playa, que cuenta además con Calificación de Eficiencia Energética A y un diseño integrado con el paisaje concebido desde los principios de sostenibilidad.

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Una persona que viaja en tren emite 14 gramos de dióxido de carbono frente a los 285 gramos que generaría viajando en avión

2. Intégrate en la vida local

Cuando viajamos, a veces caemos en el error de hacerlo de un modo aséptico y como mero espectadores. Este tipo de viajes no solo no ayuda a conectar con el entorno, sino que puede llevarnos a vivir situaciones que pueden ser incómodas tanto para nosotros mismos como para los lugareños. Por eso, una de las máximas de todo viajero responsable es intentar integrarse en la cultura local y huir del turismo “de invasión” que pueblan muchas localidades, sobre todo, con la llegada del verano. Una buena idea antes de partir es aprender algunas palabras en el idioma autóctono (o del dialecto, si es el caso). Existen numerosas aplicaciones móviles que te permiten traducir una palabra o expresión en cuestión de segundos, y que te ayudarán a comunicarte mejor en la lengua vehicular, lo que sin duda te agradecerán.

Una vez allí, es importante que seamos respetuosos con las tradiciones y costumbres propias del lugar, incluyendo la forma de ser de sus gentes. Aunque muchas veces algún gesto pueda chirriarnos, debemos tener en cuenta que puede tratarse de un aspecto cultural y que, como visitantes, lo último que se espera de nosotros es que seamos juiciosos y sentenciosos con su forma de ser. No hay nada como interesarse por las costumbres del otro si queremos vivir experiencias realmente auténticas y sentirnos bienvenidos en cualquier parte del mundo.

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Aprende algunas palabras básicas en el idioma del destino al que vayas. ¡Los lugareños te lo agradecerán!

3. Apoya la economía local

Seguro que más de una vez te has visto entrando a un centro comercial durante tus vacaciones y comprando alguna prenda en una tienda que puedes encontrar en tu ciudad a pocos metros de tu casa. Hacer esto no significa romper con los estándares de un viaje sostenible, pero sin duda, lo sería más si en vez de comprar en una multinacional lo hiciéramos en mercadillos y tiendas locales a pequeños comerciantes o artesanos que se abastecen a partir de proveedores de la zona o que producen ellos mismos sus productos. Por eso, es recomendable que nos dejemos informar por los lugareños acerca de las calles de tiendas o mercados típicos donde encontrar souvenirs u objetos que probablemente no volvamos a ver en otro sitio. Al fin y al cabo, ¿de qué sirve cargar a nuestra vuelta con algo que podríamos haber comprado en cualquier otro momento sin movernos de donde vivimos? Además, de esta forma, estaremos contribuyendo al desarrollo de la economía local y a mantener el patrimonio cultural auténtico, teniendo un impacto directo y positivo.

Comprando local contribuimos al desarrollo de la economía de un lugar y a mantener su patrimonio cultural auténtico

4. Haz tu viaje sostenible y reserva en hoteles más éticos

El sector hotelero evoluciona al pulso que marcan los tiempos y que incorporan medidas como el uso eficiente de energía y luz, gestión de residuos, uso responsable de agua, reducción del uso de plásticos y papel o proyectos de sensibilización medioambiental. Tanto es así que, además de la clásica oferta rural, existen otras opciones para aquellos que desean convertir su viaje en una experiencia más sostenible sin renunciar a los más altos estándares del lujo hotelero.

Siguiendo estas premisas, Barceló Hotel Group posee ya numerosos hoteles en diferentes puntos de nuestra geografía que ofrecen a sus huéspedes una alternativa más responsable. Uno de los más llamativos es La Bobadilla, a Royal Hideaway Hotel; un referente del slow travel en la granadina Sierra de Loja que apuesta por un turismo pausado y la conexión con el entorno natural que lo rodea, así como con sus costumbres culinarias. Además, su planta de biomasa incorpora un sistema que sustitute el gas propano por la combustión de hueso de aceitunas procedentes del olivar del hotel, y gracias al cual se ha logrado reducir en un 90% la emisión de CO2 y en un 45% el coste energético. 

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La Bobadilla, a Royal Hideaway Hotel; un emblema del 'slow travel'

Otro buen ejemplo de hotel sostenibles es el hotel Barceló Tenerife, un hotel situado en un enclave de gran valor ecológico que no solo protege y conserva la zona a través de un plan específico de recuperación y la puesta en valor de la Reserva Ambiental de San Blas, sino que también sensibiliza a nuestros clientes en el cuidado de la naturaleza a través de rutas, aula de la naturaleza, etc. O el hotel Barceló Nura (Menorca), construido con materiales propios de la zona y que emplea energía 100% renovable, utiliza para sus riegos agua regenerada y se sirve de sistemas de control lumínico. 

5. Haz un uso responsable de plásticos, energía y agua

Muchas veces, estar de vacaciones y fuera de nuestra vida cotidiana hace que nos olvidemos de algunos aspectos fundamentales que son clave en nuestro día a día para el cuidado de medioambiente. Y ya sabemos que cada gesto, por pequeño que sea, cuenta.

Estar fuera de casa no significa que podamos dejar el grifo del agua corriente abierto durante horas, ni que no podamos reciclar durante esos días. No olvides que cada día miles y miles de personas están de vacaciones, ¿te imaginas que ninguno de ellos se parase a pensar por un momento en la consecuencia que tienen estos actos?

Hay muchas formas de ser responsables. Desde optar por botellas de cristal o acero para el agua, llevar contigo bolsas reutilizables que puedas usar en la tienda o el mercadillo, o hacer un uso eficiente de la luz y agua cuando estamos en el hotel.

Como ves, solo siguiendo estas cinco máximas podrás convertir tu próxima escapada en una experiencia más sostenible, y contribuir así a la preservación del planeta. ¡Todo cuenta!

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No olvides tu botella de agua y despídete del plástico


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